Vistas de página en total

sábado, 24 de marzo de 2012

Vestir para el éxito

Cuando voy a trabajar siempre me preparo para que mi imagen sea la adecuada. No ocurre lo mismo cuando estoy estudiando. Me he dado cuenta de que, por las mañanas, si me pongo a estudiar nada más levantarme, sin desayunar, con el pijama y tras lavarme la cara únicamente, entonces al principio mi rendimiento es bajo, mi motivación no es grande y me resulta difícil concentrarme. Me ocurre como con los coches de hace años que, cuando estaban fríos en una mañana de invierno, no arrancaban bien y una vez en marcha necesitaban calentar el motor poco a poco.
Nota aclaratoria: A pesar de que el contenido de este artículo se sitúa en las mañanas, es perfectamente aplicable a cualquier momento del día. Además, cuando hablo a continuación de actividades como afeitado o vestirse con corbata, pueden perfectamente cambiarse por depilación, utilizar vestido o traje de falda, etcétera allá donde corresponda.
Pues bien, observando mis patrones de rendimiento, vi que si estaba bien vestido y aseado tal y como hacía para ir a trabajar, mi productividad aumentaba. Fue entonces cuando me pregunté: “¿Por qué sí lo hago para otros y no para mí mismo?”. Desde entonces, el aseo matutino se sitúa una posición por encima de la primera sesión de estudio. Ducha, si corresponde, peinado, cepillado de dientes, afeitado, … A continuación, a vestirme con la ropa con la que me siento cómodo y, listo para empezar a estudiar. Lo de la comodidad es importante porque, por ejemplo, estudiar con traje de chaqueta y corbata, aunque pueda ayudar a dar la importancia que tiene el estudio, seguramente no es el tipo de ropa con el que más agusto se pueda estar.
Esta modificación en la rutina diaria se traduce en un mayor rendimiento, ya que, me encuentro agusto con mi aspecto físico y, por qué no decirlo, con una mayor autoestima. Y éstos son dos aspectos que directamente afectan a mi productividad en cierta medida. Éso además de conseguir el nivel adecuado de concentración desde un principio sin tener que esperar a calentar motores poco a poco.