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viernes, 31 de enero de 2014

Método para aprender cualquier cosa en 20 horas (vídeo)



ukelele
¿Tocar el ukelele en 20 horas?
Cortesia de Sindinero;
En el vídeo de la charla TED que os presentamos hoy, Josh Kaufman expone su método personal para aprender una habilidad nueva en únicamente 20 horas. Según nos cuenta, la falta de tiempo libre derivada de su paternidad le motivó a “buscarse las habichuelas” y ser más eficiente en el aprendizaje de cualquier cosa que se propusiera. Básicamente la idea consiste en descomponer una actividad más o menos compleja en sub-actividades más sencillas que puedan ser practicadas sin complicarnos la vida, durante 45 minutos cada día, sin distracciones.
Ejemplo: Tocar la guitarra (o el ukelele, en el caso de Kaufman). Partimos de la base de que con sólo 4 acordes específicos se pueden tocar miles de canciones populares… luego aprendamos a digitar esos 4 acordes (y a pasar de uno a otro con fluidez) y a llevar el ritmo con la mano derecha. En 1 mes (45 minutos de práctica diaria) tendríamos que ser capaces de tocar la parte rítmica de un gran número de temas conocidos.
Así pues, el objetivo que persigue este método es el de conseguir a través de la descomposición de actividades, sub-actividades cuya curva de aprendizaje sea empinada (es decir, que en poco tiempo se aprenda mucho). No sé si me explico… bueno, espero que el vídeo aclare el asunto y que os animéis a acometer muchos retos formativos:

Vía: odiomicurro.com

miércoles, 22 de enero de 2014

En el Palacio de la Memoria de las Generalidades.

Hace muchos años cuando era crió en la escuela y vino un profesor a nuestro colegio a explicarnos técnica de estudio y cuando llego a la parte de su discurso sobre los tipos de memoria en que explicaba la MCP y la MLP un compañero le pregunto con toda la inocencia de la tierra:
-¿Existe una Memoria de Medio Plazo?
A lo cuál el profesor rió(mas bien intento hacer como que reía pero se partía del pobre chico, lo peor de todo que yo estuve a punto de hacer la misma pregunta) claro que esta muy buena pregunta me pareció una injusticia para el cerebro humano; o poca información por breve tiempo o mucha para toda la vida. Pero...¿por qué no una intermedia que nos permita hacer un filtro practico y consciente a medio plazo? ¿Por qué no un Memoria a Medio Plazo Artificial (MMPA)? Hasta hace pocos años en en que una conocida mía remarco que solo había corto o largo plazo pero que jamas habría una a medio plazo me carcomido tres preguntas:
  1. ¿Por qué no surgió una MMP?
  2. ¿Y por qué tenerla?
  3. ¿Y como podemos tener una?
Las respuestas:
  1. Porque nunca hizo falta una, primero por que la combinación de la actividad entre MCP y MLP se las arregla muy bien para realizar un remedo inconsciente de una aproximación de una MMP. Además que hasta hace bien poco la inteligencia en la tierra nunca surgí nuestro nivel que nosotros sepamos y por tanto la vida era luchar, huir o morir. Así que no había tiempo para meditaciones sobre que guardar para mañana.
  2. Porque ahora estamos para nuestra especie en una época que en las zonas más avanzadas y pacificas el patrón luchar-escapar ya no hace falta. Estamos para nuestra especie en un punto privilegia do en donde podemos tomarnos nuestro tiempo en pensar un poco en lo que debemos hacer antes de pensar. Así que aprobechemoslo.
  3. Bueno existen dos maneras desde la antiguedad y ambas de origen griego;
    • La lógica o pensar sobre ello.
    • La mnemotécnia o como memorizar, repasar y recuperar cosas.
    • Así que si conjuntamos ambas seria para construir una herramienta mental llamado Palacio de la Memoria de las Generalidades. Este palacio no tiene nada de especial comparandolo con cualquier otro sistema. Simplemente construiremos un Palacio de la Memoria que tiene que tener 24 habitaciones tantas como horas tiene el día. Y dentro de las habitaciones tenemos un espacio con mucho fondo para en una pared poner 30 locii y en la de enfrente dando la vuelta otros 30 locii para hacer los minutos de la hora( Que mira que casualidad son 60)
      • Estructura: Pasillo central con doce puertas a la izquierda y doce a la derecha. En cada habitación con fondo amplio, 30 locii a la izquierda y 30 a la derecha.
        • Codificación; para las 24 puertas(horas) usamos el alfabeto-imagen y para los 60 locii por habitación usamos el casillero mental o gran sistema del número forma.
    • Instrucciones: Los datos no deberán guardarse ene este palacio por más de 48 horas seguidas, una vez hecho esto recomiendo pasar a barrer, espantar limpiar y reprimir el repasar la información guardada. Las cosas interesantes que nos digan al final del día se tendrán que revisar de que tema eran y clasificar para guardarlas en nuestros palacios temáticos correspondientes. Un buen momento para ello es a la hora de acostarnos pasear de habitación en habitación y revisar los enlaces, los desenganchamos y los enganchamos en el palacio de X tema.
    • Ejemplo: Si estamos en una conversación interesante sobre un tema que nos gusta(pongamos biología) y dicen algo nuevo sobre nuestro tema de interés intentaremos visualizarlo como una historia a enganchar a un locii que esta en alguna de las salas tras las puertas. Pongamos que nos hablan de la Anafase, Metafase y telofase, pues creamos el acrónimo MeAnTe (algo que mea mucho) y lo enganchamos en el Locii 20(NoRia) de la hora 17 (cinco de la tarde) que esta codificada en la puerta de esa sala como la letra Q (Imaginad un Queso enorme en la puerta), así tenemos la asociación Queso( Q = 17) + Noria(minuto 20) + Meante y creamos una historia donde un queso es deborado por una noria y le da ganas de hacer pis. Así memorizamos hora, minuto y hecho. Resultado; Acá la noche repasamos el palacio paseando mentalmente por el mientras astamos en la cama. Y he aquí que en la sala de las 17:00(Q), en el Minuto 20(N,R) encontramos a MeAnTe(Metafase, anafase y telofase celular) y lo pasamos a nuestro palacio de la memoria de la biología, mientras que en el Palacio de la Memoria de las Generalidades (PMG) lo borramos de un escobazo dejando limpio ese sitio.
    • Aquí una lista de las horas del día como letras: A=1:00, B=2:00,C=3:00,D=4:00,E=5:00,F=6:00,G=7:00,H=8:00,I=9:00,J=10:00,K=11:00,L=12:00,M=13:00,
    • N=14:00,O=15:00,P=16:00,Q=17::00,R=18:00,S=19:00,T=20:00,U=21:00,V=22:00,X=23:00,Y=24:00
    • Usa el alfabeto forma para las horas y el casillero mental para los minutos.
    • Aquí las estructuras:
      Palacio de la Memoria de las Generalidades.

      Sala de los minutos.

martes, 21 de enero de 2014

Viaje entre dos puntos.

A veces una lectura levanta tanta pasión por ella que quieres aprenderte pasajes enteros de memoria o incluso hacer la proeza de memorizar un texto completo en detalle. En general existen dos o tres técnica que ya se mostraron aquí en su momento.

Hoy voy ha proponer otra muy practica, no se trata de memorizar un texto palabra por palabra pero es igualmente valido en este sistema. Pero de lo que se trata aquí es que intentes compaginar velocidad con calidad y memoria.

Vamos a tomar como medida fundamental la unidad de medida universal en todo libro: la pagina. Toda pagina tiene un numero indica su posición y a la vez la cantidad de las mismas leídas a través de la lectura.Si leemos una novela y queremos memorizarla solo tenemos que crear una pelicula mental que represente la escena detallada en el texto transformando las palabras a imagen es creando un teatro o cine en nuestra cabeza que la proyecta. Pero he aquí que el problema de este sistema es como el método de la cadena; Una mala codificación en la lectura hará que no memoricemos el texto y se pierda la conexión entre elementos provocando el olvido. Para salvar esto es algo tan fácil como transformar mediante el método del numero-consonante el numero de pagina que leemos. Por ejemplo, si estamos leyendo el libro de Juan Ramon Jimenez "Platero y yo" y estamos en la pagina 5 capitulo Segundo, con el titulo Mariposas Blancas :
Hacemos lo siguiente, transforma el cinco en la palabra (5 =L, en mi sistema, puede variar de persona a otra) oLa que empuja el segundero de un reloj y lo adelanta un Segundo, dándole un capón en la cabeza a una mariposa albina y plumosa y esta a tontada sale por una ventana a la noche...y lo conectas con la cadena de asociaciones del texto; (Al lado de cada linea pondré los mnemónicos)


La noche cae, brumosa ya y(Una luna impacta al suelo y se hace grumosa al ser de queso)
morada. Vagas claridades(Caen unas moras radiactivas y brilla un poco)
malvas y verdes perduran tras la(Una flor de malva inmadura[Verde] se congela[perdura])
torre de la iglesia. El camino(Y esta se apoya en un campanario para que no caiga en el camino)
sube, lleno de sombras, de campanillas, (El camino se levanta del suelo y se incha de globos negros que tintinean)
de fragancia de hierba,(Pasa un segador y todo apesta a hierba cortada, menta heno etc)
de canciones, de cansancio y de(Pasa una chica cantando en sueños y acalorada por algo erótico)
anhelo.
 De pronto, un hombre oscuro. (Aparece Spok bronceado de golpe por que le teleporta Scotty)
con una gorra y un pincho, roja un instante la cara fea(Y se transforma en un demonio con chapela)
por la luz del cigarro, baja a (Tiene cara Chruchill fumando su puro y es enano)
nosotros de una casucha miserable,(Se va andando a una chabola)
perdida entre sacas de carbón( Aparece los reyes magos robando carbón para niños malos)
. Platero se amedrenta.(Un burrito canoso se orina encima)
—¿Ba argo?
—Vea usted... Mariposas blancas...
El hombre quiere clavar
su pincho de hierro
en el seroncillo,(El diablo con cara de churchill clava su tridente en el bolso de paja del burro)
 y no lo evito. Abro la alforja y él
no ve nada. Y el
alimento ideal
pasa, libre y cándido, sin pagar
su tributo a los Consumos...(Como l demonio-churchil no le gusta el heno de burro pasa de robárselo al animalito)

entonces hacemos que el burro en esta parte pegue una pequeña coz al demonio y choque con un numero seis muy grande que se transforma en osos( 6 = s = oSo) y se lo como, entonces hacemos que el oSo que es la siguiente pagina la 6 se enganche al siguiente texto.

Así evitamos los fallos de cadenas de razonamientos y memorizacion de un  texto y por tanto se puede reconstruir de atrás a delante y viceversa. Ademas de poder saber en que pagina nos hemos quedado y cuantas hemos leido y si memorizamos el número final cuantas nos quedan.

Un saludo.

11 problemas que la música resuelve

Desde revertir la demencia hasta mejorar el sabor de tu vino.

Todos tenemos alguna canción favorita, aún cuando no se sea melómano, el disfrutar la música es algo humano que influye tanto en el ánimo que te puede animar cuando estás triste, bailar como loco y hasta ensimismarte tanto que te alejas del mundo.
Pero la música también tiene sus aplicaciones científicas, para mustra te traemos 11 problemas que la música resuelve:
  1. Revierte demencia: El nuevo documental Alive Inside detalla cómo los pacientes con demencia reaccionan positivamente cuando se les da iPods con sus canciones favoritas antiguas. La música parece ayudarles a "cobrar vida" de nuevo. Mientras escucha canciones familiares, muchos de los pacientes del documental puede cantar, responder a preguntas sobre su pasado, e incluso mantener conversaciones breves con los demás.

    "La música sí deja huellas profundas en el cerebro, quizá más que cualquier otra experiencia humana. La música evoca la emoción y la emoción puede traer consigo la memoria”, dice en el documental el neurólogo Oliver Sacks.
     
  2. Bajo peso al nacer: Los bebés prematuros a menudo requieren estancias prolongadas en el hospital para ayudarles a ganar peso y fuerza. Para ayudar a facilitar este proceso, muchos hospitales recurren a la música. Un equipo de investigadores canadienses descubrió que tocar música para los bebés prematuros redujeron sus niveles de dolor y alentó a mejorar los hábitos de alimentación, que a su vez ayudó con la ganancia de peso en lo que formó el Music Teraphy Program.

    Los hospitales utilizan instrumentos musicales para imitar los sonidos de los latidos del corazón de una madre y matriz para arrullarlos o tranquilizarlos y reduce la cantidad de energía que gastan.
     
  3. Par que las plantas crezcan: Dorothy Retallack escribió un libro en 1973 llamado The Sound of Music and Flora, que detalla los efectos de la música sobre el crecimiento de las plantas. Retallack tocaba música rock a un grupo de plantas y música tranquila, a otro grupo, idénticos. Al final del estudio, las plantas del "easy listening" eran de tamaño uniforme y verdes e incluso se inclina hacia la fuente de la música. Las plantas de la música rock había crecido, pero estaban caídos, con hojas marchitas, y se inclinaban lejos de la radio.
  4. Los efectos nocivos de daño cerebral: Después de un ifarto o accidente cerebrovascular, la gran mayoría de los pacientes se quedará con un movimiento de larga duración o discapacidad del habla. Como tratamiento, los investigadores utilizan la música para estimular las zonas del cerebro que controlan estas dos funciones.

    Cuando se da un ritmo para caminar o bailar, las personas con daño neurológico causado por un accidente cerebrovascular o la enfermedad de Parkinson pueden "recuperar un paso simétrico y un sentido de equilibrio". Los golpes en la ayuda musical sirven como una señal de paso para el cerebro.

    Del mismo modo, el ritmo y el tono pueden ayudar a los pacientes cantar lo que las palabras no pueden decir.
     
  5. Vagancia adolescente: Las bibliotecas públicas, centros comerciales y estaciones de tren ya lo saben: los adolescentes por lo general no gustan la música clásica. De hecho, no les gusta tanto que "los envía corriendo lejos como ratones asustados", dice el LA Times. La teoría es que cuando el cerebro escucha algo que no le gusta, se suprime la dopamina "el químico placer". Y como resultado los adolescentes se van para encontrar un estímulo que los alegre, así que si no quieres a jóvenes escandalosos cerca de ti súbele a Tchaikovsky.
     
  6. Pérdida de la audición: Si bien no puede curarla, puede ayudar a prevenirla. Un estudio con 163 adultos, 74 de ellos músicos de toda la vida, hicieron una serie de pruebas de audición. Los músicos procesaron  mejor el sonido en general que los no músicos, por ejemplo, podían comprender una charla en un lugar ruidoso a los 70 años, mucho mejor que un no músicio de 50 años, dijo Linda Searling al Washington Post.
     
  7.  Un corazón roto: No por causa del amor, si no por un ataque al corazón. La música puede ayudar a los pacientes que se están recuperando de un ataque cardíaco o cirugía cardiaca a reducir la presión arterial, reducir la frecuencia cardíaca y reducir la ansiedad. La investigación del Centro Médico de la Universidad de Maryland  encontró que escuchar las canciones que evocan una sensación de alegría provoca aumento de la circulación y de los vasos sanguíneos lo que fomenta una buena salud vascular.
     
  8. Mejora tu actividad física: En 2005, un estudio del Reino Unido encontró que escuchar música durante el entrenamiento deportivo puede mejorar el rendimiento atlético hasta 20%. Eso es más o menos igual al impulso que consiguen algunos atletas con sustancias dopantes.
     
  9. Analfabetismo: Un estudio de la Universidad de Long Island de 2009 encontró que aprender música aumenta la capacidad de lectura al comparar a dos grupos de alumnos de segundo grado con niveles de vida similares, pero la única diferencia era que quienes obtuvieron mejores resultados fue el grupo que aprendió la notación musical y solfeo.
     
  10. Malhumor adolescente: En un estudio realizado en 2008, el investigador Tobias Greitemeyer quería estudiar cómo las letras afectan las actitudes de los adolescentes y el comportamiento. Para ello, expuso un grupo de adolescentes con "conciencia social" canciones con un mensaje positivo, al igual que Michael Jackson "Heal the World". Otro grupo otro escuchó música con letra más "neutral" Luego, los investigadores "accidentalmente" tiraron una taza de lápices. El grupo que  escuchó las canciones positivas no sólo se apresuraron a ayudar más rápidamente, sino que recogieron 5 veces más lápices que el otro grupo.
     
  11. Mejora el sabor de tu vino: ¿Alguna vez compraste una botella de vino con la escucha recomendada impresa en la botella? Pues bien, los fabricantes de vino barato puede considerar esa táctica. Un grupo de investigadores dicen que ciertos tipos de música pueden "mejorar" los gustos del vino hasta en 60%. En un estudio de 2008 de la Universidad Heriot Watt los bebedores de vino blanco sintieron 40% más refrescante su vino cuando lo bebían mientras escuchaban Just Cant Get Enough de Nouvelle Vague. El sabor del vino tinto se modificó 60% con música potente y pesada como Carmina Burana
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Alimentos buenos para el cerebro

Alimentación equilibrada
Como advertía Don Quijote a Sancho, «la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago». No hay que olvidar que los neurotransmisores que rigen el ánimo y el comportamiento se forman con los nutrientes que ingerimos. Por eso, el cerebro, como el resto del organismo, se beneficia, y mucho, de una alimentación equilibrada. Como regla general, lo que es bueno para el corazón también lo es para el cerebro. De ahí que sea más que aconsejable evitar comidas ricas en grasas animales y azúcares, que aumentan el colesterol y los niveles de glucosa. Porque el colesterol elevado y la diabetes son factores de riesgo para patologías como el alzhéimer o el ictus. El libro “Cocina para tu mente”, editado por Blume y escrito por la bioquímica Perla Kaliman y el cocinero Miguel Aguilar, proponen interesantes recetas para combinar los mejores alimentos para el cerebro.

Café, té verde y chocolote negro: el trío que mejora la memoria
cafe te verde chocolate
Si quiere mejorar su memoria, debería tomar una buena taza de café después de aquello que le interese recordar, según un estudio publicado la semana pasada en «Nature Neurocience». Esta bebida estimulante no sólo nos mantiene despiertos sino que se perfila, en la dosis adecuada, como un alimento neuroprotector que potencia la memoria a largo plazo. No es el único con estas propiedades sobre el recuerdo y la cognición. El chocolate negro -a través del flavonol epicatequina- mejora también la memoria, posiblemente incrementando el flujo sanguíneo al cerebro. Pierde esta propiedad cuando se combina con leche. Y el té verde además de ayudarnos a recordar mejor -no hay que olvidar que los tres tienen cafeína- tiene efectos cognitivos saludables y actúa como ansiolítico. Los últimos estudios indican que podría retrasar el envejecimiento cerebral y enfermedades neurodegenerativas.
Yogur: conexión intestino-cerebro
yogur
Las bacterias intestinales, consideradas como nuestro «segundo genoma», ejercen una influencia sobre el cerebro que se está empezando a conocer y valorar-
además de ser importantes en el desarrollo de patologías como la obesidad, influyen en nuestro estado de ánimo y están implicadas en la salud mental y el desarrollo del cerebro.
El yogur no sólo ayuda a regenerar la flora intestinal. Algunos estudios apuntan a que también es capaz de mejorar el estado de ánimo.



Pescado azul: cerebro más joven con omega 3
salmon
Los ácidos grasos omega-3, presentes en pescado azul como atún, sardina, boquerón, salmón, caballa o palometa, entre otros, han demostrado un papel protector frente patologías neurodegenerativas como el alzhéimer.
Al parecer, las grasas poliinsaturadas ingeridas atraviesan la barrera que aísla el cerebro y equilibran los parámetros relacionados con esta enfermedad en el líquido cefalorráquideo.
Los omega-3 parecen ser eficaces también para retrasar la progresión del deterioro cognitivo leve en las primeras fases.


Avena: para equilibrar el sistema nervioso
avena
Tomada en el desayuno, esta gramínea ayuda a controlar el azúcar en sangre y mantiene también a raya los niveles de colesterol, dos parámetros fundamentales para la salud cerebral.
La avena además tiene un efecto directo sobre el sistema nervioso: es ansiolítica, aunque de acción lenta, y combate el estrés.
Tomada con regularidad mejora la concentración y el rendimiento en épocas de especial esfuerzo intelectual, como los exámenes.


Arándanos: para rendir mejor
aranano
Los frutos rojos y morados, son una importante fuente de polifenoles (que también contiene el té verde), esenciales para combatir el estrés oxidativo.
En especial los arándanos rojos tienen un alto contenido en el flavonoide proantocianidina, asociado a una disminución del riesgo de enfermedad cardiovascular.
De eficacia probada en la reducción infecciones urinarias recurrentes, el arándano rojo americano -fresco, congelado o en zumo- mejora también los problemas oculares y auditivos y es saludable.

Parece que potencia la circulación sanguínea del cerebro y algunos estudios sugieren que mejora el rendimiento cognitivo.


Soja: contra el declive cognitivo
soja
Rica en fitoestrógenos, es conocida su indicación para prevenir los trastornos asociados a la menopausia. Pero no es su única virtud.
El consumo regular de soja ayuda también a prevenir la arteriosclerosis, tan perjudicial para la buena salud no sólo cardiovascular, sino también cerebral.
Además es efectiva para paliar el declive cognitivo asociado a la edad y mejora la orientación espacial, al menos en mujeres, según algunos estudios recientes.

Coles: protección para el cerebro
lombarda
Coliflor, repollo, coles de Bruselas, rúcula o nabo, y especialmente lombarda y brócoli, todas de la familia de las crucíferas, aportan sulforafano, un antioxidante con propiedades neuroprotectoras.
A diferencia de lo que ocurre con las vitaminas, esta molécula beneficiosa para el cerebro se forma precisamente al cocinarlos, cortarlos o masticarlos. Además de sus probadas propiedades anticancerígenas, el sulfofarano tiene efectos protectores frente a la isquemia cerebral, hemorragia, daño cortical o inflamación.
Además ayuda a preservar la integridad de la barrera hematoencefálica, cuya integridad está empezando a considerarse crucial en las patologías neurodegenerativas.

Ejercicio: alimento mágico para el cerebro.
ejercicio cerebror
No nos hemos equivocado. Se trata de un saludable consejo que forma parte del saludable estilo de vida mediterráneo: «Poco plato y mucho zapato».
El ejercicio es una especie de «alimento mágico para el cerebro». Y es que las propiedades saludables de estos alimentos sobre el cerebro se multiplican con el ejercicio, que además ayuda a producir neuronas nuevas.
La actividad física estimula la producción del Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro (FNDC), relacionado con la nutrición del tejido nervioso, fundamental para la supervivencia de las neuronas y el establecimiento de nuevas conexiones.

domingo, 19 de enero de 2014

Sobrecargar tus palacios mentales e interconectarlos entre ellos cual laberintos.

Articulo inspirado del trabajo de Joe Riggs, un mentalista e ilusionista británico;

Todos los que usamos palacios de la memoria queremos tenerlos ordenados, controlados y cada vez más y más amplios. Pero eso a veces no es posible y se hace necesario el uso de varios palacios para separarlos por temático (Yo por ejemplo estoy construyendo uno dedicado al calculo mental y otro a los idiomas, por ejemplo) , les añadimos el sistema fonético-numérico para crear enganches en los locus de nuestro palacio para no tan solo saber el recorrido, si no también para enganchar elementos y tenerlos enumerados e indexados.
Palacio de la memoria con sus locii

Hasta ahí todo claro, pero a veces queremos pasar de un palacio a otro como a través de una topología mental y ensamblarlos entre ellos. Tienes dos maneras la fácil y la difícil;

  1. Fácil: Propuesta por Joe Riggs en su blog  es la de crear túneles y/o pasajes para interconectarlos como si fueran laberintos secretos. Imanemos que estoy en mi palacio de la memoria dedicado al calculo mental y ya he terminado la tarea de memorizar el material en ese sitio, pero quiero establecer un acceso rápido de este al palacio por ejemplo de idiomas. Solo tengo que establecer un locus como enganche con una puerta significativa para pasar de un salto a mi palacio de la memoria de los idiomas, sección ingles. Pues me imagina un puerta de madera que tiene el símbolo de la lengua humana roja, brillante y viva, y en la punta tiene clavada la bandera británica. Et voila!
  2. Difícil; La propuesta por mi, usar mnemópolis para ir agrupando palacios y viajar entre ellos según avanzas entre las calles, aparte que mnemopolis actúa como otro palacio mental y te vuelve un GPS viviente. Pero puedes tardar un poco más.
  3. Mixta: Recomiendo esta;¿Por qué?: Fácil porque así disfrutas de lo mejor de ambas estrategias y en momentos de máxima ímpetu puedes saltar por las puertas de palacio en palacio y en tiempos mas tranquilos te paseas por tu urbe mental y de paso añades datos por la calle. Así podrás disfrutar de una capacidad de almacenamiento infinita, ordenada y ágil.
Disfruten del viaje damas y caballeros.






domingo, 12 de enero de 2014

ASOCIE LA PERSONA CON SU NOMBRE

La tercera y última etapa es formar un lazo mental adecuado entre la persona y su nombre.
Para los acostumbrados a crear asociaciones no hay dificultades, pero quien educa su
memoria es por carecer parcialmente de esa facultad. En este caso, la práctica continua de los
ejercicios antes indicados desarrolla la cualidad de unir para siempre personas y nombres.
Para relacionar un individuo con su nombre podemos elegir un aspecto de su figura,
profesión, actividad comercial, etc. Naturalmente no siempre es fácil establecer de primera
intención esa conexión. La voluntad puesta al servicio de la ejercitación es el único
procedimiento indicado. Repita, pues, las prácticas para recordar rostros y nombres,
establezca relaciones procurando formar frases de este tipo: La roja nariz de Herrero, La
despectiva mirada de Sollier, La inmutabilidad de Herrick, etc. Además, busque en los
nombres la posibilidad de una asociación natural con palabras de significado derivado.
Supongamos que nos presentan al señor Delgado; aparte del significado concreto del apellido,
podemos sustituir en seguida esta palabra por débil, delicado, enclenque. Por otra parte,
existen muchos sonidos semejantes: delegado, por ejemplo, y así podemos forjar una cadena:
El señor Delgado, delegado de la casa W. M. Jackson, es una persona delicada.
Las posibilidades de establecer tales lazos son ilimitadas y tienen como punto de partida el
reconocimiento de nombres y rostros. Quien cubrió satisfactoriamente ambas etapas debe
aguzar su ingenio. Aquí, la mnemotecnia queda librada a la habilidad del lector para
descubrir similitudes y contrastes

LUCES ROJAS Y AZULES

La función del cerebro es registrar y comprobar. Los sentidos brindan el material necesario,
pero es materia bruta; su aprovechamiento requiere una decantación, un tamizado previo;
mucho de lo recibido es escoria, desaparece sin dejar huellas. Este es el papel del olvido:
seleccionar. Si el individuo conservara íntegro el recuerdo de todas las excitaciones, sería
aplastado por semejante cúmulo. Conserva las necesarias, las útiles por su valor de
adaptación, y el resto se pierde para dejar campo a nuevas experiencias. Esto permite al
estudiante aprender, y en el examen, encontrar la respuesta exacta, después de haber
desechado todas las aproximaciones posibles. El cerebro conserva, confronta, liga recuerdos y
experiencias nuevas; es el magnífico tablero de control de esa gran central mecánica que es el
ser.
Si el cerebro fuera de cristal, transparente, y si la excitación se iluminase con una luz roja y la
inhibición con otra azul, veríamos en la superficie de los grandes hemisferios un mosaico
luminoso de dos colores; en unas zonas arabescos de complicados puntitos, en otras dibujos
más grandes, de formas extravagantes y fantásticas. En algunos sitios observaríamos el
mosaico en rápido movimiento, en permanente y alternativo cambio, en ininterrumpido
juego de colores rojo y azul; en otras regiones las manchas coloreadas nos parecerían
inmóviles. El doble principio de elaboración y olvido se aclara con esta imagen. El excitante,
por más fuerte, se desparrama con mayor rapidez, pero arrastra como irreparable compañero
el olvido, el sueño de las células, que puede abarcar extensas zonas o concretarse en un punto.
El cerebro vive, pues, entre el sueño y la vigilia, en constante desgaste y recuperación.
Abrimos una ventana al mundo exterior y cerramos otra. La memoria y el olvido pugnan por
vencer: las luces rojas son las células que trabajan, fijan y relacionan recuerdos; las azules,
células que agotadas o poco ejercitadas se liberan de todo esfuerzo, se aíslan del resto para
reponerse.

LA VISITA DEL SEÑOR HEILBRUNNER

La piedra grabada guarda indeleble las huellas del cincel; la sabiduría popular de los
proverbios nos enseña que palabras escritas en la arena se las lleva el viento. ¿Cuál de estas
condiciones corresponde al sistema nervioso? La segunda. El cerebro es plástico, recibe
voluntarioso toda impresión que los sentidos recogen; pero en su propia plasticidad guarda,
por inercia, la tendencia a volver al estado primero, a borrar toda huella que no abrió
profundos surcos. Imaginemos el taller del vidriero que paciente prepara el arabesco de las
piezas que el mercado disputará. Su imaginación se concreta en finos trazos que quitan parte
de la cera con que cubriera el cristal. Así, el dibujo tiene la duración de las palabras escritas
en la arena; lo sabe y no confía en tan simple medio. Sumerge la pieza en agua regia: el ácido
corroe las partes señaladas. Aquí no termina la tarea. Es necesario dar vida a la obra y el color
se impone. El esmalte debe resistir todo uso y para ello entrega la pieza al calor del horno que
lo fragua indeleble con el cristal. Estas operaciones hacen que perdure la obra, y en nuestro
sistema nervioso también dos operaciones aseguran la conservación de las impresiones: la
penetración y el refuerzo de la impresión.
El perfecto funcionamiento de los órganos sensoriales y la integridad orgánica del sistema
nervioso aseguran de hecho la penetración. Ningún estímulo se pierde y los nervios lo llevan
a su respectivo centro. El número de impresiones que nos solicitan es ilimitado; todas, en
principio, tienen igual posibilidad de fijarse, pero el cerebro no actúa como placa fotográfica.
Su función es inteligente, de adaptación a las necesidades del individuo, proceso que cumple
seleccionando las impresiones según su grado de importancia.
¿Cómo comprueba ese grado de importancia? Por la atención que prestamos a uno u otro
suceso. Cuando nos concentramos en una lectura toda vocinglería, el ruido de la calle, pasan
inadvertidos. Mas el solo olor a quemado nos hace saltar de nuestro asiento. Instintivamente
el reflejo de conservación se sobrepuso al interés de la lectura. Esa sensación que llegó
confundida con otras que no reconocíamos se impuso por su importancia. Vemos, pues, que
la atención enfoca, por así decirlo, el campo de la conciencia sobre un determinado objeto,
pero no anula la posibilidad de saltar a otro de mayor trascendencia. En el estudiante
distraído, en el comerciante que olvida pedidos, falta el esfuerzo voluntario de atención.
Si la penetración depende casi exclusivamente de factores orgánicos, no ocurre lo mismo con
el refuerzo de la impresión. Aquí representa su gran papel la ejercitación. Tenemos en
perspectiva un buen negocio y nos presentan la persona indicada para realizarlo. El amigo
común introduce al futuro cliente dando su nombre, profesión, e indica con breves alusiones
la prisa que tiene al decirnos que viaja a Brasil en el próximo avión. Debemos ser explícitos y
no perder tiempo; lo requiere la prisa del visitante y nuestro interés en la operación a
concretar. Apresurados, pues, volcamos nuestra atención en las condiciones del contrato a
formular; omitimos parcialmente al visitante, que expuestas sus razones se retira. Llegado el
momento de llamar a su alojamiento o de escribirle: ¿Cómo se llama...? ¿Es abogado,
ingeniero...? ¡Pequeñas y grandes dificultades! La corrección, la seriedad, no permiten tales
omisiones y resulta, que por ellas o por no querer cometerlas, perdemos una provechosa
operación ¿Qué hubimos de hacer? Simplemente ayudar nuestra memoria, reforzar la
impresión de esos detalles triviales, pero imprescindibles. En el transcurso de la conversación
decíamos: "Nuestro interés, señor..." "El crédito de la casa exige..." "La calidad de nuestra
producción..." Y debíamos decir: "Nuestro interés señor Heilbrunner exige..." "El crédito de la
casa, señor Heilbrunner..." "La calidad de nuestra producción, señor Heilbrunner..." Así, al
par que corteses y amables, el apellido Heilbrunner llega una y muchas veces a nuestros
centros cerebrales, la impresión está reforzada, y las células asaeteadas por la percepción
correspondiente a Heilbrunner no dejarán escapar este grupo de sonidos, lo conservarán
tenazmente. Además, cuando durante la entrevista tomamos anotaciones, debimos escribir
varias veces Heilbrunner, y la impresión auditiva se convierte así en visivo-motora. Es ley en
psicología que cuantos más sentidos componen un recuerdo con mayor fuerza se graba

¿ES USTED BUEN TESTIGO?

Ocurre a menudo que nos requieren para dar testimonio de un hecho cualquiera. La
importancia del mismo exige precisión en las respuestas. Grabado profundamente en la
memoria, al herir la sensibilidad el acontecimiento creó un estado afectivo. Dolor y lástima
ponen su sello a la evocación, y cuanto más inusitado fue el acontecimiento, con mayor
abundancia acuden las imágenes a la mente. Sin embargo, todo aconteció hace mucho tiempo;
nuevas sensaciones, innumeras alegrías suplantaron al estado de depresión. En el momento
de la evocación se presentaron claros todos los factores accesorios: sabemos día, hora, lugar,
y muchas veces nos sorprendemos de recordar esos detalles. ¿Les prestamos atención en
aquel momento? Indudablemente no; carecían de importancia. Si fue un accidente
procuramos entonces socorrer a los heridos y nada más. Pero ahora los precisamos y en ellos
hace hincapié el oficial de justicia. Describimos situando el acontecimiento dentro de un
marco de espacio y tiempo: lugar y época.
Quitemos a la evocación estas características. ¿Cuándo fue...? ¿Dónde...? ¿Nos ocurrió a
nosotros, nos relataron o leímos el suceso? Toda la gama de las imprecisiones nos asalta.
Sabemos algo y no sabemos cómo. Evocamos fantasmas, pues la realidad aparece divorciada
del acontecimiento. Pero en el momento que agregamos el complemento de época y lugar
todo cambia: vivimos nuevamente el acontecimiento, sentimos su peso. Virgilio escribió: No
hay mayor dolor que recordar el tiempo feliz en la miseria. La frase sintetiza todo el proceso
psicológico. Los estados de ánimo pasados vuelven y contrastan con la realidad presente:
fuimos felices y somos desdichados. El antagonismo destaca los relieves de ambas
situaciones y la diferencia se vuelve manifiesta. En el contraste reside, pues, la localización
del recuerdo; sin este factor quedará perdido, brumoso, como un relato oído sin saber dónde.
Si la similitud de acontecimientos es acicate para la evocación, el contraste —cuanto mayor,
mejor actúa— precisa el momento y el lugar

LA HUCHA DEL AVARO

El dinero tiene valor mientras circula; la hucha del avaro deja perecer de hambre a su dueño.
Así, por profundamente grabado que esté un recuerdo de nada vale si no podemos hacerlo
aparecer, ponerlo en circulación. La evocación es el proceso que actualiza los conocimientos
adquiridos, y aunque la comparación parezca grosera, con el funcionamiento de un archivo
podemos comparar su proceso. Los recuerdos no se amontonan como las hojas que en otoño
el viento arremolina, sino se disponen como ordenados legajos. Cuando solicitamos al
archivero un documento, consulta primero su índice general; obtenida la denominación del
legajo busca después en el índice especial la característica que distingue al documento pedido
de otros similares y sin vacilaciones lo pone en nuestras manos. Procedió por sucesivas
aproximaciones y encadenamientos. Un dato da la clave de otro, y éste permite ubicar lo
pedido. En sus grandes rasgos, la mente procede de este modo. Veo un hombre en la calle y
en seguida me recuerda un amigo por su manera de vestir. En este caso el factor reproductor
es la imagen percibida en la calle, que por analogía, es decir, por ciertos rasgos comunes,
despierta el recuerdo que conservo de mi amigo. Tenemos, pues, una asociación, un
encadenamiento por semejanza. En cambio, si al ver una persona evoco su nombre, si una
palabra reproduce la que sigue en un verso, hablamos en seguida de contigüidad. La
asociación por contigüidad es fruto de la experiencia, pues resulta más íntima cuanto más
frecuente fue la repetición
conjunta de fenómenos ligados entre sí. En el ejemplo que
diéramos para grabar un nombre, la palabra Heilbrunner está indisolublemente unida al
crédito de la casa, a la calidad de nuestra producción, a los apuntes tomados; y cada vez que
estas imágenes actúen, el nombre de nuestro cliente también será evocado. La prontitud y
precisión de la evocación estará en razón directa con el número de asociaciones. Cuanto más
apuestas hace el jugador en la ruleta, mayor es su posibilidad de acertar. Del mismo modo,
cuanto mayor número de impresiones se asocian a un recuerdo, más pronta y fácil es la
evocación. En una palabra, podemos resumir estas condiciones fundamentales para quien
desea educar su memoria en dos reglas:
1) Toda representación tiende a reproducir otra representación que se le asemeja.
2) Tiende, además, a reproducir otras, a las cuales está ligada por la experiencia.

¿COMO RECORDAMOS?

La suerte del cerebro es sufrir continuas modificaciones. Tales cambios pueden recordarse en
ciertas circunstancias; las ideas, las imágenes, las sensaciones, las emociones, que en un
momento dado de la vida se han fijado en la memoria, pueden reaparecer
Algunos ejemplos de las asociaciones que pueden venir a la mente cuando observamos un
objeto. Su número es ilimitado: sólo depende de la atención y conocimientos del observador.
Cuanto más relaciones establecemos, con mayor fuerza se graba el recuerdo

Sin embargo, es preciso distinguir dos clases de reproducciones: el recordar y el recordarse.
He observado la estatua de la Libertad en el puerto de Nueva York por primera vez, hace
diez años; me detuve buen rato, analicé cada uno de sus detalles escultóricos, busqué la
explicación de sus alegorías, seguí con mis propias manos el contorno de algunos de los
relieves; la imagen motora se conservó en mis centros nerviosos. Si paso hoy frente a la
estatua de la Libertad, se formará en mi cerebro una imagen visual-motora, más o menos
nueva, pues en realidad sólo la vi al pasar —y la cantidad de los elementos que la
compongan serán antiguas imágenes elementales resucitadas—. Esas imágenes son
actualizadas por los mismos estímulos que hace diez años las produjeron. De hecho, no soy
yo el que recuerda, es el monumento mismo, o mejor su presencia, lo que despierta las
modificaciones otrora sufridas por un grupo de mis células cerebrales.
Cuando me detuve por primera vez ante el monumento casi todos mis sentidos aportaron
excitaciones; comparé la figura con las de otros monumentos, recordé lo aprendido acerca de
las circunstancias en que se erigió la estatua. Ahora, sin detenerme en un prolijo examen, el
conjunto de los conceptos elaborados aparece claro y neto. Nada falta, instantáneamente la
presencia del monumento, el estímulo directo, actualizó viejos recuerdos.
Pero estos recuerdos pueden
también aparecer por estímulo indirecto; puedo yo
mismo
recordar. Bastará para ello un lugar, una palabra, una fecha, algo que tenga relación con el
monumento. Así, la palabra Libertad leída en un periódico, evoca en mí siempre la misma
imagen visual, bastante confusa en sus contornos, pero relativamente clara en el centro. En
esa parte mejor precisada veo
la antorcha de la
estatua, a la izquierda una masa de
rascacielos, a la derecha navíos anclados, en el centro un
enorme basamento blanco. En
medio de todo el conjunto, augusta e imponente, la figura de la Libertad. Mi imagen visual
está completamente deformada, sé muy bien que desde el sitio en que me considero colocado
no vería realmente lo que imagino. Pero lo importante para mí es mostrar cómo la palabra
Libertad
impresa me recuerda siempre la estatua
del puerto de Nueva York. Esto ocurre
porque la imagen visual, y muy particular del monumento, entra en la imagen panorámica,
que no fue sorprendida por los ojos, sino forjada por la imaginación gracias a un acopio de
imágenes elementales, de colores y formas. Siempre esta composición se me aparece en sus
rasgos esenciales, está ligada, indisolublemente, sin que sepamos cómo ni por qué a la
palabra Libertad. Existe en mí una relación entre el significado de esa palabra y una
representación visual de una parte de Nueva York.
De este modo, mi memoria se comporta, pues, como una carga potencial, como la fuerza de
un explosivo, latente hasta el momento del choque o la ignición. Es absolutamente imposible
recordar una serie o conjunto de representaciones mentales, si uno de sus elementos no
resulta actualizado por una excitación exterior; después, la mayor o menor fidelidad de la
reproducción dependerá pura y exclusivamente de la solidez de los lazos que unan las
imágenes entre sí, de la atención que acostumbramos a prestar a las cosas, de la mayor o
menor ejercitación de nuestra memoria.

¿COMO ESTUDIA USTED

La pregunta parece pueril, pero no siempre todos los estudiosos saben estudiar. La práctica
educativa nos enseña cuántas dificultades presentan las lecciones aun para los estudiantes
más inteligentes La falla a veces está en la poca amenidad de la lectura y casi siempre en la
falta de método del lector. El primer impedimento lo salva la acertada elección de libros
gracias al consejo de personas experimentadas; el segundo, la meditación y el ejercicio.
¿Es usted un tragalibros? ¿Reflexiona sobre lo leído después de cada frase, cada parágrafo,
cada capítulo o concluida la obra? La respuesta a estos interrogantes aclara todos los enigmas.
Si usted traga los libros, y las lecturas se suceden sin orden, olvida porque no comprende la
intención general de la obra, y sólo recuerda algunos pocos pasajes que lo impresionaron
vivamente, y muchas veces sin conexión entre ellos. La lectura debe ser pausada, pues de lo
contrario, atosiga, como el alimento que comemos de prisa. Además, discretas interrupciones
para fijar la atención en otros hechos, procuran descanso y dan lugar a que el subconsciente
elabore lo leído.
Algunas personas se detienen a reflexionar sobre cada frase. El procedimiento, aunque
aparentemente sesudo, es inconveniente. Nunca una frase representa una unidad completa;
depende de lo antes dicho y del texto que sigue. Aislada es como estudiar la arquitectura de
una catedral arrancando ladrillo por ladrillo. Otros prefieren analizar cada parágrafo; aunque
conveniente, es más adecuado analizar cada capítulo, pues los parágrafos son el andamiaje
menor de la idea directriz, y ocurre a veces que nos llevan, considerados por separado, a
sutilezas innecesarias. Por último, el momento de verdadera y necesaria reflexión llega
cuando se concluye de leer la obra. Entonces sí, analice, pese las ideas contenidas, haga la
crítica, y después, aunque hayan quedado varias cuestiones sin aclarar, deje el libro para otra
oportunidad. El subconsciente representa aquí un gran papel: tiempo después,
comprendemos cosas que no descubriéramos leída la obra. Además, otras lecturas
posteriores aumentan la comprensión. Vuelva entonces al libro, y la segunda lectura será
verdaderamente provechosa.
Muchas personas tienen la costumbre de tomar notas aisladas; de muy poco o nada sirven.
Una pila de materiales no es una casa. Resuma por escrito cada capítulo y así, terminada la
lectura, tendrá un esquema básico que fue el del autor al planear la obra. Tendrá la idea
madre, libre de las comparaciones y frases accesorias que en el texto ayudan a presentarla.
Ahora, muchos de ustedes se preguntarán: ¿Qué relación guarda la lectura con la
mnemotecnia? La respuesta involucra la finalidad de este apartado, pues si los ejercicios
fueron bien practicados y desarrollaron la memoria, el intelecto, la contraprueba está en el
grado de aprovechamiento de lo leído Las reglas por nosotros estudiadas son de indiscutida
utilidad, sirven prácticamente, pero nunca pueden ser la finalidad de una persona que desea
tener buena memoria. Sirven como guía y ejercicio; su paciente repetición desarrolla las
facultades naturales, despierta el juego de luces rojas y azules del cerebro, desarrolla la
atención, prepara para recordar sin ayuda de artificios.
Después de la fractura de una pierna, soldado el hueso, el médico ordena caminar con ayuda
de bastones. La razón está en los músculos debilitados por una forzada inactividad. Arrojar
los bastones es el primer gesto del paciente, recuperada la antigua flexibilidad de los
miembros. Arrojar lejos de sí los argumentos mnemotécnicos debe ser, bien ejercitadas las
facultades débiles, la finalidad de quien recurrió a nuestros consejos. Sabremos el momento
de la cura cuando la memoria llene estos tres requisitos:
1) FIEL: devuelva con exactitud y en el momento preciso todo recuerdo que se le haya
confiado, cualidad preciosa en la conversación, transacciones y operaciones comerciales, y en
los demás órdenes de la vida.
2) TENAZ: los recuerdos son durables y las cifras registradas en el cerebro están a su
disposición mientras son útiles.
3) UNIVERSAL: retiene con la misma facilidad hechos, rostros, nombres, direcciones, fechas,
argumentos, precios, detalles, etc.
Estas tres condiciones indican armonía en las funciones cerebrales, y una vez más lo
repetiremos, esa armonía es inteligencia, y la inteligencia se apoya en la ejercitación adecuada
de las facultades débiles.

¿OLVIDA USTED LOS NOMBRES?

Reconocer el rostro de las personas no basta. Recordar sus nombres tiene igual importancia.
Sin embargo, es más difícil para la mayoría recordar un nombre que un rostro. La razón es
simple: en la percepción visual entran mayor número de excitantes que en la auditiva.
Cuando alguien nos habla, hay una continua repetición de imágenes visuales, y el nombre
pronunciado en la presentación se pierde entre el resto de las palabras.
Para obviar esta dificultad, pocas y precisas son las reglas a seguir:
1) Memorice el nombre correctamente, en sus sílabas;
2) No tema pedir que lo repitan;
3) Introduzca continuamente el nombre del interlocutor en la conversación.
Estos medios aumentan el número de veces que con la figura está presente el nombre y su
práctica salva la principal falla de este tipo de memoria: la carencia de repeticiones.
Es casi imposible retener un párrafo en lengua extraña si no sabemos el significado o
relaciones de cada palabra con las de nuestro idioma. Cuanto más concreto, mejor se
recuerda un término. Lo mismo ocurre con los nombres. Debemos, pues, buscarles una
relación. En todo idioma los apellidos pueden ser divididos en dos categorías:
1) Nombres que de suyo significan algo como Herrero, Pino, Casas, Moreno, Costa, Conde,
etc. También en esta categoría caben aquellos que sin tener significado propio Lo adquieren
por extensión, pues uno de sus portadores representa algo característico: Bolívar, Ford,
Gillette, etc.
2) Nombres sin característica propia o que por exóticos no podemos darle significado
concreto como Muñoz, Alí, Sokolovsky, Herrick, Sollier, etc., pero susceptibles de ser
clasificados por su origen español, árabe, ruso, inglés, francés, etc.
Así ordenados, cada nombre queda en nuestra mente soldado a algo concreto; a un contraste,
cuando un señor con buena cabellera se apellida Calvo; un rubio, Moreno, o dispuestos
según su origen. La dificultad inicial de la retentiva de nombres —dijimos— está en el poco
número de imágenes que crean; por ello, siga estas reglas, acuda después a su ingenio e
invente todas las asociaciones posibles. La repetición y la asociación son las vías para
desarrollar este tipo de memoria

NADA HAY NUEVO BAJO EL SOL

En efecto, la mnemotecnia no es, como la bomba atómica, producto de nuestro siglo. Los
antiguos ya la aplicaron, pero en casos excepcionales. En los Vedas, tratados filosófico-
religiosos de los hindúes, se indica la repetición como medio de acrecentar la retentiva; los
griegos se valieron de ella, y entre los romanos, el mayor de sus tribunos, Cicerón, nos dejó
un modelo todavía útil. Sin embargo, sólo fue patrimonio de pocos. Sus mayores sabios
ignoraban acerca de las funciones del cerebro lo que hoy sabe un escolar, y sólo
empíricamente, con la práctica, llegaron a crear un sistema para fijar mejor los recuerdos.
Eran secretos de los grandes oradores, de los filósofos, de aquellos que debían exponer en
público.
Las actuales condiciones de vida invierten los papeles. Todo se vuelve patrimonio de todos.
La complejidad de los mecanismos de uso común da muchas comodidades, pero también
mayores responsabilidades. Para afrontarlas se requiere inteligencia, y la inteligencia es
memoria equilibrada.
A menudo Cicerón preparaba sus largas oraciones de un día para otro. Pronunciadas en el
Foro, sin la ayuda de guías escritas, exigían un esfuerzo de la memoria muchas veces
imposible para un hombre ocupado por múltiples cuestiones de Estado. El gran tribuno
obviaba la dificultad con un método todavía adecuado para quienes deben hablar en público,
y para los estudiantes que preparan una larga exposición: Por su simpleza y generalidad este
procedimiento servirá de ejemplo antes de entrar en las particularidades de la mnemotecnia.
Siempre, lo más difícil de retener son las series de vocablos o frases aisladas con que se
inician los períodos de la disertación. Sin embargo, pueden relacionarse a una serie de
lugares fijados de antemano, que, por la familiaridad o importancia, recordaremos toda la
vida. Estos lugares deben existir en la realidad en el mismo orden, sernos muy conocidos, y
diversos en su forma y naturaleza.
Si imaginamos una casa, fácilmente nos confundiremos con la semejanza de los lugares
(ventanas, puertas, etc.) y no recordaremos dónde ubicamos cada cosa. Tomemos, pues, un
ejemplo más general; los meses nos darán la clave requerida. Son doce y podemos agregarles
las cuatro estaciones del año, así como los siete días de la semana, cuya suma nos da
veintitrés jalones inolvidables. Además, dentro de cada mes o estación podemos precisar
fechas cuya importancia sea verdadera para nosotros; de este modo, sin necesidad de nuevas
asociaciones, tendremos una cantidad de lugares que con una pequeña ejercitación se podrán
enumerar de corrido, en el orden directo o inverso, y sabiendo además qué número les
corresponde. La tarea no es difícil, basta emprenderla y en pocos minutos de trabajo se
tendrá una serie inolvidable que dará cabida a cuanta cosa se quiera recordar. Los lugares
numerados del ejercicio son:
1) Enero.
2) Febrero.
3) Marzo.
4) Abril.
5) Mayo.
... etc., hasta doce, y de aquí se pasa a las estaciones o fechas elegidas hasta
completar el
número de lugares guía deseados. A un amigo encomendamos formar una lista de palabras o
ideas, en este caso los emperadores romanos, que ha escrito y lee una sola vez, teniendo
cuidado de no pasar de un nombre a otro sin previo aviso del ejercitante:
1) Augusto.
2) Tiberio.
3) Calígula.
4) Claudio.
5) Nerón.
... etc.
A medida que el memorista oye un nombre, imagina el objeto o idea que expresa colocado en
el lugar correspondiente, como si lo viera. De este modo se le presenta Augusto con su corte
en enero, hecho que por lo extraño no olvidará; inmediatamente avisa para que el lector pase
a otra palabra: Tiberio y la expulsión de los judíos en febrero; otra, Calígula y el templo de
oro que hizo erigir en su honor en marzo; otra, Claudio y la muerte de Agripina en abril; otra,
Nerón y el incendio de Roma en mayo... El procedimiento no puede ser más rápido, y ya
desde la primera prueba el principiante puede repetir todos los nombres que ha oído una
sola vez por su orden o el inverso, y decir el número correspondiente a cualquiera de ellos.
La mayor dificultad en este ejercicio, y en todos los que presentaremos, está en vencer el
miedo a fracasar: ¡Piense que nada hay imposible, que lo hecho por otros puede hacerlo
usted! En todo aprendizaje el factor psicológico es de capital importancia; la sugestión, aquí
como en todos los órdenes de la vida, desempeña su gran papel.
Este ejemplo, que eligiéramos para la mejor comprensión del procedimiento, se puede
reducir a otros más particulares y concretos. La inventiva del lector puede aprovechar lo
aprendido en viajes, las situaciones profesionales, el conocimiento de la propia ciudad y de
otras, las fechas históricas más sobresalientes de su país, etc. Por vía de ejemplo, supongamos
que los lugares numerados del ejercicio son, para un argentino que considera a Buenos Aires
como punto de referencia:
1) Casa Rosada.
2) Plaza de Mayo.
3) Avenida de Mayo.
4) Plaza del Congreso.
5) Palacio del Congreso.
... etc. Sigue paso a paso el procedimiento anterior y el amigo lee los siguientes nombres:
1) ballena.
2) aeroplano.
3) toro.
4) vidrio.
5) estampilla.
... etc. Así, los contrastes ligan indisolublemente lugar e idea: una ballena en la Casa Rosada,
un aeroplano en la Plaza de Mayo, etc.
Pasemos a otro ejemplo de la misma categoría. Si tomamos en su orden de aparición las
figuras de mayor relieve en la historia de México, tendremos la siguiente serie:
1) Moctezuma.
2) Hernán Cortés.
3) Miguel Hidalgo.
4) José María Morelos.
5) Benito Juárez.
... etc.; y podremos enlazar estos nombres, inolvidables para todo mexicano, con una serie de
ideas o lugares:
1) penicilina.
2) incunable.
3) arteriosclerosis.
4) sucedáneo.
5) miriágono.
... etc.
Por varios caminos se llega a Roma. Otro método topográfico —es el nombre técnico—
conocido también desde los tiempos de Cicerón, es el que hoy llamamos de los figurones, y
que por requerir mayor esfuerzo y ayuda del dibujo, puede ser reservado para reforzar el
hábito de retener que desarrolla el procedimiento anterior. Imagine diez o más figuras de
personajes vulgares, diferentes, sugestivos o ridículos, y muy conocidos (por ejemplo: Don
Quijote, Sancho, Pinocho, etc.), exentos de toda acción, inmóviles y perfectamente poseídos
por el memorista, a los cuales aplica la palabra o acción que quiere recordar. De este modo, al
presentarse a la mente el fantoche, arrastra la idea o palabra cuyo recuerdo necesitamos.

MODELE SU MENTE

Dijimos que la mente es plástica; la arcilla también: en manos de un niño se transforma en
una pelota; bajo los dedos del escultor en la Venus de Milo. La materia es la misma, su
aprovechamiento distinto. Modelemos, pues, nuestro cerebro. La mnemotecnia es el arte de
desarrollar la memoria, sus reglas son fáciles de seguir, sólo exigen paciencia y dedicación. A
diario perdemos horas en las mesas de los cafés o en chácharas sin trascendencia. Ahorremos
un poco de ese tiempo, recurramos a esa facultad tan humana que es la voluntad, y los
resultados compensarán con creces el esfuerzo.
El primer paso para la educación de la memoria es descubrir sus fallas. ¿Olvidamos los
nombres, los rostros, las citas? Las dificultades en el desarrollo de nuestra profesión nos
darán la clave. Un comerciante sólo recuerda la figura, y no el nombre de sus clientes; un
arquitecto, los estilos y no las fórmulas de resistencia de los materiales; un estudiante sabe los
acontecimientos históricos y no puede relacionarlos en el tiempo. Allí está la laguna; toda
dificultad de la memoria encierra su causa, y el análisis de los imposibles indica la porción a
educar. Veamos algunos ejemplos.
Un abogado cuya memoria disminuía en forma alarmante y que temía perder junto con ella
reputación y clientela, se dirigió a un conocido psiquiatra. Entre otras cosas, informó que
siempre había poseído memoria muy débil para los nombres. Además, su comportamiento
reveló que sus facultades sociales estaban mal desarrolladas; interesándose poco por las
personas olvidaba sus nombres, aun cuando en general su memoria para nombres escritos
fuera buena. El remedio prescrito resultó inesperado para el paciente: Desarrolle las
facultades de sociabilidad para mejorar la memoria de los nombres propios.
Otro ejemplo me es personal. Antes tenía mala memoria para las fisonomías y sólo recordaba
los nombres, especialmente el timbre de voz de quien los pronunciara. Esto resultaba
sumamente molesto. Me encontraba con Pedro y creía estar con Pablo. Si las circunstancias
exigían mantener una conversación, hablaba a Pedro de aquello que sabía del interés de
Pablo. "¡Si nunca estudié pintura!" "Jamás estuve en Italia!". Las respuestas, para mí
inesperadas, tenían la virtud de desorientarme y por ello más de una vez estuve en los
límites de lo ridículo. La molestia de caer a menudo en tales confusiones me decidió a
cultivar la facultad débil. Me impuse un castigo: no fumar por una semana después de cada
tropiezo. Eso activó mi voluntad, pues la privación de algo muy arraigado es buen acicate.
Así, después de pacientes ejercicios, llegué a ser buen fisonomista. Pablo es Pablo y Pedro es
Pedro.
Ya se ve el papel que desempeña el interés en la memorización: enfoca la atención sobre la
cosa a retener. Cuando un jefe recomienda a su empleado una tarea delicada, le dice: ¡Ponga
los cinco sentidos! Es decir, concéntrese y no permita que ninguna sensación ajena a la
ocupación robe una fracción de su atención. Sin embargo, a veces la pereza nos inhibe. En lo
biológico todo tiende al mínimo esfuerzo. Hubo grandes perezosos entre los hombres de
valer: A Anatole France le costaba más decidirse a trabajar en una novela que escribirla. Pero
no nos engañemos, en ellos el ingenio valía más que la pereza. Nosotros, el común de los
mortales, tenemos allí un enemigo siempre en acecho; si nos vence fracasamos. La atención
exige concentración, y concentrarse es realizar un gran esfuerzo. Seamos capaces de ese
esfuerzo; apelemos a la voluntad, y con el tiempo se transformará en hábito.
Concentremos, pues, nuestra atención en aquellas cosas que deseamos retener, y la memoria
especial para esa clase de recuerdos se volverá excelente.