Vistas de página en total

martes, 28 de febrero de 2012

La lectura Suprarrápida

Cortesía de: El arte de la memoria.

Cuando empecé a buscar formas de leer rápidamente:
  • ponía mis esfuerzos en elevar el número de Palabras Por Minuto (PPM) desde que empezaba hasta que terminaba de leer un texto dado
  • hacía ejercicios para aumentar mi campo de visión
  • trabajaba para modificar o eliminar hábitos que me  impedían alcanzar marcas más altas y siempre anotaba mis progresos
Hasta ahí todo bien desde el punto de vista de la autosuperación, de querer llegar más lejos. Pero lo que me ocurría era que no ponía las cosas en la perspectiva correcta. Estaba obsesionado con conseguir mejores registros cada vez. Todos los días:
  • ejercitaba la visión periférica (para aumentar mi campo de visión)
  • leía sobre patrones de lectura
  • investigaba sobre distintos estilos de lectura y
aunque los progresos se veían claramente, el esfuerzo siempre era demasiado grande. Sobre todo por el efímero resultado conseguido. Cuando, por el motivo que fuera (vacaciones, gripe, otros), interrumpía el tiempo de ejercicios durante una o dos semanas, casi volvía al punto en el que estaba 1 mes antes. Era frustrante ver cómo las marcas (PPM) bajaban después de no haber hecho los ejercicios durante unos días y el esfuerzo que había empleado en ello.
Desde hace tiempo decidí no preocuparme tanto por el número de Palabras Por Minuto (PPM) que soy capaz de leer en una pasada individual al texto que tengo delante. En su lugar, lo que hago es buscar un tiempo global de lectura inferior. Me preocupo porque la cantidad de tiempo empleado desde que cojo el texto por primera vez hasta que lo dejo, quedándome a gusto con el nivel de comprensión que he alcanzado del mismo, sea la menor posible sin importarme cómo lo he conseguido.  Antes sólo me preocupaba por leer más rápidamente y enterarme de todo con una sola pasada. Ahora no me importa el número de veces que vuelvo a (re)leer porque al final empleo menos tiempo y menos esfuerzo.
Principio de Familiaridad con el Texto: Me apoyo en este concepto para asegurarme de que empleo el menor tiempo posible al leer. Consiste en lo siguiente: Cuanto más conoces acerca del texto, menos tiempo empleas en leerlo y mayor comprensión alcanzas.
Por ejemplo:
  • ayer recibiste la factura de la electricidad. Le echaste un vistazo rápido, viste cuánto te van a cobrar esta vez. Luego viste que también aparecía el período por el que te cobran (desde cuándo hasta cuándo), lo que cuestan los kilowatios/hora, la diferencia con la factura anterior (porque te aparece una comparativa de las 5 últimas facturas), el desglose entre energía consumida, impuestos y cargos fijos. Aunque no prestaste especial atención en general a ningún dato
  • hoy vuelves a revisar la factura para ver la cantidad exacta que te van a cobrar dentro de unos días, cuando pasen el recibo por el banco. Tu vista no baja de izquierda a derecha desde la parte superior de la hoja para buscar el dato de cuánto vas a pagar de electricidad esta vez. Tu vista se dirige exactamente al punto donde está la información que buscas o si no, va a quedarse muy cerca. ¿Por qué? porque ya lo has visto antes. Porque ya sabes dónde está el dato que buscas. Porque ya ha habido al menos un primer contacto, una primera pasada, un primer vistazo a la factura.
Lo mismo ocurre con cualquier otro tipo de textos escritos. Cuanto más sabes acerca de ello, cuanto más familiarizado estás:
  • más rápidamente llegas a la información que necesitas
  • más fácilmente entiendes el contenido
  • menos tiempo empleas en sacar lo que necesitas del contenido
Estás familiarizado con un texto cuando:
  • ya lo habías leído alguna vez
  • te habían hablado del contenido
  • habías tenido algún tipo de experiencia relacionada con el mismo y/o su contenido
¿Qué hacer para familiarizarse con lo que vas a leer, ahorrar tiempo y mejorar tu nivel de comprensión final?
  • ver una película o un documental que muestre lo que el texto describe
  • encontrar a alguien que te cuente sobre qué trata
  • pagar a alguien para que haga el trabajo por ti
Si ninguno de los anteriores no está a tu alcance, también puedes:
  • leer en varias pasadas lentamente intentándolo comprender todo (con lo cual no ahorrarías tiempo y sí desperdiciarías mucho)
  • leer en varias pasadas rápidamente sin importante lo que no entiendes, sin paradas ni regresiones
  • aplicar la Técnica de la Cebolla con la que lees por capas, yendo primero a por lo que te resulta más atractivo o fácil de leer, sin paradas para comprender al detalle ni regresiones para revisar lo no entendido. En el caso de un libro, podrías empezar por la portada, contraportada, índice, glosario y ojeada rápida de menos de 30 segundos para ver el formato con el que está presentada la información (si hay dibujos, gráficas, tablas, colores, …). Luego leerías no secuencialmente, desde la primera página a la última, sino empezando por el capítulo o sección que más te atraiga, que más interesante te resulte. Así hasta que al final alcances el nivel de comprensión del texto que querías conseguir antes de empezar a leerlo.
Conclusión:
“Principio de Familiaridad con el Texto: Cuanto más conoces acerca del texto, menos tiempo empleas en leerlo y mayor comprensión alcanzas”

¿Qué hacer cuando lo que vas a leer no te interesa?

Cortesía de: El arte la memoria.


Hace poco publiqué el artículo “No leo porque no me gusta leer” y en él te explicaba qué podías hacer para romper con ello y ponerte a leer por placer. Básicamente se trata de practicar la lectura con cosas que te gustan. De esa forma es mucho más fácil mantener la atención en el libro.
¿Y qué sucede cuando vas a leer algo que no despierta ningún interés en ti?
Por ejemplo, tienes delante un libro sobre Cálculo Matemático que sabes debes dominar si pretendes tener serias opciones de aprobar. Pero lo que menos te apetece en este momento es ponerte a leer sobre teoremas, integrales o funciones.
Entonces, ¿qué ocurre?
  • estás desmotivado
  • no te apetece leer
  • te cuesta concentrarte
  • te distraes muy fácilmente
  • no aprovechas el tiempo
  • acabas dejándolo para el día siguiente
Resultado: frustración y pérdida de tiempo, entre otras.
¿Qué puedes hacer en estos casos?
  • Lo primero, siéntate delante del libro, cierra los ojos y respira profundamente [al menos 5 inspiraciones y expiraciones]
  • Relájate [sigues con los ojos cerrados]
  • Piensa qué vas a conseguir leyendo el libro que tienes delante. Acercarte a tu objetivo de: [ojos cerrados]
    • ¿dominar el Cálculo Matemático?
    • ¿aprobar la carrera?
    • ¿ser profesor?
    • ¿conseguir un puesto de trabajo?
    • ¿aprobar todo con la máxima nota?
    • ¿irte de vacaciones sin asignaturas suspendidas?
    • ¿otro sobresaliente?
    • ¿ser uno de los pocos que aprueban la asignatura a la primera?
    • ¿ganar la competición que tenéis en clase de ver quién es el que más cerca se queda del aprobado? ;-)
  • Imagínate que ya has terminado de leer el libro [ojos cerrados todavía]. ¿Qué sientes?, ¿te encuentras bien?, ¿satisfecho?, ¿tienes esa sensación de “irse a la cama con el deber cumplido”?, ¿notas que estás más cerca de conseguir el objetivo que te has marcado? Date un par de minutos para experimentar en tu mente lo que logras una vez te has leído el libro.
  • Ahora sí, abre los ojos, una respiración profunda y… ¡a leer¡
Cada vez que tu concentración merme, piensa de nuevo en lo que consigues al haberte leído todo el libro. Y vuelve a la carga.
Así hasta que termines tu sesión de lectura.
Repite lo anterior hasta que hayas acabado de leerlo todo. De nuevo, te animo a que hagas la prueba. Tener tu objetivo en mente te permite rendir a alto nivel cuando tienes ante ti tareas para las que no estás motivado.




Cortesía de: El arte de la memoria.

Desde este artículo puedes bajarte el primer documento de la serie “Primeros Pasos” disponible en formato PDF.
En él te explico una forma sencilla de aumentar tu velocidad de lectura con muy poco esfuerzo. Espero que lo disfrutes y te sirva de ayuda.
Acceso al documento desde:
Documentos de Luis en Scribd: Documents

2 poderosas razones por las que estar relajado cuando lees o memorizas

Cortesía de: El arte de la memoria.


La tensión es un gran enemigo a la hora de leer o estudiar. Si tus músculos están tensos, tu cuerpo tiene que trabajar para seguir manteniéndolos en esa situación de esfuerzo, por lo que no dispones de todos tus recursos para la tarea que tienes delante.¿Qué dos importantes razones hay para querer estar relajado justo antes y durante una sesión de lectura o memorización?
  1. Ahorro de tiempo. Lo vas a utilizar mucho mejor. Más eficientemente. Lees a una velocidad mayor y memorizas más rápidamente.
  2. Mayor facilidad para memorizar y [mayor facilidad para] comprender lo que lees.

¿Por qué?
  • El nivel de concentración que alcanzas es superior al que llegas cuando estás tenso y además lo mantienes elevado durante más tiempo
  • Tu capacidad de atención aumenta
  • Tu imaginación y tu creatividad ven el camino libre. No encuentran tantos obstáculos para entrar en escena que cuando estás bajo tensión. Y ya sabes lo que ocurre cuando utilizas tu imaginación y creatividad para memorizar:
Y, para leer:
    • Visualizas lo que tienes escrito delante tuya. Y ésta es una habilidad de personas que leen a gran velocidad: visualizan el texto creando imágenes de lo que están leyendo.
  • Todo te cuesta menos esfuerzo, tu energía no se malgasta sino que se emplea en lo que tienes delante
  • Alcanzas mejores resultados
  • Eres más productivo y eficiente, consigues más con menos
De forma que, para sacarle el mayor partido a una sesión de lectura o memorización, elimina las tensiones (mentales o físicas) que puedas tener para que no estén presentes ni antes ni durante el tiempo que dure tu lectura o tu tiempo de memorización. Notarás la diferencia desde el principio. Si no estás seguro, haz la prueba y cuéntanos.


“No leo porque no me gusta leer”

Cortesía de : El arte de la memoria.

Introducción:
En numerosas ocasiones, hablando de todo un poco con la gente, sale el tema de la lectura. La última vez, un amigo mío reconocía que no leía nada que no estuviese relacionado con su profesión. Hacía años que no cogía un libro de otra materia y se ponía a leer por placer. No hay nada de malo en ello, si no quieres leer porque simplemente no te gusta, pues ya está. No hay nada de lo que avergonzarse. El problema es cuando lo que te pasa es que en realidad sí quieres leer pero no lees porque crees que no te interesa nada. Voy a rizar el rizo un poco más. Hace ya tiempo otro amigo me contaba que quería leer delante de sus hijos para que ellos cogiesen el hábito de leer. Pero que no conseguía sentarse más de 5 minutos a leer, que se levantaba enseguida y dejaba el libro porque no conseguía concentrarse ni disfrutar de la lectura.
No voy a entrar en lo beneficioso que es el hecho de leer libros en general. Sí en cambio te voy a decir qué puedes hacer cuando te encuentras en esa situación en la que no lees porque no te gusta pero te sientes en la obligación de hacerlo.
Posibles razones por las que no lees:
  1. [Como ya has visto:] Cuando lees, no disfrutas
  2. No tienes tiempo
  3. Estás cansado
  4. Optas por cosas que requieren menos esfuerzo intelectual: televisión
  5. Tienes cosas más importantes que hacer
Solución: Pregúntate lo siguiente:
  1. ¿Cuál es tu pasión?
  2. ¿Cuáles son tus aficiones?
  3. ¿Sobre qué te gustaría saber más?
  4. ¿Con qué disfrutas cuando aprendes sobre ello?
  5. ¿Qué te gustaría saber?
  6. ¿Qué consigues leyendo sobre algo que te gusta?
  7. ¿Hay algo que puedas hacer para tener 10 minutos al día para leer?
Hazte esas preguntas y responde a ellas honestamente. Ahora dime si todavía no vas a leer ;-)


Por qué leer rápido aumenta la comprensión

Hace un par de días, respondí en “foro estudiantes“  a alguien que se preguntaba si leer rápido mejoraba la compresión. Le puse un ejemplo muy parecido al siguiente:
Cuando ves una película en el cine, lo que en realidad ves son secuencias de fotogramas. Es decir, se proyectan fotos una tras otra de forma que parece que lo que tienes delante está en movimiento. Pero en realidad se trata de fotos estáticas (fotogramas). Si la frecuencia a la que se muestran es muy alta, la sensación es de ver las escenas “a cámara rápida”. Si van muy despacio, lo ves todo “a cámara lenta”.
¿Qué ocurriría si vieses una película a 1 fotograma por día?, ¿te imaginas? Una sola foto cada día. Pues seguramente no te enterarías de mucho. Ni qué decir tiene que no la disfrutarías. Para cuando pasasen ya unos meses viendo 1 fotograma al día, no te acordarías de las imágenes de los primeros días. Te resultaría muy difícil encontrarle sentido al fotograma siguiente.
Y le invité a hacer un experimento como éste:
  1. Escoge dos páginas dentro de un libro. Ambas deben tener las mismas características: Sin imágenes y escritas al completo, sin puntos y aparte o sin grandes huecos entre párrafo y párrafo. Que sean lo más parecidas posible en aspecto, pero con distinto texto.
  2. En todo el experimento es importante que no releas, que no hagas regresión (volver a leer lo que ya has leído). Para más detalles ve a “Cómo leer rápidamente: La no Regresión
  3. Empieza a leer la primera de las dos páginas muy lentamente. Exageradamente lento. Palabra a palabra. Haciendo una ligera pausa entre palabra y palabra. Sin regresiones (sin releer). Así hasta el final de esta página.
  4. Pregúntate: ¿He entendido bien lo que acabo de leer? ¿sobre qué era el texto? ¿qué datos puedo sacar de ello?
  5. Ahora ve a por la otra página. Léela a tu velocidad normal de lectura, sin forzar. No hace falta que vayas más rápidamente de lo habitual. Pero tampoco te duermas. Léela como lo harías normalmente y sin regresiones. Hasta el final de la página.Pregúntate: ¿He entendido bien lo que acabo de leer? ¿sobre qué era el texto? ¿qué datos puedo sacar de ello?
  6. Ahora compara los resultados. No digo más ;-) Juzga por ti mismo.
¿Qué diferencias hay?, ¿todavía piensas que cuanto más lentamente leas más va a comprender?
Es cierto que no por pasar con la vista a velocidad de vértigo por encima del texto vas a entenderlo todo. Pero sí es verdad que si te vas a los extremos, vas a comprender más leyendo a velocidad alta que baja. Lo mismo ocurre con el ejemplo de la película. Si pudieses ver una película entera a una velocidad superior a la de la “cámara rápida” (seguro que no te enterarías de tanto como si la vieses a velocidad normal), pero seguro que te enterarías de mucho más que si la vieses fotograma a fotograma.


Cómo leer rápidamente. La no Subvocalización

Uno de los errores que la mayoría cometemos a la hora de leer es el de la subvocalización. ¿Que en qué consiste la subvocalización? Simplemente en repetir mentalmente cada palabra según vas leyendo. El efecto es que de esta forma no es posible leer a más de 150 palabras por minuto. El cual es un valor muy bajo si pretendes ahorrar tiempo de lectura o poder leer mucho más. Para que te hagas una idea, el lector medio universitario lee unas 250 palabras por minuto (o p.p.m. o p/m). Ello quiere decir que en algunos momentos no está repitiendo mentalmente las palabras que lee. Digo “en algunos momentos” porque eliminando la subvocalización, la velocidad de lectura se dispara y las 250 p.p.m se pueden quedar muy muy cortas.

Mmmh, vamos a explicarlo poco más:
Échale un vistazo a la siguiente imagen y enseguida lo vas a entender:
Repetición mental
Repetición mental
Si subvocalizas, estás repitiendo mentalmente las palabras una a una según vas leyendo. Las imágenes (palabras) capturadas por tus ojos, pasan por el sistema acústico (el oído) y de ahí al cerebro.
Cuando no subvocalizas, esto es lo que ocurre:
De la vista, directamente al cerebro
De la vista, directamente al cerebro
Es decir, que eliminas un paso, el de oír (mentalmente) las palabras que lees. El resultado, que lees mucho más rápidamente.


¿Y cómo eliminar la subvocalización?
Esto va a requerir al menos otro artículo pero de momento decirte que pruebes con lo siguiente:
  • Contar del 1 al 10 y repetir: “uno, dos, tres, …, nueve, diez, uno, dos, …”
  • Repetir una sílaba constantemente: “la, la, la, la, la, …”
  • Escuchar música instrumental que no te suene de nada.
  • Leer más rápido, simplemente eso ;)
En realidad todo esto se basa en la práctica. Con ella, no necesitarás hacer ninguno de los tres primeros puntos para no repetir mentalmente lo que lees. En los primeros intentos que consigas no subvocalizar (no repetir mentalmente lo que lees) verás que tu velocidad de lectura habrá sido alta, pero seguramente no te hayas quedado con mucho de lo leído. ¡No te preocupes! La práctica es la clave.
Mapa conceptual

Cómo leer rápidamente: La no Regresión

Cortesía de : El arte de la memoria.

¿Eres una de las muchas personas que, según están leyendo un libro, releen frases que acaban de leer porque creen no haberse quedado con el significado de lo leído o que necesitan volver a leerlas para entenderlo mejor? De ser así, la mala noticia es que estás cometiendo Regresión a la hora de leer y con ello tu velocidad de lectura merma. La buena noticia es que se trata de un hábito muy fácil de evitar, por lo que puedes aumentar dramáticamente tu velocidad de lectura de una forma muy sencilla.


¿Qué es la Regresión?
Simplemente consiste en releer (parte de) lo que se acaba de leer. Volver atrás de forma consciente. Piensas que necesitas comprender el 100% del contenido del texto que tienes delante y cuando crees que has pasado por algo de lo que no te has enterado bien, te ves en la necesidad de volver a leerlo. Por ejemplo:
Si lees sin Regresión, lo harías de esta forma:
Todo seguido
Todo seguido
Si lees con Regresión, lo harías de forma parecida a ésta:
Volviendo hacia atrás
Volviendo hacia atrás




¿ Y cómo eliminarla?
Prueba simplemente a ayudarte de una guía. Es decir, utilizando tu dedo índice, un bolígrafo, un palo de comida china, … Para más detalles puedes echarle un vistazo a “Cómo leer rápidamente: La guía visual“. Ahora sólo te queda practicar. Como en casi todo, esa es la clave. ¡A practicar!
Mapa conceptual

¡Deja que te sorprenda tu mente!

Cortesía de: El arte de la memoria.

¿Entiendes los dos párrafos de abajo?
Sgúen etsduios raleziaods por la Uivenrsdiad ignlsea de Cmdibrage, no ipmotra el odren en el que las ltears etsén ersciats, la úicna csoa ipormtnate es que la pmrirea y la útlima ltera esétn ecsritas en la psiócion cocrreta.
El retso peuden etsar ttaolmntee doaerdsendo y aún pordás lerelo sin pobrleams, pquore no lemeos cada ltera en sí msima snio cdaa paalbra etenra.”
Se trata de un texto que circula por Internet desde hace ya varios años. Si lo has leído despacio, seguramente te haya costado entenderlo más que leyéndolo rápidamente. Pero también lo habrás entendido. Curioso, ¿verdad? En cualquier caso, aquí tienes el texto en claro:
Según estudios realizados por la Universidad inglesa de Cambridge, no importa el orden el el que las letras estén escritas, la única cosa importante es que la primera y la última letra estén escritas en la posición correcta.
El resto pueden estar totalmente desordenado y aún podrás leerlo sin problemas, porque no leemos cada letra en sí misma sino cada palabra entera”
¿Qué hay de cierto en ello?
Como anécdota te diré que Matt Davis (página en inglés), de la Universidad de Cambridge del Reino Unido, Unidad de Cognición y Ciencias del Cerebro (Unidad encargada de realizar, entre otras cosas, estudios acerca de cómo el cerebro procesa el lenguaje) no atribuye el origen de dicho texto a esta universidad sino a Graham Rawlinson (Universidad de Nottingham) y sus trabajos de doctorado (1976). Si haces clic en el enlace, podrás ver en inglés la página en la que Davis explica su investigación al respecto. Ha podido comprobar, utilizando el mismo texto traducido a otros idiomas, que el orden de las letras sí es importante en algunos casos como el del Finlandés o del Hebreo. También indica otros aspectos no del todo ciertos que aparecen en el texto desordenado pero tampoco hace falta dar más detalles para que puedas darte cuenta de lo que es capaz de hacer tu cerebro.
Ejemplo:
Lo siguiente es un fragmento del artículo “Nutrición durante el embarazo y la lactancia“. No dejes que el título te eche para atrás. Haz la prueba, léelo rápidamente y sorpréndete aún más.
En la primádie aliematnira iedal tenírdas que tmoar mohcus ceeraels igetnlares, arecors, ptsaa, pan, patatas y frbia en gnereal en la bsae. Aubsa tdoo lo que qreiuas de este nivel. Escepilaemtne darutne el erabmzao, tu degitsóin se relaitnza y un amuneto de frbia dmsiiunye los esñertmitneios y otors proelbmas aidañods.
En el siugitnee ecsólan eatsaírn las lugebmers, vudrears y faturs. De neuvo, no tagnes miedo a aubasr, come lo qiuares de etse nievl.
Lgeuo tinees los letcáos: lcehe, ygoerus, qseuo. Lo iaedl es que temos láoetcs todos los daís,
uans 5 picronoes (moco váres más aojab).
El siugitnee nviel son los huoves, cnrae o pcseado. Cemóols por lo mones dos
veces en senama y que una de las veces al mones sea pcsedao.
La priámide timrena en ptnua con el rtseo de aemilotns que hcaen de tdoo
meons aemiltnar y que son los que mneos debes toamr, e iulcnso etivar a toda
csota si pueeds: cocohlaets, bdibeas gsaeoass, dclues, golnisoas, etc. Hace tmeipo
una mami me pgerutnó cáutnas plurieats etsbaan “pimreditsa” praa su hjio de
año y mideo. La rupseseta es: evatíals todo lo que padeus. No atropan núgnin
nuirtnete a tu hijo y slóo le preidujacn, son azúraces malos. Atsocúbmlare a tamor
ftura cnaudo qiurea algo dclue. Sé que se ecsbire fáicl preo que, al fanil, todos teneoms
el mmsio prelboma. Evtia las golosanis, cocohalets y oorts cmoupeotss
iudnsairtles sirpmee que pdeuas.
Nota: El texto ha sido desordenado utilizando el programa “Letter replacer” de Peter Hebels (http://www.phsoft.nl/). También puedes hacer pruebas en la página de Stephen Sachs (en Inglés) desde:
http://www.stevesachs.com/jumbler.cgi
¿Todavía no crees que tu mente es poderosa?

Mapa conceptual

Cómo leer más rápidamente los artículos (I)

Cortesía de: El arte de la memoria.

Introducción:
Quiero que veas qué herramientas puedes encontrar en esta página web para poder decidir si el artículo que te propones leer te interesa o si es mejor ponerte con otra cosa. Si ves que sí lo quieres leer, entonces podrás utilizar las Ayudas Visuales que aparecen al pie del texto. Vas a ahorrar tiempo.
Algunas de estas Ayudas Visuales son los diagramas de araña y de árbol, mapas mentales, mapas conceptuales y las nubes de palabras. Cuando los tienes disponibles, aparecerá un enlace abajo del todo y, si haces clic, se te abrirá una página en la que podrás ves el mapa conceptual o el diagrama. Por ejemplo, más abajo en esta página tenemos los enlaces a:
Mapa conceptual
Nube de palabras
El primero es algo así como un esquema gráfico con los puntos principales y el segundo es un conjunto de palabras sacadas del texto. Cuantas más veces se repite una palabra, más grande aparece en la nube.
¿Por qué utilizar las Ayudas Visuales?
  • Principalmente porque vas a ahorrar tiempo. Tu mente asimila mucho más rápidamente la información en forma de gráficos, color y dibujos que como texto en blanco y negro siguiendo un patrón aburrido y monótono.
  • Si le echas un vistazo rápido al diagrama o a la nube de palabras, estás consiguiendo pistas, de una forma muy rápida, de sobre qué trata lo que te has propuesto leer. Estás poniéndote en situación, preparando tu mente para lo que viene.
  • Es divertido y agradable, se sale de lo normal.
  • Es más intuitivo que la forma habitual de leer. Tu vista te lleva a velocidad de vértigo hacia la información que te interesa.
¿Cómo?
  • Échale un vistazo inicial a la página y comprueba el estilo de lo que hay escrito. Es decir, si se utilizan palabras en negrita, en cursiva, subrayadas; se separa el contenido en puntos y aparte o todo aparece seguido; si se utilizan colores; importante: si hay Ayudas Visuales disponibles.
  • Si no las hay, utiliza la Técnica de la Cebolla, de la cual hago una introducción en “Cómo leer apuntes pasados a máquina” y en la que básicamente trata de dar pasadas de lectura al texto, sin profundizar y rápidamente hasta que al final te hayas quedado con lo que te interesa. De forma que tardes menos en leer, que si te pones a leer todo desde el principio y no pasando hacia adelante hasta que entiendes todo lo que ya has leído.
  • Si las hay, muy rápidamente, échales un vistazo y decide si después de ello te sigue interesando emplear más tiempo en el texto que tienes delante. Si no, pues a por otro o a otra cosa. Tu tiempo es oro. Si, por el contrario, sí te interesa lo que has visto, estupendo porque ahora te llevará mucho menos tiempo leer. Puede que no tengas que leer todo. A lo mejor sólo quieres leer una parte que te ha llamado la atención en una de las ramas del diagrama, por ejemplo.
Conclusión:
Tu mente asimila mucho más rápidamente la información en forma gráfica. Si la tienes disponible utilízala y ahorra tiempo. Tu tiempo es oro.
Propuesta:
Compara lo fácil/difícil que te resulta leer con y sin Ayudas Visuales. Por ejemplo, coge un artículo de esta página web que no te hayas leído hasta ahora y hazlo sin utilizar las ayudas al pie del mismo. Luego sigue el método que te he explicado más arriba en la sección que empieza por “Cómo:“. Quizás me digas que con el segundo método te resulta más fácil pero es que ya te has leído ese texto una primera vez. De acuerdo, pero aún así verás diferencias :) Entonces, prueba a leer algo que no hayas leído ya apoyándote en las Ayudas Visuales y luego prueba a leer algo de principio a final, vamos, de la forma tradicional. Estoy seguro de que vas a entender a qué me refiero. Aunque sólo sea porque tras ver el diagrama y la nube de palabras o tan sólo uno de los dos, digas: “este artículo no me interesa, me voy a por otro”. También te puede ocurrir lo contrario: a lo mejor pruebas con los esquemas y nube de algo que no pensabas leer y descubres que te interesa mucho. En ese caso, al final también conseguirás ahorrar tiempo.
Mapa conceptual
Nube de palabras

Cómo leer apuntes pasados a máquina

Cortesía de: El arte de la memoria
Introducción:
A veces he creído necesitar ayuda extra y he contratado los servicios de una academia. Unas veces pagando por clases presenciales y otras sólo por el material. Normalmente lo entregan en forma de fotocopias de apuntes. Éstos suelen estar escritos a máquina. Te dan el contenido del que te vas a examinar de forma resumida, elaborado en general por antiguos alumnos de la asignatura de la que te examinas en la Universidad o de profesionales, que ejercen actualmente en el puesto del que te vas a examinar en unas Oposiciones (término con el que se nombra al proceso de selección en el sistema público en España; ministerios, ayuntamientos, profesores de colegios públicos, etcétera). También puede ocurrir que te lo entreguen en otros formatos como PDF o procesador de textos, por ejemplo. En cuyo caso te recomiendo imprimirlos.
La forma en la que yo estudiaba utilizando estos apuntes era muy ineficiente. Los cogía desde el principio y hasta que no me había memorizado algo, no pasaba a lo siguiente. Cuando me encontraba con cosas que no entendía bien, me ponía a consultar otras fuentes como compañeros, Internet, libros de texto, etcétera. Tras ello, una vez comprendido y memorizado, pasaba a lo siguiente. De esta forma perdía una cantidad enorme de tiempo. Al empezar a emplear la técnica que explico a continuación comencé a ahorrar mucho tiempo y a aprovecharlo mucho mejor.
Supongamos que se trata de un tema de 30 páginas con texto únicamente aunque, si hay gráficos y encima a color, mucho mejor porque vas a ir mucho más rápido, ya que, tu cerebro va a asimilar a una velocidad muy superior aquéllo que procesa en forma de dibujo (a color) que lo que tiene que leer para luego formar la imagen mental. En cualquier caso verás que lo que explico a continuación se puede aplicar fácilmente a cualquier tipo de documentación llevando a cabo ciertos ajustes. Los tiempos mostrados pueden y de hecho deben cambiar dependiendo de la complejidad del texto a leer, la familiaridad con el mismo y con el método, el nivel de concentración, la calidad del texto, su formato, la cantidad de gráficos y otros factores. Por lo que en algunos casos nada tendrán que ver con los tiempos aquí mostrados.

Por qué leer todos los libros al principio

Cortesía de: El arte de la memoria.

Algo tremendamente útil al principio de un curso, de la preparación de una asignatura o un examen es la toma de contacto con toda la bibliografía. Cuanto antes mejor. Entre las ventajas que encontramos cuando hacemos esto, podemos ver: familiaridad con el temario, autores y contenidos; lo que ya nos suena luego es más fácil de entender, recordar y memorizar; todo aquello que nos resulte interesante va a despertar en nosotros curiosidad e interés además de aumentar la receptividad con la que vamos a afrontar lo que tenemos delante.
Podemos coger cada uno de los libros e ir de forma secuencial leyendo rápidamente de principio a fin o también podemos seleccionar primero el libro que más nos atraiga, por alguna razón como el diseño de la portada, el título o el contenido que pensamos pueda cubrir y nos interese. Yo iría a por la segunda opción, empezaría por el libro que más me atrajese.
Lo que buscamos con esto es simplemente una primera toma de contacto. Gracias a la misma, luego nos va a sonar todo o gran parte y aunque no dominemos el concepto, cosa que no pretendemos con esta primera ojeada a los libros, sí nos resultará más sencillo asimilarlo. Incluso si solamente recordamos el nombre del propio concepto, fecha o lugar la primera vez que oímos hablar de ello en clase. Incluso si únicamente creemos saber en cual de los libros se menciona. Ya habremos sido expuestos a ello con anterioridad en uno de los libros y, en numerosos casos, se tratará de algo que nos interesó y sobre lo que profundizamos en nuestra lectura inicial. De forma que reduciremos sustancialmente la probabilidad de encontrarnos con algo del todo desconocido y el rechazo inicial que ello conlleva.
Esto es lo que yo haría: Cogería un primer libro y leería la portada, contraportada, índice, glosario, introducción, bibliografía y críticas en Internet, si las hubiere. Tras ello, volvería al índice y buscaría el capítulo que más me atrajese e iría a por los títulos, subtítulos, dibujos, esquemas, resumen y conclusión en aquellos casos donde los haya. Al encontrar algo que me interesase en particular, leería dentro del texto correspondiente. Aplicaría la misma lógica hasta terminar todo el libro y el resto de ellos. Siempre yendo de mayor interés a menor. Tanto al seleccionar los libros como dentro de ellos. Por cada libro, emplearía 10 minutos de media. Unas veces serán 5 minutos, otras podrán ser hasta 15 minutos. Por encima de ello quizás estemos profundizando demasiado o sin el adecuado nivel de concentración.
Algo importante que casi olvido. No tenemos por qué comprar todos los libros, las bibliotecas se mueren por tener visitantes.

Leer antes de entrar en clase

Cortesía de: El arte de la memoria.
Nuestros objetivos, como casi siempre, son los de aumentar la familiarización con la materia que nos van a explicar, facilitar la asimilación de los contenidos nuevos, su memorización y, por supuesto, acordarnos de ellos en el examen. Realizando lo que propongo a continuación además de lo anterior conseguimos aumentar nuestra confianza y seguridad en nosotros mismos.
Qué leer, pues las páginas del libro que cubren lo que nos van a explicar hoy en clase. Si el profesor no sigue el contenido de un libro, quizás nos haya pasado unas fotocopias o tenemos apuntes del curso anterior. En alguna ocasión los apuntes serán nuestros, en cuyo caso no habrá nada de lo que avergonzarse porque todos tenemos derecho a no aprobar o, en otro caso, de alguna otra persona que tuvo al mismo profesor en la misma asignatura. Es posible que tengamos el contenido de lo que nos van a explicar en formato electrónico, en una página Web, … En caso de no tener ningún material disponible de forma que cada día en esta clase son todo sorpresas, entonces a disfrutar de ellas y olvídate de este artículo.
Normalmente buenos momentos para hacerlo caen en las últimas 12 horas antes de la exposición del profesor. Por ejemplo, en el autobús o metro que nos lleva a la universidad, instituto o academia; en casa antes de salir ese mismo día; en clase, unos minutos antes aunque casi es mejor aprovechar esos minutos entre clase y clase para dar un pequeño paseo por el aula o el pasillo y charlar con alguien; en el coche, antes de entrar en el edificio; en la cafetería.
Yo emplearía tan poco tiempo como 2 minutos por cada clase que vayamos a tener ese día. Recordemos que se trata de un rápido vistazo al texto que se va a cubrir luego en clase. Queremos saber sobre qué va a tratar, luego habrá tiempo para más.

Cómo leer rápidamente: La guía visual

Cortesía de : El arte de la memoria por Luis. Velocidad Media La velocidad media de lectura de l@s universitari@s es de unas 250 palabras por minuto. Velocidades mucho mayores pueden alcanzarse fácilmente entrenando los ojos, cambiando hábitos, mejorando la concentración y aplicando otra serie de técnicas. En cualquier caso, no se necesita ser universitari@ para alcanzar esa velocidad ni para superarla. Herramienta Todo de una forma sencilla e instantánea, lo único que necesitamos es hacer lo siguiente: Utiliza una guía. Esta guía puede ser tu dedo índice, por ejemplo Vas marcando el recorrido y el ritmo que los ojos deben seguir en la lectura. Apuntando hacia las palabras que estamos apunto de leer. Esto es algo que nos han enseñado desde pequeños que no debemos hacer. Recuerdo que siendo pequeño en la escuela nos hicieron leer leer un párrafo de un libro de texto para nosotros. Me acuerdo que lo que hice fue utilizar mi dedo, porque así era como lo estaba haciendo hasta el momento. Hasta entonces se nos había permitido y no se nos había corregido este “mal hábito”. Mientras estaba leyendo como siempre lo había hecho hasta el mommento, el profesor me paró y dijo delante de todos los demás en la clase que no lo estaba haciendo bien y que tenía que dejar de utilizar el dedo y que los demás en la clase que así lo hacían también debían parar esa costumbre porque no estaba bien. Desde entonces dejé de leer ayudándome de una guía. Mi propia experiencia Pues bien, hace poco menos de un año me vi ante la pregunta de ¿cómo aumentar mi velocidad de lectura?”. He visto a lo largo de mi vida y sigo viendo a gente, entre ell@s Raquel, mi mujer, que es capaz de leer mucho más rápidamente que yo textos para los que yo empleo 3 ó 4 veces más tiempo. Ell@s lo hacen mucho más rápido que yo y ¡encima se enteran de lo que leen! Pero, ¿por qué? Yo no me creo que sea mucho menos inteligente que ellos. Tampoco más, simplemente no entiendo que pueda haber una diferencia intelectual tan grande entre ellos y yo que me haga leer tan despacio como lo hago. Por ello me puse manos a la obra a intentar aumentar mi velocidad de lectura. En aquel momento lo necesitaba desesperadamente porque estaba planteándome presentarme a unas Oposiciones en España y si pretendía tener opciones para aprobar, debía mejorar entre otras cosas, mi velocidad de lectura. Es ahí cuando empecé a darme cuenta de que no soy tan inferior intelectualmente a la gente capaz de leer en mucho menos tiempo textos que a mí me llevaban tanto tiempo. Es ahí cuando mi autoestima recibe un empujón hacia arriba al darme cuenta de que no se trata tanto de Cociente Intelectual como de técnica y práctica. Pero de lo que hablo en este artículo no es de sofisticación, complejos o intensos cursos de lectura rápida. Para aumentar tu velocidad de lectura sin perder comprensión sólo necesitas una guía. Empieza por ahí. Comprueba el resultado y sigue adelante.

Calcula tu velocidad de lectura (PPM)

Cortesia de EL arte de la memoria por Luis. Pasos: Coge un libro y escoge una página en la que haya un párrafo con al menos 6 líneas completas, llenas de palabras, sin imágenes ni gráficos y cada línea escrita hasta el final: Cuenta el número de palabras en 6 líneas de texto completas == pal Halla el número medio de palabas por línea == pal/6 Cuenta el número de líneas (completas + incompletas) de una página == lin Halla el número medio de palabas por página (PPP), para ello, multiplica el número de líneas de una página por el número medio de palabas por línea ==lin*(pal/6)=PPP Halla el número de palabras por minuto: Multiplica el número de palabras por página por el número de páginas que hayas leído (N) y divide el resultado entre el tiempo empleado en minutos (T) Solución: PPM = (PPP*N)/T