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domingo, 17 de febrero de 2013

Las personas que comen fruta y verdura son más felices


Este curso en la universidad volvemos a tener una asignatura de nutrición y prácticamente en todas nuestras clases la profesora nos recuerda que es aconsejable comer unas 7 porciones de fruta y verdura al día.
Ante esta afirmación tan contundente solemos quedarnos todavía todos impresionados, ya que, aunque ella nos asegura que no es tan difícil, a todos nos parece que es una cantidad casi imposible de consumir.
Pero hoy he leído un estudio que me ha convencido de hacer los malabares necesarios para consumir dichas raciones de fruta y verdura.
Hasta hace poco, los gobiernos occidentales solían recomendar 5 porciones al día de fruta y verdura al día ya que, entre otras cosas, esto había demostrado un efecto protector en cuanto a cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Ahora, según un reciente estudio, la felicidad y la salud mental son más altas entre las personas que comen siete porciones de frutas y verduras al día.
Economistas e investigadores en salud pública de la Universidad de Warwick estudiaron los hábitos alimenticios de 80.000 personas en Gran Bretaña.
Los resultados sugieren que el bienestar mental parecía aumentar con el número de porciones diarias de frutas y verduras consumidas.
La investigación fue llevada a cabo en conjunto con la universidad de Dartmouth en los EE.UU. y está previsto que se publique en la revista Social Indicators Research.
En Gran Bretaña hoy en día, una cuarta parte de la población come sólo una parte o nada de porciones de frutas y verduras por día. Sólo una décima parte de la población británica consume en la actualidad el número mágico de siete o más porciones diarias. El estudio no distingue entre diferentes tipos de frutas y verduras, y la define como una porción de aproximadamente 80 gramos.
En España lo tenemos mucho más fácil, ya que las frutas y verduras son una de las bases de nuestra querida dieta mediterránea, así que deberíamos aprovechar esto y cuidar así de nuestra salud.

Sonrisas para combatir el estrés


Hay quien dice que una sonrisa lo cura todo. Pues bien, no sabemos si todo, pero lo que sí sabemos es que puede ayudarte a combatir situaciones de estrés.
Una investigación realizada por las psicólogas Tara Kraft y Sarah Pressman, de la Universidad de Kansas, han demostrado que sonreír cuando se está padeciendo una situación de estrés ayuda a frenar los efectos nocivos del nerviosismo sobre el organismo, al reducir la frecuencia cardiaca.
Para su investigación, estas psicólogas tuvieron en cuenta la diferencia entre los dos tipos distintos de sonrisas: la sonrisa estándar y la sonrisa genuina o de Duchenne. También se tuvo en cuenta la conciencia de sonrisa, es decir, si sabes o no que estás sonriendo.
¿Qué diferencias hay entre estos dos tipos de sonrisa? En la sonrisa estándar solamente se implican los músculos que se encuentran alrededor de la boca mientras que en la sonrisa genuina se ven implicados los músculos cigomático mayor y menor (que elevan las comisuras de los labios) y el orbicular de los ojos (que eleva las mejillas y produce arrugas alrededor de los ojos).
En el estudio participaron 169 voluntarios que fueron divididos en tres grupos, y cada uno de ellos fue entrenado para mantener una expresión facial diferente. Todos ellos forzaron sus músculos faciales sosteniendo palillos en la boca para que estos formaran bien una expresión facial neutra, una sonrisa estándar o una sonrisa de Duchenne. Los palillos conseguían que los participantes sonrieran incluso cuando no eran conscientes de que lo estaban haciendo.
Una vez acostumbrados a los palillos, se pidió a los participantes que realizasen dos actividades que, aunque no se informó a los participantes, les inducían un cierto nivel de estrés. Siempre sujetando los palillos en la boca.
La primera prueba consistía en trazar una estrella con su mano no dominante mirando el reflejo de su dibujo en un espejo, en lugar de directamente. La segunda actividad consistía en que los participantes sumergieran una mano en agua helada.
Mientras los participantes realizaban las pruebas, las investigadoras midieron su frecuencia cardíaca y los niveles de estrés de los participantes concluyendo que en comparación con los participantes que mantuvieron expresiones faciales neutras, los participantes sonrientes y, en particular, aquellos que mantuvieron una sonrisa de Duchenne, presentaron niveles más bajos de frecuencia cardíaca después de recuperarse de las actividades estresantes realizadas.
Los resultados del presente estudio coinciden con los hallazgos de una investigación anterior, realizada en 2006 por especialistas de la Loma Linda University de California donde se demostró que sonreír alegremente cambia la química de la sangre, protege al organismo contra la enfermedad y la depresión, y detiene las enfermedades cardiacas. Otra investigación realizada en 2010 en la misma universidad demostró que la risa provoca el mismo efecto que el ejercicio físico moderado: abre el apetito, reduce el estrés y mejorar el funcionamiento del sistema inmune.
Así que ya sabéis, si os suben la luz, ¡sonrisa!, si os suben el IVA, ¡sonrisa!, no pagaremos menos ni solucionaremos la crisis, pero al menos nos libraremos de un ataque al corazón.