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lunes, 29 de octubre de 2012

viernes, 26 de octubre de 2012

Descomposición en factores primos

Por cortesía de Las Matematicas ;

El arte de ganar


REGLAS DEL JUEGO
  Nos guste o no, todas las relaciones humanas se basan en un juego de control. Cuanto mejor lo domine, más feliz será, y por lo tanto, más feliz podrá hacer a los demás. Si juega mal o se niega a jugar, en el mejor de los casos, su vida discurrirá con menos suavidad. Aquí se expondrán unas reglas que generalmente conviene seguir. Son un resumen de textos de varios autores clásicos con algunos comentarios. Quizás alguien se escandalice con algunas de las ideas que aquí se exponen, choquen con sus creencias o parezcan poco éticas. Aclaro que no soy el autor de las mismas y si un ávido lector de ellas, gracias a estas leyes me he podido defender apropiadamente de oportunistas y personas dañinas, no les he pagado con la misma moneda, solo con conocer las reglas para evitar su daño me he complacido, además por conocer estas reglas me rio de los perversos, solo con verlos al otro lado de la calle los conozco. ¿Quiere vivir una vida con precaución? lea estas recomendaciones. Espero que disfruten con esta lectura y que a partir de ahora jueguen con ventaja "digo" precaución.
Héctor A.García

1/ Ser misterioso e impredecible.
"Cualquiera que tenga forma puede ser definido, y cualquiera que pueda ser definido puede ser vencido". Sun Bin (Arte de la Guerra II)
"No obrar siempre igual. Así se confunde a los demás, especialmente si son competidores. No hay que obrar siempre de primera intención, pues nos captarán la rutina y se anticiparán y frustrarán las acciones. Tampoco hay que actuar siempre de segunda intención, pues entenderán la treta cuando se repita" El Arte de la Prudencia (Baltasar Gracián)
"Sé extremadamente sutil, discreto, hasta el punto de no tener forma. Sé completamente misterioso y confidencial, hasta el punto de ser silencioso. De esta manera podrás dirigir el destino de tus adversarios". El Arte de la Guerra (Sun Tzu)
"Hay que ingeniárselas, por encima de todo, para que cada una de nuestras acciones nos proporcionen fama de hombres grandes y de ingenio excelente". El Príncipe (Maquiavelo)
"Si el soberano no es misterioso, los ministros encontrarán la oportunidad de tomar y tomar." Huanchu Daoren
2/ Hacer que nadie sepa lo que piensas.
"Que el enemigo nunca sepa lo que piensas". Mario Puzo en El Padrino
"Confundir a los contrincantes significa actuar de tal manera que les impida mantener la mente en calma. Intenta varias maniobras según la oportunidad del momento, haciendo pensar al contrincante que ahora vas a hacer esto, después lo otro, y a continuación algo distinto, hasta que veas que empieza a estar desconcertado, y así ganar a voluntad". El Libro de los Cinco Anillos (Miyamoto Musashi)
"Todo el mundo conoce la forma mediante la que resulto vencedor, pero nadie conoce la forma mediante la que aseguro la victoria". El Arte de la Guerra (Sun Tzu)
3/ Hablar menos de lo que se debería.
"Alá dió al hombre dos oidos y una boca para hablar la mitad de lo que se escucha". Provebio árabe
" Nunca se debe empezar a hablar antes de que lo hagan los subordinados. Cuanto mas tiempo se permanezca callado, más pronto empezarán los demás a hablar. Y mientras lo hacen, uno puede comprender sus verdaderas intenciones." Huanchu Daoren
4/ Cuando hay que dejar elegir a alguien, que sólo elija entre lo que usted quiera.
Es el ejemplo de técnica de venta en el que decimos: ¿Prefiere que le entreguemos hoy en la tarde o mañana? Elijan lo que elijan, siempre ganamos, condicionamos la respuesta.
"Las heridas y cualquier otro mal que los hombres se ocasionan a sí mismos espontáneamente y por su propia elección son a largo plazo menos dolorosas que aquellas que les ocasionan los otros." El Príncipe (Maquiavelo)
5/ Que otros hagan las cosas por usted.
"Es una gran suerte de los poderosos acompañarse de hombres de gran entendimiento que les saquen de todos los problemas causados por la ignorancia y que incluso peleen por ellos las luchas más difíciles. El que no pudiera alcanzar a tener la sabiduría en servidumbre, que la alcance en la amistad". El Arte de la Prudencia (Baltasar Gracián)
6/ Que su jefe no sepa ni sospeche que usted es mas listo que él.
"Toda derrota es odiosa, y si es sobre el jefe o es necia o es fatal. Siempre fue odiada la superioridad, y más por los superiores. Será fácil hallar quien quiera ceder en éxito y en carácter, pero no en inteligencia, y mucho menos un superior. A los jefes les gusta ser ayudados, pero no excedidos". El Arte de la Prudencia (Baltasar Gracián)
7/ Hacer que la gente dependa de usted.
"Un príncipe sabio ideará la forma para mantener a todos los ciudadanos en todas las circunstancias en situación de dependencia del Estado y de él; y entonces ellos siempre confiarán." El Príncipe (Maquiavelo)
"Hacerse indispensable. Más se saca de la dependencia que de la cortesía; el satisfecho vuelve inmediatamente la espalda a la fuente. La primera lección de la experiencia debe ser entretenerla, pero no satisfacerla; así se conserva la dependencia que los demás tienen; incluso la del Rey." El Arte de la Prudencia (Baltasar Gracián)
8/ Confiar en el interés del prójimo, no en su agradecimiento.
"La forma mejor y más rápida de hacer fortuna es dejar que los demás vean claramente que está en su propio interés promocionar el tuyo" Jean de la Bruyère.
Si se va a pedir ayuda a alguien, no hay que recordar los favores del pasado, encontrarán las formas de ignorarlo. Hay que encontrar algo en la petición que le pueda beneficiar y exagerarlo. Entonces, la otra parte responderá con entusiasmo, ya que también podrá sacar provecho.
9/ La información es el poder: investigue
"Los espías nativos se contratan entre los habitantes de una localidad. Los espías internos se contratan entre los funcionarios enemigos. Los agentes dobles se contratan entre los espías enemigos. Los espías liquidables transmiten falsos datos a los espías enemigos. Los espías flotantes vuelven para traer sus informes. Entre los funcionarios del régimen enemigo, se hallan aquéllos con los que se puede establecer contacto y a los que se puede sobornar para averiguar la situación de su país y descubrir cualquier plan que se trame contra ti, también pueden ser utilizados para crear desavenencias y desarmonía". El Arte de la Guerra (Sun Tzu)
10/ Liberese totalmente de sus enemigos.
Prefiero no comentar nada, absolutamente nada sobre este tema, los refiero si desean a:  El Arte de la Guerra (Sun Tzu)
11/ No discutir, actuar.
"Pensar y actuar son la misma cosa". Proverbio Zen. Bushido
"Nunca se debe discutir. En sociedad no se debe discutir nada, sólo hay que ofrecer resultados." Benjamín Disraeli
Cualquier victoria en una discusión creará resentimiento duradero y será peligroso a la larga. Es mejor que los demás cambien de opinión a través de las acciones: hay que demostrar, no explicar.Cuando se acaba una discusión, todas las partes están mas convencidas de sus ideas. En realidad, no vale para nada discutir, salvo para enmascarar otras tretas.
12/ Elija sus enemigos y muévalos a su antojo.
"Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas". El Arte de la Guerra (Sun Tzu)
"Hay muchas gentes que estiman que un príncipe sabio debe, cuando tenga la oportunidad, fomentarse con astucia alguna oposición a fin de que una vez vencida brille a mayor altura su grandeza". El Príncipe (Maquiavelo)
" Un jefe que conoce a los soldados " es un método practicado siempre en tiempos de conflicto, tras haber alcanzado la maestría a la que uno aspira: habiendo logrado el poder del conocimiento del arte de la guerra, piensa en los adversarios como en tus propios soldados, sabiendo que puedes ordenarles lo que desees y manejarles con libertad. Tú eres el jefe, los adversarios son las tropas. Esto requiere práctica". El Libro de los Cinco Anillos (Miyamoto Musashi)
"Los buenos guerreros hacen que los adversarios vengan a ellos, y de ningún modo se dejan atraer fuera de su fortaleza. Si haces que los adversarios vengan a ti para combatir, su fuerza estará siempre vacía. Si no sales a combatir, tu fuerza estará siempre llena. Este es el arte de vaciar a los demás y de llenarte a ti mismo.Lo que impulsa a los adversarios a venir hacia ti por propia decisión es la perspectiva de ganar. Lo que desanima a los adversarios de ir hacia ti es la probabilidad de sufrir daños." El Arte de la Guerra (Sun Tzu)
"Al hombre sabio le son más útiles sus enemigos que al necio sus amigos. Una malevolencia suele allanar montañas de dificultad que la benevolencia no se atrevería a pisar. A muchos sus enemigos les fabricaron su grandeza. Es más fiera la lisonja que el odio, pues éste señala defectos que se pueden corregir, pero aquélla los disimula. La cautela es grande cuando se vive junto a la emulación, a la malevolencia". El Arte de la Prudencia (Baltasar Gracián)
13/ La retirada no es la rendición.
"Una retirada a tiempo vale mas que mil victorias" Napoleón
"Si puedes ganar la batalla, lucha; si no, retírate". Mao Tse Tung (estrategia y táctica)
Estrategia 36: De las 36 estrategias, la definitiva es la última: retirarse.Retirarse cuando todo falla es la estrategia definitiva. Pero no significa huir definitivamente. Al enfrentarnos con un enemigo infinitamente superior, se puede rendir, negociar o retirarse. La retirada no significa la derrota total, el compromiso significa una media derrota y la rendición, la derrota total.
Para Sun Tzu representa someterse temporalmente al poderoso, en espera de una transición a una nueva fase. En la Segunda Guerra Mundial, los soviéticos se retiraron hasta Moscú, dejando todo arrasado. Aliados con el general invierno, cuando pararon ahí a los alemanes, la contraofensiva les dejó en Berlín.
Hay que recordar que fracasar es fácil, pero hacerlo con gracia y éxito puede ser más difícil que el mismo éxito. Además, se aprende mas de los fracasos que de los aciertos. Como recomendación final, la retirada nunca debe hacerse sin pensar, de forma impulsiva. No hay que considerar que retirarse es una manera de escapar a los desafíos, si no una manera de enfrentarse mejor a ellos.
14/ Concentrar los esfuerzos. Buscar puntos débiles.
"Encontrar el punto débil de cada uno: este es el arte de mover las voluntades. Es más una destreza que determinación. Es saber por dónde se ha de entrar a cada uno. Primero hay que conocer el carácter, después tocar el punto débil, insistir en él, pues infaliblemente se quedará sin voluntad". El Arte de la Prudencia (Baltasar Gracián)
15/ Que otro haga el trabajo sucio.
"Los príncipes debe ejecutar a través de otros las medidas que puedan acarrearle odio y ejecutar por sí mismo aquellas que le reportan el favor de los súbditos. Debe estimar a los nobles, pero no hacerse odiar del pueblo." El Príncipe (Maquiavelo)
Estrategia nº 3: "Matar con un cuchillo prestado"Significa utilizar los recursos ajenos en provecho propio. En vísperas de la invasión de la Unión Soviética, los servicios de inteligencia alemanes proporcionaron a los soviéticos pruebas inventadas de que el mariscal ruso Mijail Tujachevski conspiraba contra Stalin. Como consecuencia, los mismos soviéticos ejecutaron a Tujachevski y a otros siete mariscales que Alemania consideraba obstáculos esenciales para la inmediata invasión. 36 estrategias chinas
16/ Decir a los demás lo que quieren oír.
"Ningún hombre tiene que desesperarse pensando que no obtendrá conversos para la causa más extravagante si tiene el arte de suficiente para representarla con colores favorables." David Hume.
"La verdad es fría, no resulta cómoda. Una mentira es mas hermosa. Es mucho mas interesante y provechoso fantasear que decir la verdad." Joseph Weil, estafador.
17/ Una vez que se decide, actuar sin vacilar.
Si no tenemos claro que línea de acción tomar, mejor no empezar. Las dudas y vacilaciones lo estropearán. Todos admiran al audaz, nadie al tímido.
"Camina o siéntate, pero no dudes." Proverbio Zen
"Creo que es mejor ser impetuoso que prudente, proque la fortuna es mujer, y se si desea dominarla, se puede ver que se deja conquistar por el audaz más que por aquellos que actúan fríamente." El Príncipe (Maquiavelo)
18/ Atacar a las emociones del contrario, buscar el desequilibrio.
Eliminar el corazón: Cuando luchas con un enemigo y parece que estás ganando por tu habilidad en esta ciencia, el adversario quizás todavía mantenga la esperanza y, aunque aparentemente derrotado, se niegue a reconocer internamente la derrota. " Eliminar el corazón " se aplica en estos casos. Esto significa cambiar repentinamente de actitud, para hacer que el enemigo vez de mantener esa idea; lo principal en este caso es observar cómo se siente derrotado desde el fondo de su corazón. Puedes " eliminar el corazón " (La Esperanza) de la gente con armas, con tu cuerpo, o con tu mente. Esto no ha de entenderse de una sola manera. Cuando tus enemigos han perdido completamente el corazón (la esperanza), ya no tienes que prestarles atención nunca más. En otro caso, manténte alerta. Si los enemigos conservan aún sus ambiciones, difícilmente sucumbirán. El Libro de los Cinco Anillos (Miyamoto Musashi) Recuerda solo te recomiendo usar estas tacticas en forma defensiva y para protegerte.
19/ Concentrar esfuerzos.
"La mejor estrategia es ser siempre muy fuerte, sobre todo en el momento decisivo. No hay ley estratégica superior que mantener las fuerzas concentradas. Hay que actuar con la máxima concentración." Karl Von Clausewitz.
"Se debe apreciar la intensidad más que la extensión. La perfección reside en la calidad, no en la cantidad. La extensión por sí sola nunca se eleva por encima d ela mediocridad, y es la desgracia de los hombres con amplios intereses generales que mientras les gustaría tener un dedo en todas las tartas, no lo tienen en ninguna." El Arte de la Prudencia (Baltasar Gracián)
20/ Una vez que se ha ganado, hay que saber parar.
"Conocer cuando las cosas están en su punto, en su sazón, y saberlos disfrutar. Todas las obras de la naturaleza llegan al colmo de su perfección: hasta allí fueron ganando, desde allí irán perdiendo". El Arte de la Prudencia (Baltasar Gracián)

21/ Hay mas reglas, pero en aplicación de la regla número tres, por ahora no les voy a contar todo lo que sé.
Aunque a lo mejor voy añadiendo alguna regla o comentario nuevos, ya veremos. Otra vez será... si siguen visitando esta página que se irá ampliando con artículos que uds. pueden remitir.Sólo me permito recomendar que observen a las personas que juegan bien a este fascinante juego y a lo mejor deducen uds. mas reglas.
Y un último consejo: paciencia y autocontrol son las virtudes que debe tener todo buen jugador.

El arte de la prudencia


1. Hoy todo ha logrado la perfección, pero ser una auténtica persona es la mayor. Más se precisa hoy para ser sabio que antiguamente para formar siete, y más se necesita para tratar con un solo hombre en estos tiempos que con todo un pueblo en el pasado.
2. Carácter e inteligencia: los dos polos para lucir las cualidades; uno sin otro es media buena suerte. No basta ser inteligente, se precisa la predisposición del carácter. La mala suerte del necio es errar la vocación en el estado, la ocupación, la vecindad y los amigos.
3. Manejar los asuntos con expectación. Los aciertos adquieren valor por la admiración que provoca la novedad. Jugar a juego descubierto ni gusta ni es útil. No descubrirse inmediatamente produce curiosidad: especialmente cuando el puesto es importante surge la expectación general. El misterio en todo, por su mismo secreto, provoca veneración. Incluso al darse a entender se debe huir de la franqueza. El silencio recatado es el refugio de la cordura.
4. El saber y el valor contribuye conjuntamente a la grandeza. Hace al hombre inmortal porque ellos lo son. Tanto es uno cuanto sabe, y el sabio todo lo puede. Un hombre sin conocimientos es un mundo a oscuras. Es necesario tener ojos y manos, es decir juicio y fortaleza. Sin valor es estéril la sabiduría.
5. Hacerse indispensable. No hace sagrada la imagen el que la pinta y adorna, sino el que la adora. El sagaz prefiere los que le necesitan a los que dan las gracias. La esperanza cortés tiene buena memoria, pero el agradecimiento vulgar es olvidadizo y es un error confiar en él.
6. Estar en la cima de la perfección. No se nace hecho. Cada día uno se va perfeccionando en lo personal y en lo laboral, hasta llegar al punto más alto, a la plenitud de cualidades, a la eminencia. Algunos nunca llegan a ser cabales, siempre les falta algo; otros tardan en hacerse.
7. Evitar las victorias sobre el jefe. Toda derrota es odiosa, y si es sobre el jefe o es necia o es fatal. Siempre fue odiada la superioridad, y más por los superiores. Será fácil hallar quien quiera ceder en éxito y en carácter, pero no en inteligencia, y mucho menos un superior. A los jefes les gusta ser ayudados, pero no excedidos.
8. No apasionarse: la señal del más elevado espíritu. Su misma superioridad le libra de la esclavitud a las impresiones pasajeras y comunes. No hay mayor señorío que el de sí mismo, de las propias pasiones. Es el triunfo de la voluntad. Y si la pasión puede afectar a lo personal, nunca alcance lo laboral, y menos aún cuanto mayor sea. Esta es la forma inteligente ahorrar disgustos y de lograr reputación pronto y fácilmente.
9. Eludir los defectos de su nación. Ninguna nación se escapa de algún defecto innato, incluso la más culta, defecto que censuran los Estados vecinos como cautela o como consuelo. Corregir, o por lo menos disimular, estos efectos es un triunfo; con ello se consigue el crédito de único entre los suyos, pues siempre se estima más lo que menos se espera.
10. Fortuna y fama. Lo que tiene de inconstancia la una, tiene de firmé la otra. La primera sirve para vivir, la segunda para después; aquella actúa contra la envidia, ésta contra el olvido.

11 al 20
11. Tratar con quien se pueda aprender. El trato amigable debe ser una escuela de erudición, es y la conversación una enseñanza culta. El prudente frecuenta las casas de los hombres eminentes. Hay que complementar lo útil del aprendizaje con lo gustoso de la conversación.
12. Naturaleza y arte, materia y elaboración. No hay belleza sin ayuda, ni perfección que no parezca bárbara sin la participación del arte: socorre lo malo y perfecciona lo bueno. Todo hombre parece tosco sin el arte. Es necesario pulirse para alcanzar la perfección.
13. Obrar con intención, con primera y con segunda intención. La vida del hombre es milicia contra la malicia del hombre: la sagacidad pelea con estratagemas de mala intención. Nunca hace lo que indica: apunta, si, para despistar; se insinúa con destreza y disimulo; y actúa en la inesperada realidad, atenta siempre a confundir. Deja caer una intención para tranquilizar la atención ajena, y gira inmediatamente contra ella, venciendo por lo impensado.
14. El fondo y la forma. No basta la sustancia, también se necesita la circunstancia. Los malos modos todo lo corrompen, hasta la justicia y la razón. Los buenos todo lo remedian: doran el no, endulzan la verdad y hermosean la misma vejez. En las cosas tiene gran parte el cómo.
15. Tener inteligencias auxiliares. Es una gran suerte de los poderosos acompañarse de hombres de gran entendimiento que les saquen de todos los problemas causados por la ignorancia y que incluso peleen por ellos las luchas más difíciles. El que no pudiera alcanzar a tener la sabiduría en servidumbre, que la alcance en la amistad.
16. Saber con recta intención garantiza la abundancia de aciertos. Un buen entendimiento casado con una mala voluntad fue siempre una violación monstruosa.
17. Variar de estilo al actuar. No obrar siempre igual. Así se confunde a los demás, especialmente si son competidores. No hay que obrar siempre de primera intención, pues nos captarán la rutina y se anticiparán y frustrarán las acciones. Tampoco hay que actuar siempre de segunda intención, pues entenderán la treta cuando se repita.
18. Aplicación y capacidad. No hay eminencia sin ambas, y si concurren, la eminencia es aún mayor. Es mejor conseguir una medianía con aplicación que una superioridad sin ella. La reputación se compra con trabajo: poco vale lo que poco cuesta.
19. No comenzar con demasiada expectación. Es un chasco frecuente ver que todo lo que recibe muchos elogios antes de que ocurra no llegará después a la altura esperada. Lo real nunca puede alcanzar a lo imaginado, porque imaginarse las perfecciones es fácil, pero es muy difícil conseguirlas.
20. Ser hombre de su época. Los hombres de rara eminencia dependen de la época en que viven. Las cosas tienen su tiempo; incluso las eminencias dependen del gusto de su época. Pero la sabiduría lleva ventaja: es eterna, y si éste no es su tiempo lo serán otros muchos.


21 al 30
21. El arte de la suerte. La buena suerte tiene sus reglas; no todo son casualidades para el sabio; el esfuerzo puede ayudar a la buena suerte. Si bien se piensa, no hay otro camino sino el de la virtud y la prudencia, porque no hay más buena ni mala suerte que la prudencia o la imprudencia.
22. Ser hombre agradable y jugosa conversación. La munición de los discretos es la galante y gustosa erudición, es decir, un saber práctico de todas las cosas corrientes, más inclinado a lo gustoso y elevado que a lo vulgar. Es conveniente tener una buena reserva de frases ingeniosas y comportamientos galantes y saberlos emplear en el momento recuadro. Más le valió a algunos la sabiduría que se comunica en el trato social que todos los conocimientos académicos.
23. No tener un defecto. Es nuestro destino tener defectos. Pocos viven sin ellos, tanto en lo moral como en el carácter. Sería una gran habilidad convertirlos en motivo de estimación. César supo cubrir de laureles su calvicie.
24. Moderar la imaginación es el todo para la felicidad. Unas veces hay que refrenarla y otras ayudarla: el buen sentido la ajusta.
25. Ser buen entendedor. Saber razonar era la más elevada de las artes; ya no es suficiente: ahora es necesario adivinar, y más en asuntos que pueden decepcionar. No puede ser entendido el que no sea buen entendedor. Las verdades que más nos importan vienen siempre a medio decir. El prudente debe saber entenderlas: resuena la credulidad en las cosas favorables y la estimula en las odiosas.
26. Encontrar el punto débil de cada uno. Este es el arte de mover las voluntades. Es más una destreza que determinación. Es saber por dónde se ha de entrar a cada uno. Primero hay que conocer el carácter, después tocar el punto débil, insistir en él, pues infaliblemente se quedará sin voluntad.
27. Mejor lo intenso que lo extenso. La perfección no consiste en la cantidad, sino en la calidad. Todo lo muy bueno fue siempre poco y raro: usar mucho lo bueno es abusar.
28. No ser vulgar en nada. No serlo en el gusto. Los hartazgos de aplauso popular no satisfacen a los discretos. El vulgo admira la necedad común y rechaza el consejo excelente.
29. Tener entereza. Hay que estar siempre de parte de la razón, con tal decisión que ni la pasión del vulgo ni la fuerza de la violencia obliguen jamás a pisar la raya de la razón
30. No dedicarse a ocupaciones desacreditadas. Sólo se obtiene desprecio y no renombre. Las sectas del capricho son muchas y el hombre cuerdo debe huir de todas ellas. Hay gustos exóticos que siempre se casan con todo aquello que los sabios repudian.


31 al 40
31. Conocer a los afortunados, para escogerlos, y a los desdichados, para rechazarlos. La mala suerte es, con frecuencia, culpa de la estupidez y no hay contagio más pegadizo para los próximos al desdichado. Nunca se debe abrir la puerta al menor mal, pues siempre venderán tras el, a escondidas, otros mucho y mayores. En la duda lo mejor es acercarse a los sabios y prudentes, pues tarde o temprano dan con la buena suerte.
32. Tener fama de complaciente. Es fundamental para que gusten los que gobiernan; es una excelente calidad para que los soberanos obtengan la gracia de todos. Esta es la ventaja de mandar: poder hacer más bien que todos los demás.
33. Saber apartarse. Es una gran lección de la vida el saber negar, jamás pero lo es mayor el negarse uno mismo, tanto en los negocios como en el trato personal. Peor es ocuparse de lo inútil que no hacer nada. Para ser prudente no basta no ser entrometido: hay que procurar que no te entrometan.
34. Conocer su mejor cualidad. Hay que cultivar la cualidad más relevante y ayudar a las demás. Cualquiera habría triunfado si hubiera conocido su mejor cualidad. Lo que la pasión exalta con rapidez, tarde lo desengaña el tiempo.
35. Sopesar las cosas. Más las que más importa. Algunos hacen mucho caso de lo que importa poco y poco de lo que importa mucho, sopesando siempre al revés. El sabio todo lo sopesa, aunque ahonda especialmente donde hay profundidad y dificultades y dónde cree que a veces hay más de lo que piensa.
36. Tantear su suerte para actuar, para comprometerse. Es un gran arte saber gobernar la suerte, esperándola (pues también cabe la espera en ella) u obteniéndola (pues tiene turno favorable y oportuno). Pero su comportamiento es tan anómalo que no se puede entender del todo. Quien la encontró favorable, prosiga con atrevimiento, pues suele apasionarse por los audaces y, como mujer deslumbrante que es, por los jóvenes.
37. Conocer las insinuaciones y saber usarlas. Es el punto más sutil del trato humano. Se usan para probar los ánimos y, de la manera más disimulada y penetrante, el corazón.
38. Saber retirarse cuando se está ganando. Es lo que hace los jugadores profesionales. Tan importante es una lúcida retirada como un ataque esforzado. Hay que poner a salvo los éxitos cuando hubiera bastantes, incluso cuando fueran muchos.. Un éxito continuado fue siempre sospechoso; es más segura la buena fortuna alterna. La fortuna se cansa de llevar a uno a cuestas durante mucho tiempo.
39. Conocer cuando las cosas están en su punto, en su sazón, y saberlos disfrutar. Todas las obras de la naturaleza llegan al colmo de su perfección: hasta allí fueron ganando, desde allí irán perdiendo.
40. Don de gentes. Conseguir la admiración general es mucho, pero es más ganar el afecto. La cortesía es el mayor embrujo político de los grandes personajes. Primero hechos y después palabras.


41 al 50
41. Nunca exagerar. Es importante para la prudencia no hablar con superlativos, para no faltar a la verdad y para no deslucir la propia cordura. Las exageraciones son despilfarros de estima y dan indicio de escasez de conocimiento y gusto. La alabanza despierta vivamente la curiosidad, excita el deseo. Después, si no se corresponde el valor con el precio, como sucede con frecuencia, la expectación se vuelve contra el engaño y se desquita con el desprecio de lo elogiado y del que elogio.
42. La natural capacidad de mando. Es una secreta fuente de superioridad. No debe proceder de un enfadoso artificio, sino de una naturaleza imperiosa.
43. Sentir con los menos y hablar con los más. Querer ir contracorriente hace imposible descubrir los engaños y es peligroso. Sólo Sócrates podía hacerlo. La verdad es de pocos, pero el engaño es tan común como vulgar.
44. Simpatía con los grandes hombres. Una cualidad de héroe es concordar con los héroes. Esta simpatía es un prodigio de la naturaleza tanto por lo oculto como por lo ventajoso. Existe un parentesco de corazones y de caracteres. Sus efectos son los que la ignorancia vulgar atribuye a la magia.
45. Usar, y no abusar, de las segundas intenciones. No se deben mostrar ni dar a entender. Todo artificio se debe encubrir, pues es sospechoso, y más las segundas intenciones, pues son odiosas. El engaño se usa mucho, por eso y para evitar la desconfianza hay que multiplicar el recelo, sin mostrarlo. El recelo distancia e invita a la venganza, despierta el mal que no se había imaginado.
46. Corregir su antipatía. Solemos aborrecer de modo gratuito, incluso antes de conocer las supuestas cualidades. La cordura debe corregirlo, pues no hay peor descrédito que aborrecer a los mejores.
47. Huir de los asuntos difíciles y peligrosos. Es una de las primeras tareas de la prudencia. Estos asuntos son tentaciones del juicio y es más seguro huirlas que vencerlas.
48. Cuanto mayor fondo tiene el hombre tanto tiene de persona. Como los brillos interiores y profundos del diamante, lo interior del hombre siempre debe valer el doble que lo exterior. Hay sujetos que sólo son fachada, como casas sin acabar porque faltó caudal: tiene la entrada de palacio y de choza las habitaciones. No hay en estos donde descansar, o todo descansa, porque tras el saludo se acabó la conversación.
49. Ser hombre ocioso y observador. El manda en los objetos y no los objetos en el. Entiende y valora la esencia de cualquiera con sólo verlo. Todo lo descubre, advierte, alcanza y comprende.
50. Nunca perderse el respeto a sí mismo. Es mejor que ni siquiera se familiarice consigo mismo a solas. Su misma entereza debe ser la norma propia de su rectitud.


51 al 60
51. Saber elegir. Vivir es saber elegir. Se necesita buen gusto y un juicio muy recto, pues no son suficientes el estudio y la inteligencia. No hay perfección donde no hay elección.
52. Nunca perder la compostura. La finalidad principal de la prudencia es no perder nunca la compostura. Cualquier exceso de pasiones perjudica a la prudencia. Uno debe ser tan dueño de sí que ni en la mayor prosperidad ni en la mayor adversidad nadie pueda criticarle por haber perdido la compostura.
53. Ser diligente e inteligente. La diligencia hace con rapidez lo que la inteligencia ha pensado con calma. La prisa es una pasión de necios: como no descubren el límite, actúan sin reparo. Por el contrario, los sabios suelen pecar de lentos, pues una mirada atenta obliga a detenerse.
54. Tener valor y prudencia. Hasta las líbrese atreven con el león muerto. Con el valor no hay bromas. Si se cede en lo primero, también habrá que ceder en lo segundo, y así hasta el final. Más daña la flaqueza del ánimo que la del cuerpo.
55. Saber esperar. Hacerlo demuestra un gran corazón, con más amplitud de sufrimiento. Nunca apresurarse, nunca apasionarse. Si uno es señor de sí, lo será después de los otros. La espera prudente sazona los aciertos y madura los secretos pensamientos.
56. Tener buenas intromisiones. Nacen de una afortunada prontitud. Algunos piensan mucho para después equivocarse en todo, mientras otros lo aciertan todo sin pensarlo antes.
57. Más seguros con los reflexivos. Es suficientemente rápido lo que está bien. Lo que se hace deprisa, deprisa se deshace. Lo que mucho vale, mucho cuesta. Lo que tiene que durar una eternidad, debe tardar otra en hacerse.
58. Saber adaptarse. Uno no se debe mostrar igualmente inteligente con todos, ni se deben emplear más fuerzas de las necesarias. Ni derroches de sabiduría ni de méritos.
59. Salir con buen pie. Atención a los finales: hay que poner más cuidado en un final feliz que en una aplaudida entrada. Es frecuente que los afortunados tengan muy favorables comienzos y muy trágicos finales. Pocas veces acompaña la suerte a los que salen: es educada con los que vienen y descortés con los que van.
60. Buen juicio. Algunos ya nacen prudentes. Con la edad y la experiencia la razón madura cumplidamente.


61 al 70
61. Eminencia en lo mejor. Es una gran singularidad entre la pluralidad de perfecciones. No puede haber hombre grande que no tenga alguna cualidad sublime. Las medianías no son objeto de aplauso.
62. Contar con buenos colaboradores. Algunos quieren que su extremada perspicacia dominen sobre las limitaciones de los colaboradores. Es una peligrosa satisfacción que merece un castigo fatal.
63. La excelencia de ser el primero. Es una gran ventaja ser mano en el juego, pues gana en igualdad de circunstancias. Algunos prefieren ser primeros en segunda categoría que ser segundos en la primera.
64. Ahorrarse disgustos. Es útil y cuerdo ahorrarse disgustos. La prudencia evita muchos. No hay que dar malas noticias.
65. Un gusto excelente. Se puede cultivar, igual que la inteligencia. La excelente comprensión de las cosas refina el deseo y después aumenta el placer de conseguirlas.
66. Cuidado para que salgan bien las cosas. Algunos ponen el objetivo más en una dirección rigurosa que en alcanzar el éxito. El que vence no necesita dar explicaciones. La mayoría no percibe los detalles del procedimiento, sino los buenos o malos resultados. Todo lo dora un buen final. La regla es ir contra las reglas cuando no se puede conseguir de otro modo un resultado feliz.
67. Preferir las ocupaciones de reconocido prestigio. Hay empleos expuestos a la aclamación general, y hay otros, aunque más importantes, absolutamente invisibles.
68. Hacer que comprendan. Es más importante que hacer recordar. Unas veces hay que recordar y otras aconsejar.
69. No rendirse a los malos humores. El gran hombre nunca se sujeta a las variaciones anímicas. Conocerse es empezar a corregirse.
70. Saber negar. No se debe conceder todo, ni a todos. Tanto importa saber negar como saber conceder y pelos que mandan es una prudencia necesaria. Y aquí interviene la forma: más se estima el no de algunos que el si de otros, porque un no dorado satisface más que un si a secas. Es mejor que queden siempre algunos restos de esperanza para que templen lo amargo de la negativa.


71 al 80
71. No ser desigual, de proceder anómalo. El hombre prudente siempre fue el mismo en todas sus buenas cualidades, que esto habla bien de su inteligencia.
72. Ser decidido. Menos daña la mala ejecución que la falta de decisión. No se corrompen tanto las materias cuando corren como estancadas.
73. Saber usar evasivas. Es el recurso de los prudentes. Con la galantería de un donaire suelen salir del más intrincado laberinto. Con una sonrisa se evita la contienda más difícil. Cambiar de conversación es una treta cortés para decir que no. No hay mayor discreción que no darse por enterado.
74. No ser intratable. Las verdaderas fieras están en las ciudades. Ser inaccesible es vicio de los que se desconocen a sí mismos, los que con los honores cambian los humores. Enfadar al principio no es camino para la estima. Para subir al puesto agradaron a todos, y una vez en él se quieren desquitar enfadando a todos. Por la ocupación deben tratar con muchos, pero por aspereza y arrogancia todos les huyen. Para éstos el mejor castigo es dejarlos estar, apartando la prudencia junto con el trato.
75. Elegir un modelo elevado, más para superarlo que para imitarlo. Hay ejemplares de grandeza y textos animados por la reputación. Propóngase como modelo, cada uno en su ocupación, a los de más mérito, no tanto para seguirlos como para adelantarlos. Alejandro lloró, no a Aquiles sepultado, sino a sí mismo cuando aún no había llegado a la fama. No hay nada que excite más las ambiciones en el ánimo como el clarín de la fama ajena. El mismo que abate la envidia alienta la nobleza.
76. No estar siempre de broma. La prudencia se conoce en la seriedad, que está más acreditada que el ingenio. El que siempre está de burlas no es hombre de veras. A éstos los igualamos con los mentirosos al no creerlos; a los unos por recelo de la mentira, a los otros de su burla. Nunca se sabe cuándo hablan con juicio, lo que es tanto como no tenerlo. No hay mayor desaire que el continuo donaire. Otros ganan fama de chistosos y pierden el crédito de prudentes. Lo jovial debe tener su momento, y la seriedad todos los demás.
77. Saber adaptarse a todos.Es el gran arte de ganar a todos, porque la semejanza atrae la simpatía. Observar los caracteres y ajustarse al de cada uno. Al serio y al jovial seguirles la corriente, transformándose cortésmente. Es necesario para los que dependen de otros. Esta gran destreza para vivir necesita una gran capacidad.
78. Comenzar con pies de plomo. La Necedad siempre entra de rondón, pues todos los necios son audaces. Su misma estupidez, que les impide primero advertir los inconvenientes, después les quita el sentimiento de fracaso. Pero la Prudencia entra con gran tiento. Sus batidores son la Observación y la Cautela; ellas van abriendo camino para pasar sin peligro. Cualquier Acción Irreflexiva está condenada al fracaso por la Discreción, aunque a veces la salva la Suerte. Conviene ir con cuidado donde se teme que hay mucho fondo; que lo prepare la Sagacidad y que la Prudencia vaya ganando terreno. Hoy hay muchos bajíos en el trato humano y conviene ir siempre con la sonda en la mano.
79. Carácter jovial. Con moderaci6n es una cualidad y no un defecto. Un grano de gracia todo lo sazona. Los mayores hombres también mueven la pieza del donaire, que atrae la gracia de todo el mundo. Pero respetando la prudencia y guardando el decoro. Otros hacen de una gracia el atajo para salir airosamente de un problema, pues hay cosas que se deben tomar en broma, incluso a veces las que el otro toma más en serio. Indica apacibilidad y es embrujo de los corazones.
80. Cautela al informarse. Se vive más de oídas que de lo que vemos. Vivimos de la fe ajena. El oído es la segunda pueda de la verdad y la principal de la mentira. De ordinario la verdad se ve y excepcionalmente se oye. Raras veces llega en su puro elemento y menos cuando viene de lejos: siempre trae algo de mezcla de los ánimos por donde ha pasado.


81 al 90
81. Renovar el lucimiento. La excelencia suele envejecer, y con ella la fama. La costumbre disminuye la admiración y una novedad mediana suele vencer a la mayor eminencia una vez envejecida. Hay que renovar el valor, el ingenio, el éxito, todo. Hay que aventurarse a renovar en brillantez, amaneciendo muchas veces como el sol, cambiando las actividades del lucimiento. La privación provocará el deseo, y la novedad el aplauso.
82. Nunca apurar ni el mal ni el bien. Un sabio redujo toda la sabiduría a la moderación en todo. Apurar el derecho es injusticia, y la naranja que mucho se exprime amarga. Incluso en el placer nunca se debe llegar a los extremos. El mismo ingenio se agota si se apura y sacará sangre en lugar de leche quien esquilme como si fuera un tirano.
83. Permitirse algún desliz venial. Un descuido suele ser a veces la mejor recomendación de las buenas cualidades. La envidia tiene su ostracismo, tanto más civil cuanto más criminal: acusa a lo muy perfecto de que peca en no pecar, y condena del todo lo que es perfecto en todo. La censura hiere, como el rayo, las más elevadas cualidades.
84. Saber valerse de los enemigos. Hay que saber coger todas las cosas no por el filo, para que hieran, sino por la empuñadura, para que defiendan; especialmente la emulación. Al hombre sabio le son más útiles sus enemigos que al necio sus amigos. Una malevolencia suele allanar montañas de dificultad que la benevolencia no se atrevería a pisar. A muchos sus enemigos les fabricaron su grandeza. Es más fiera la lisonja que el odio, pues éste señala defectos que se pueden corregir, pero aquélla los disimula. La cautela es grande cuando se vive junto a la emulación, a la malevolencia.
85. No servir de comodín. El mucho uso de lo excelente se convierte en abuso. Como todos lo desean, al final todos se enfadan. El que todos lo deseen desemboca en el enfado de todos. Es un gran defecto no servir para nada, y no menor querer servir para todo. Estos pierden por querer ganar muchas veces, y después son tan odiados como antes fueron deseados. Se encuentran estos comodines en cualquier género de perfecciones: pierden la inicial consideración de extraordinarias y se desprecian por comunes. El único remedio de todo lo extremado es guardar equilibrio en el lucimiento: la perfección debe ser máxima, pero la ostentación moderada. Cuanto más luce una antorcha, más se consume y menos dura. Una exhibición limitada se premia con una mayor estima.
86. Prevenir los rumores. La muchedumbre tiene muchas cabezas, y por eso muchos ojos para la malicia y muchas lenguas para el descrédito. A veces corre por ella un rumor que afea la mejor reputación y si se convierte en una extendida burla acabará con el renombre. Con frecuencia nace por algún error notorio, por ridículos defectos que son materia adecuada a las murmuraciones. El hombre prudente debe evitar estos descréditos oponiendo sus dotes de observación a la insolencia vulgar. Es más fácil prevenir que remediar.
87. Cultura y refinamiento. El hombre nace bárbaro; debe cultivarse para vencer a la bestia. La cultura nos hace personas, y más cuanto mayor es la cultura. Gracias a ella Grecia pudo llamar bárbaro al resto del mundo. La ignorancia es muy tosca. Nada cultiva más que el saber. Pero incluso la cultura es grosera sin refinamiento.
88. Amplitud en el trato. Hay que procurar que el trato sea elevado. El gran hombre no debe tratar de lo insignificante. Nunca se debe entrar en demasiados pormenores, y menos en las cosas desagradables. Aunque es ventajoso darse cuenta de todo como al descuido, no lo es quererlo averiguar todo con desmesurado interés. Mandar es, en gran parte, no darse por enterado. Hay que dejar pasar la mayoría de las cosas entre familiares, amigos y especialmente entre enemigos.
89. Conocerse a sí mismo. Conocer el carácter, la inteligencia, las opiniones y las inclinaciones. No se puede ser dueño de sí si primero no se conoce uno mismo. Cuando uno se despreocupe de su imagen exterior, debe conservar la interior para enmendarla y mejorarla. Tiene que conocer las fuerzas de su prudencia y perspicacia para emprender proyectos, comprobar su tesón para vencer el riesgo, tener medido su fondo y su capacidad para todo.
90. El arte para vivir mucho: vivir bien. Dos cosas acaban rápidamente con la vida: la necedad o el vicio. Unos perdieron la vida por no saberla guardar y otros por no querer hacerlo. Igual que la virtud es el premio de la virtud, el vicio es el castigo del vicio. Quien vive deprisa en el vicio, pronto termina de dos maneras: acaba con la vida y con la honra. Quien vive deprisa en la virtud, nunca muere.


91 al 101
91. Obrar sólo si no hay dudas sobre la prudencia. La sospecha de desacierto en el que actúa se convierte en evidencia para el que mira y mucho más si fuera un competidor. Si acaloradamente se adopta, con dudas, una decisión, después, sin pasión, se condenará la necedad manifiesta. Son peligrosas las acciones en las que duda la prudencia. Es más seguro no realizarlas. La prudencia no admite probabilidades.
92. Buen sentido trascendental, es decir, en todo. Es la primera y más alta regla para obrar y hablar, más recomendable cuanto mayores y más elevadas son las ocupaciones. Más vale un grano de buen sentido que montañas de inteligencia. Así se camina seguro, aunque no tan aplaudido. Pero la reputación de prudente es el triunfo de la fama. Con ella se satisface a los prudentes, cuya aprobación es la piedra de toque de los aciertos.
93. Hombre universal. Está hecho de todas las perfecciones y vale por muchos. Hace muy feliz la vida, y traslada este placer a los amigos. La variedad con perfecci6n es entretenimiento de la vida. Es un gran arte saber disfrutar de todo lo bueno. La naturaleza hizo del hombre, por su eminencia, un compendio de todo lo natural; que el arte lo convierta en un universo por el ejercicio y cultivo tanto del buen gusto como de la inteligencia.
94. Capacidad inabarcable. Es mejor que el hombre prudente evite que le midan la profundidad de su sabiduría y méritos, si quiere que todos le veneren. Que sea conocido pero no comprendido. Que nadie le averigüe los límites de la capacidad, para huir del peligro evidente del desengaño. Que nunca dé lugar a que ninguno le alcance del todo. Causa mayor veneración la opinión y la duda sobre dónde llega la capacidad de cada uno que la evidencia de ella, por grande que fuera.
95. Saber mantener la expectación: alimentarla siempre. Hay que prometer más y mucho. La mejor acción debe ser hacer un envite de gran cantidad. No se tiene que echar todo el resto en la primera buena jugada. Es una gran treta saber moderarse en las fuerzas, en el saber, e ir adelantando el triunfo.
96. Un extraordinario buen sentido. Es el trono de la razón, base de la prudencia, y por él cuesta poco acertar. Es el regalo del cielo más deseado por ser el primero y el mejor. Es la primera pieza de la armadura, tan necesaria que si falta cualquier otra el hombre no será llamado falto. Su menos, su falta, se nota más. Todas las acciones de la vida dependen de su influencia, y todas solicitan su aprobación, pues todo tiene que hacerse con seso, con buen sentido. Consiste en una propensión innata a todo lo que está de acuerdo con la razón. Siempre se casa con lo más acertado.
97. Conseguir y conservar la reputación. Es el usufructo de la fama. Cuesta mucho porque nace de las eminencias, más raras cuanto son comunes las medianías. Una vez conseguida, se conserva con facilidad. Obliga mucho y obra más. Es un tipo de majestad cuando llega a ser veneración, por la sublimidad de su origen y de su ámbito. Aunque la reputación en sí misma siempre se ha valorado.
98. Ocultar la voluntad. Las pasiones son los portillos del ánimo. El saber más práctico consiste en disimular. El que juega a juego descubierto tiene riesgo de perder. Que compita la reserva del cauteloso con la observación del advertido. A la mirada de lince, un interior de tinta de calamar. Es mejor que no se sepa la inclinación, para evitar ser conocido tanto en la oposición como en la lisonja.
99. Realidad y apariencia. Las cosas no pasan por lo que son, sino por lo que parecen. Son raros los que miran por dentro, y muchos lo que se contentan con lo aparente. No basta tener razón si la cara es de malicia.
100. El hombre desengañado, que conoce los errores y engaños de la vida: es sabio virtuoso y filósofo del mundo. Serlo, pero no parecerlo y mucho menos hacer ostentación. La filosofía moral está desacreditada, aunque es la mayor ocupación de los sabios. La ciencia de los prudentes vive desautorizada. Séneca la introdujo en Roma y luego se conservó en los palacios. Hoy se considera impertinente, pero siempre el desengaño fue pasto de la prudencia y delicia de la entereza.
101. La mitad del mundo se está riendo de la otra mitad, y ambas son necias. Según las opiniones, o todo es bueno o todo es malo. Lo que uno sigue el otro lo persigue. Es un necio insufrible el que quiere regularlo todo según su criterio. Las perfecciones no dependen de una sola opinión: los gustos son tantos como los rostros, e igualmente variados. No hay defecto sin afecto. No se debe desconfiar porque no agraden las cosas a algunos, pues no faltarán otros que las aprecien. Ni enorgullezca el aplauso de éstos, pues otros lo condenarán. La norma de la verdadera satisfacción es la aprobación de los hombres de reputación y que tienen voz y voto en esas materias. No se vive de un solo criterio, ni de una costumbre, ni de un siglo

miércoles, 17 de octubre de 2012

Y como todo buen autodidacta, con las mates vamos...

Empezando formación en matemáticas y calculo mental de cortesía de LasMatematicas.es , empezamos con

Concepto de múltiplo y cuándo un número divide a otro



Cómo ser un buen autodidacta?


Del blog de  Francisco Martínez Alas
Cómo ser autodidacta: un ensayo o manual breve para volverse experto sin ir a la universidad (con una propuesta utópica sobre la reforma de la educación)Francisco Martínez Alas. (Dic. 21, 2007. Versión 2)

Hace tiempo quise escribir un ensayo corto defendiendo la autoformación, pero dejé olvidado el proyecto. Sin embargo, hace poco mientras sostenía una conversación con alguien sobre mi experiencia laboral, y esta persona sugirió que mi experiencia era "empírica" en contraposición a una "verdadera" formación académica. Asignarle a alguien la etiqueta de "empírico" no tiene que nada que ver con Hume o con Berkeley, sino que es un estigma discriminatorio. Y suelen ponérsela aquellos que tienen un Título Universitario a aquellos otros que no lo tienen, pero que se desempeñan ocupacionalmente en una labor técnica. Sin embargo, es preciso distinguir las cosas.

Si bien es verdad que un Profesional es aquel que ha cursado una carrera "profesional" en una institución universitaria o técnica, eso no garantiza que esta persona se desempeñe profesionalmente en sus labores ocupacionales. La profesionalidad es una condición que se gana con el desempeño con calidad y con el raciocinio que la persona aplique en su trabajo. Así que, yo afirmo que hay, es verdad, profesionales universitarios, pero también otros que llamaré "profesionales ocupacionales". Una profesión ocupacional sería aquella que la persona adquiere desarrollando actividades en una empresa o institución, dedicándose a una labor práctica con cierta especialización, que se distingue totalmente del nombre puramente formal de "licenciado o ingeniero en tal o cual cosa". La experticia se gana con la experiencia real en el mundo real, no se aprende en la universidad ni en el tecnológico.

Aclarado este punto de ser profesional, entonces sí cabe hablar de otra distinción. Hay que distinguir entre convertirse en un profesional ocupacional, por la vía del "empirismo", o por la disciplina adquirida en la "formación en el trabajo". Se parecen, pero no son lo mismo. Aprender a trabajar en la práctica, por la vía del empirismo, significa hacerlo por prueba y error, por observar cómo lo hace el compañero o el jefe y atreverse a probar hacerlo por sí mismo: eso es actuar empíricamente en el trabajo. En cambio, la formación en el trabajo, es una actividad "institucionalizada", es decir, la que una organización decide realizar, y para lo cual asigna y planifica el uso de recursos humanos, materiales, capacitacionales y procedimentales, ya sea para introducir en la cultura organizacional a un nuevo empleado, o para adiestrarlo para que pueda subir a otro escalafón en la pirámide o jerarquía institucional. La diferencia y calidad entre ambas situaciones es clara: el empírico, aprende haciendo, imitativamente, y en gran parte por su cuenta; el "formado en el trabajo" se somete a una disciplina y a evaluación, que lo motiva y lo obliga a aprender a hacer las cosas de otro modo como había acostumbrado -o creía que se solía hacer de tal manera-, y aprende a ejecutar sus tareas cada vez con mayor calidad y eficiciencia. El cuadro siguiente muestra la comparación, en diferentes instancias, entre diversos modos de formación:


IIIIIIIVV
EmpíricoObserva, saca conclusionesTrabajaImitaPruebaAcierta o yerra
Formado en el trabajoRecibe instruccionesSigue un programaEstudiaPracticaEs evaluado, obtiene resultados
Formado en la institución educativaRecibe clasesSigue un programaEstudia, investiga, comparte, interpreta, escuchaPractica, escribe, presenta ejerciciosEs evaluado, aprende
AutoformadoLee, observa, investiga, intuye, planeaCrea su propio programaEstudia, investigaPractica, escribe, inventa, proponeAprende, sistematiza, se autoevalúa

Por ello, yo le he aclarado a la gente siempre, que soy autodidacta, y en algunos casos, formado en el trabajo, pero "empírico" jamás: esto lo considero un insulto.

¿Qué es ser autodidacta?Entonces, ¿qué es ser autodidacta? Yo lo definiría asi: es alguien que por voluntad propia y mediante sus propios recursos organiza su formación en alguna disciplina o en alguna ciencia, o en cualquier labor práctica o técnica. Y, ¿cómo organiza su auto-formación y la ejecuta? Para responder a eso he escrito este breve ensayo. Yo siempre he sido un acérrimo defensor del autodidactismo o de la autoformación, y he desarrollado una experticia y maestría en ello. He aquí mi "método".

Yo sugiero cuatro etapas para formarse en una disciplina y convertirse en un experto sin acudir -necesariamente- a una universidad o tener un pregrado, grado o posgrado.

Pero, antes de iniciar con el mátodo es necesario crear nuestro "arbol del conocimiento" personal, esto es un mapa conceptual intuitivo con ideas principales que representan los ámbitos o campos del saber o de la vida, con ramificaciones, componentes o niveles, que representarán los diferentes segmentos de conocimientos. Todo ello según la metáfora que más cuadre con nuestra personalidad y estilo: una red, un mapa, una ciudad, una máquina u objeto, un organismo, una figura. En éste ubicaremos las rutas, puntos, nodos de todo aquello en lo que estamos interesados en aprender. Entre unos componentes y otros, entre unas ramas y otras, habrá conexiones e interconexiones, nexos directos e indirectos, en las direcciones que nos convenga. Hecho esto, se deben seguir las etapas próximas.

Etapa 1El primer paso consiste identificar el tema o asunto sobre el cual queremos aprender. Acto seguido, se debe hacer un esfuerzo para obtener las fuentes de información y conocimiento para aquel tema o aquella ciencia que nos interesa. Se pueden obtener las fuentes, ya sea comprándolas, o visitando una buena biblioteca. ¿Qué fuentes son esas? Para introducirse a una ciencia se requiere de seis tipos:

1. Manuales introductorios o generales: Suelen llamarse manual de…, guía de…, libro de texto para tal cosa…, curso de…, y similares. Esto da una perspectiva inicial y completa de la materia.
2. Historias de la disciplina: Una historia de una ciencia o campo puede ser general, y cubrir la disciplina desde la antigüedad hasta nuestros días, o enfocarse en un período, un siglo, de una nación o región, o época en particular. Esto ayuda a ubicar en el tiempo y en el espacio aquello que se quiere aprender.
3. Obras de autor: Toda ciencia o campo de estudio tiene sus "autores" representativos. ¿Cómo saber quienes son ellos? Aparecen citados y mencionados en los Manuales y las Historias del campo en cuestión: a lo largo del texto, en las notas y en las bibliografías. Leer las "obras de autor" proporciona un conocimiento profundo sobre cualquier tema.
4. Comentarios a "obras de autor": Leer comentarios a autores, y libros que hablan sobre otros libros, proporciona información y conceptos complementarios a lo anterior.
5. Diccionarios: y también glosarios, vocabularios, enciclopedias, nos servirán para aprender a definir conceptos y categorías específicos. Estos conceptos hay que tenerlos a la mano siempre para poder hablar, opinar, escribir o pensar sobre algo en particular.
6. Métodos y metodologías: Por un lado, sirven para poder llevar a la práctica las teorías, o para intentar aplicar los conocimientos aprendidos a una situación real. Y por otro, conocer los métodos que propone un autor específico, o aquellos que están disponibles en una área determinada nos vuelve competentes en ello. Los métodos sirven para diseñar, planear, proyectar, analizar, construir, investigar, desarmar, evaluar y tareas similares.

Con éstas seis clases de fuentes de información ya podemos tener una idea clara y sistemática de aquello que queríamos aprender. En cualquiera de los casos hay que tomar en cuenta lo siguiente: Leer "Un" libro de una disciplina está bien, pero es mucho mejor leer de dos a cinco libros más, eso lo convierte a uno en un conocedor. Y conocer y estudiar otros cinco o diez obras más, con enfoques diferentes y hasta contrapuestos, lo encamina a uno a volverse un conocedor crítico. Con todo esto se completa al primera etapa del proces: Ahora, hay que complementar lo que ya se aprendió.

Etapa 2El segundo paso consiste en actualizar constantemente los conocimientos aprendidos en la Etapa 1. Esto se hace recurriendo a fuentes de información más específicas:

1. Portales web y revistas especializadas (impresas o en Internet): Se debe identificarlos y visitarlos o consultarlos con frecuencia, así se sabrá qué novedades o cambios están ocurriendo en la disciplina que escogimos. Se debe seleccionar aquellos artículos, reportes o ensayos que amplien nuestras nociones sobre un tópico en particular.
2. Búsquedas enfocadas en Internet: Ya que existe este recurso actualmente hay que aprovecharlo para enriquecer los conocimientos aprendidos en fuentes impresas (algunas personas prefieren comenzar por la Red y luego ir a los impresos, eso también sirve). La tarea aquí es aprender a utilizar los buscadores en línea para localizar diversos tipos de fuentes digitales: con documentos y textos digitales se puede armar fácilmente una biblioteca electrónica sobre cualquier tema para uso y enriquecimiento intelectual personal. Basta con efectuar búsquedas usando operadores, delimitadores y palabras clave o términos técnicos para encontrar información y documentos de calidad.
3. Sitios de organizaciones en Internet: Además de las búsquedas abiertas, es conveniente localizar organizaciones, privadas o empesariales, gubernamentales o internacionales, y visitarlos ocasionalmente para encontrar noticias o reportes técnicos que nos proveerán de conocimientos especializados. Ahora, es muy común encontrar secciones en los sitios web denominadas "recursos" o "publicaciones" en las cuales aparecen diversas fuentes de conocimiento y consulta.
4. Información técnica (práctica y empírica): De vez en cuando conviene leer "literatura gris", es decir, documentos, informes técnicos o de consultorías, reportes especializados, textos de proyectos, encuestas, estudios de caso, convenios y legislación, informes científicos, etc… son un poco áridos, a veces complejos, a veces aburridos, pero proporcionan evidencia empírica (es decir, puesta en práctica en el mundo real), sobre la aplicación de las teorías y de la ciencia en el mundo de la vida y en la sociedad.
5. Conferencias, presentaciones y congresos: Asistir a eventos como esos, ya sea gratuitos o pagados, siempre es útil por diversas razones: se entera uno de publicaciones nuevas que aparecen, se escuchan resúmenes de estudios realizados o narraciones de experiencias de especialistas, se toma nota de noticias poco accesibles y opiniones diferentes, y además existe la posibilidad de conocer gente a quien le interesa los mismos tópicos que a uno y con quien puede establecerse relaciones de intercambio intelectual.
6. Materiales audiovisuales: Son un complemento interesante y útil a todas las fuentes anteriores, porque además de proporcionar en forma sintética la materia de la que tratan, ilustran con imágenes, movimiento y sonido los diversos tópicos que estamos estudiando. Por otra parte, los datos e historias asequibles en medios audiovisuales no siempre aparecerán publicados como "texto"; y muchos fenómenos sólo pueden ser vistos, percibidos y apreciados por esos medios (imágenes y actos en movimiento, conductas e interacciones, voces y sonidos, melodías y ruidos).

Con éstas otras seis clases de fuentes completamos el panorama de cualquier tópico, tema, materia o disciplina que estamos aprendiendo. Además, este ciclo de aprendizaje se puede reiniciar cada vez que se quiera o se necesite y de ese modo actualizar los conocimientos sobre un campo ya estudiado, o bien estudiar ese mismo campo desde otra perspectiva o corriente de pensamiento. Y varios ciclos de aprendizaje se pueden llevar al mismo tiempo, así como combinar unos ciclos y fuentes con los de otro. Estudiar varias disciplinas combinadas nos proporciona la ventaja de la interdisciplinariedad.

Las siguientes dos etapas nos llevan de la teoría a la práctica, y desde ahí a elaborar nuestras propias teorías y comunicarlas a otros.

Etapa 3 
El tercer paso es tratar de llevar a la práctica lo aprendido. Esto se logra de dos maneras:

1. Participando y ejecutando proyectos en el mundo real: Ya sea por medio de trabajos remunerados, o siendo parte de un equipo, o colaborando como voluntario con alguna organización o grupo activo. Además, con esto tendremos la oportunidad de preparar un "estudio de caso" de esta experiencia una vez acabado el proyecto o nuestra participación en el mismo.
2. Sistematizando la experiencia: De todo trabajo, vivencia, proyecto, concluido o inconcluso, exitoso o fracasado, se pueden extraer conocimientos y enseñanzas válidas y reutilizables. De esta sistematización se extraen también lo que suele llamarse en el lenguaje de proyectos "lecciones aprendidas".

Etapa 4
El cuarto paso es comunicar nuestras teorías, métodos, experiencias y conocimientos, del modo siguiente:

1. Escribir: Este ejercicio nos permite plasmar y conservar nuestros pensamientos y reflexiones. Eso, además de obligarnos a estructurar nuestros conocimientos, y a argumentar y plantear nuestros razonamientos y opiniones a medida que redactamos. Con la ventaja de que nuestros escritos podrán apoyar el autoaprendizaje de otros que nos lean. Nuestros escritos podrán ser compartidos, enseñados y publicados luego.
2. Compartir: Esta es una manera de comunicar nuestros textos, conocimientos, opiniones y experiencias, a colegas, interesados y cercanos, con el fin de obtener críticas, comentarios, observaciones, lo cual podemos retroalimentar y usar para ampliar o mejorar nuestros textos, ideas, propuestas, proyectos, teorías o métodos.
3. Enseñar: Esto es, transmitir nuestros conocimientos a un grupo de personas reunidas para aprender entre sí y compartir sus conocimientos y experiencias. Hacer el esfuerzo por organizar e impartir curso, dar una conferencia, hacer una exposición de un tema, nos ayuda a afianzar lo que ya sabemos, a reformular nuestras opiniones y razones, y nos obliga a completar algunos vacíos existentes.
4. Publicar: También podemos transmitir y comunicar nuestros escritos y experiencias por medio de la publicación. La autopublicación digital puede ser la primera alternativa. Actualmente hay una enorme variedad de programas de computadora que nos permiten crear documentos utilizando diferentes recursos textuales y gráficos, e incluso diferentes versiones y presentaciones de las mismas ideas pero con recursos distintos. Y las posiblidades de autopublicarse en Internet son muy amplias y fácilmente accesibles (sitios web, blogs, portales, repositorios de intercambio, etc.). Sin embargo, no se debe descartar totalmente el acceso a los medios impresos (libros, revistas, y periódicos).

Objeciones, réplicas y propuestasCasi siempre que yo hablo de autoaprendizaje se me objeta a) que ello no sustituye eficazmente la educación formal, y b) que las personas no son "capaces" de organizar y ejecutar su autoaprendizaje. A lo cual yo replico del siguiente modo:

El autoaprendizaje es más eficiente y efectivo que la educación formal de adultos, pero es un poco menos eficiente, en algunos aspectos, con respecto de la ya mencionada "formación en el trabajo". Además, el autoaprendizaje tiene la ventaja de que puede llegar a la "profundidad y extensión" que uno desee, uno pone los límites y las orientaciones en todas direcciones. Sin embargo, una ventaja ineludible de la educación formal es el factor de la socialización y la formación de redes interpersonales. Por ello (y por otros factores), el autoaprendizaje se debe combinar con la educación formal en instituciones, pero con la condición de que esa educación formal sea reformada para favorecer la autoformación y la comunicación y discusión entre colegas.

Yo creo que las personas sí son capaces de organizar y ejecutar su autoformación, de hecho lo ponen en práctica, pero limitados por algunas estructuras institucionales. Aunque talvez, como producto de los estilos vigentes de educación formal que se recibe desde la adolescencia y se sigue en la universidad, no todas las personas podrían organizar y ejecutar su propio programa de autoformación (autoaprendizaje, autodidactismo, operativamente vienen a ser lo mismo). Entonces, propongo que habrá que reformar la educación formal para favorecer la autoformación y autoafirmación, la inventiva y la creatividad, la independencia mental, la capacidad de reflexión y el pensamiento crítico, así como el desarrollo de las aptitudes, capacidades, personalidades, caracteres y temperamentos de cada quien.

Para ello, una de las cosas que habría que hacer es facilitar el acceso a fuentes de información gratuitas o más baratas a la mayoría de la población: bibliotecas de impresos y digitales, accesos a Internet y servicios de información por suscripción, programas de conferencias, talleres técnicos, instalaciones deportivas y gimnásticas, salones para espectáculos, laboratorios científicos, y cualquier otro recurso para el aprendizaje y la práctica de lo aprendido… todo eso que algunos llaman "infraestructura para ciudades aprendientes". Además, debería multiplicarse y diversificarse los centros de educación formal tanto para jóvenes como para adultos y darles reconocimiento legal, social y científico, para quitarle la discriminante hegemonía de la "titulación" a las "universidades".

Liberar el currículo y el pensum, así como adaptar los mecanismos de evaluación a los estilos de aprendizaje de cada persona. En mi opinión, entre el 30% y el 60% del contenido y de la estructura de los estudios en secundaria y bachillerato debería estar orientado a la autoformación de todo tipo, teórica o práctica, lúdica o técnica, creativa e innovativa. En las universidades, el 100% de la formación debería liberarse: así cada persona podría tomar los cursos que le interesaran y le sirvieran, y participar en su proceso de evaluación, y se le podría valorar su formación en otro sistema de medida no constreñido a esos 40 ó 50 y tantos cursos obligatorios, ni a esa anquilosoda estructura de "grados" técnicos, licenciaturas, maestrías y doctorados; sino que, desde un límite muy reducido de 6 a 10 cursos de educación superior no necesariamente universitarios, se le acreditaría su "conocimiento y formación"; y luego, el educando podría ir aumentado en grupos de 5 a 10 cursos, según sus intereses y capacidades, sin ningún límite prefijado, su autoformación y ganando créditos (y por ende recompensa social y organizacional), según la cantidad y calidad de lo recibido, aprendido y lo actualizado, o bien, según la experiencia de proyectos o acciones productivas sistematizadas.

Para aquellos que creen que "otro mundo es posible" y centran su atención en la "estructura económica", pues yo les replico que "otro mundo es posible" desde la reforma de otras estructuras, la de educación y adquisición, formación y reconocimiento social del conocimiento, por ejemplo: no es sólo la desigualdad de la propiedad y de la distribución del ingreso y de la riqueza el problema. Pero, esa discusión será motivo de otro ensayo.
Como complemento desde Summarg.com
notebook_and_coffeeHoy mas que nunca se hace necesario aprender a ser autodidacta para sobrevivir en la jungla de la competitividad laboral, así seas independiente. SABER dejó de ser lo que venía después de DINERO, y solo es a veces superado por ASTUCIA. Pero ser astuto sin conocimientos, tampoco te lleva a ninguna parte.
Tengas un título universitario o no, podés aprender una gran cantidad de cosas por vos mismo, e internet aporta muchisimo a salvar las distancias para aquellas personas que viven en ciudades en donde no se brinda la capacitación que buscamos. Estas simples pautas podemos utilizarlas para una variedad de materias a aprender.
No vamos a entrar a debatir sobre el concepto de la palabra, pues de esos textos encontrarán decenas y ninguno llega a un punto concreto. Llamemos autodidacta a aquella persona que se auto instruye sin valerse de recurrir a un establecimiento educativo (universidad, centros de estudios, etc.) en donde un docente se base en un temario para ir viendo contenidos.
Que debo buscar para convertirme en un buen autodidacta?
  • No ser conformista con lo que sabemos. Nuestra generación viene preparada para esto, pero las generaciones de nuestros padres o de nuestros abuelos padecieron un poco de la creencia de que al obtener el título universitario ya estabamos en la cumbre del saber y dormían – un poco – en los laureles. Así se llegaron a ver miles de profesionales que abrieron pequeños estudios y nunca llegaron a las mayores ligas. Siempre hay que mantenerse actualizado, siempre hay que buscar mas.
  • Pasión. Nunca podremos ser autodidacta si no nos apasionamos por el tema de estudio. Haremos lo imposible por evitar siquiera escuchar hablar del tema que nos abocamos a aprender si no sentimos verdaderamente pasión por lograr dominar algo. Necesitamos sentir entusiasmo por lo que estamos aprendiendo, debemos poder “jugar” – en el sentido de entretenernos genuinamente y prácticar – con este nuevo aprendizaje.
  • Disciplina y Constancia. Va de la mano con sentir pasión, en definitiva, porque si realmente te gusta lo que estás haciendo naturalmente te va a nacer dedicarle todos los días un poco de tu tiempo sin que nadie te lo imponga ni necesites recordatorios una vez que estés verdaderamente entusiasmado.
  • Prácticas. Toda teoría debe poder ser llevada a la práctica, asi que tendrás que buscar un sitio en donde poder experimentar lo que estás aprendiendo. Si tu interés es aprender a hacer un website en html + css entonces tu “playroom” puede ser un hosting gratuito. Si te inclinás al diseño gráfico, buscarás desarrollar técnicas anotando los pasos que hiciste y guardandolos en alguna galería, quizás un blog. Si podés buscar un feedback por parte de gente que comparta tu camino, será increiblemente mas gratificante.
  • Buscar conferencias y charlas. Si vivís en una gran ciudad, posiblemente tengas a tu disposición gran cantidad de charlas sobre el tema que te gusta. Inscribite! No lo dejes pasar! Siempre se pueden tomar un par de nuevos tips amén de hacer nuevos contactos ;) . Algunos oradores resultan mejores de lo esperado y renuevan nuestro incentivo.
  • Participá en comunidades especializadas. Internet nos ofrece muchos tipos de servicios que se adaptan a nuestros gustos, uno de ellos son los foros y los hay de casi todas las temáticas. Interactuar con gente que necesita orientación, que tiene tu mismo nivel de entendimiento o que ya es experto en la materia te servirá por igual para aprender algo nuevo cotidianamente.
  • Suscribite a Feeds. Buscá los websites que generen contenidos de tu interés y suscribite, colocá la lectura de feeds dentro de tu rutina, así como lo hacés seguramente con tus emails. Acá podrás enconrar los ”top blogs” según idioma, quizás alguno te sirva!  twingly.com