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domingo, 25 de agosto de 2013

¡Creer es poder! (O como la suguestión/placebo te hecha un cable inestimable.)

Nuestras capacidades tanto intelectuales como físicas no sólo están condicionadas por nuestros genes, sino también por nuestros pensamientos.
Estos son algunos de los estudios divulgados en diversas publicaciones científicas que demuestran cómo influyen las creencias en nuestras capacidades:
  1. Podemos mejorar nuestra visión basándonos en una creencia popular:  según un informe publicado por la Association for psychological science, un grupo de personas mostraron mejoras en un test de visión, basándose en la creencia popular de que los pilotos del ejército deben tener agudeza visual, aquí se describe como los investigadores disfrazaron a personas como pilotos de la Fuerza Aérea y las sometieron a un examen de la vista mientras hacían pruebas con un simulador de vuelo, siendo que la visión de estas personas mejoró mientras estaban trabajando con el simulador y regresaron a sus valores normales cuando estaban fuera de la cabina de vuelo.
  2. Si tienes confianza, tendrás mejores resultados: según un experimento realizado por el mismo grupo de investigadores, al someter a un grupo de personas a un cuestionario realizado a través de un ordenador y decirles que después de aparecer la pregunta en el monitor, este haría un breve destello en donde se les revelaría la respuesta lo suficientemente rápido para que la mente consciente no la captara, pero sí la subconsciente, cuando en verdad el destello no era más que un simple flash, se observó que los resultados obtenidos era considerablemente superiores a los obtenidos por el grupo al que se les dijo que después de cada pregunta el ordenador haría un destello para indicar que la pregunta había finalizado.
  3. Con el simple hecho de cambiar  nuestros pensamientos sobre nuestra actividad física, podemos cambiar nuestros cuerpos:  es lo que concluye un experimento detallado en la página web de la de Harvard University psicological science, y realizado con  camareros de hotel que limpiaban un promedio de 15 habitaciones diarias, a razón de entre 20-30 minutos de trabajo por habitación.  Ninguno de ellos creía que hacían la cantidad de ejercicio recomendado para los médicos.  A la mitad de los sometidos al experimento se les convenció de que al realizar su trabajo estaban realizando la cantidad de actividad física necesaria para mantener un estilo de vida saludable. Mientras que a la otra mitad no se les dijo nada.  Ambos grupos fueron cuidadosamente monitoreados tanto en las actividades que realizaban dentro y fuera de su trabajo, como en su alimentación para asegurarse  que seguían un estilo de vida similar.  Los resultados fueron sorprendentes: el grupo al que se les hizo creer que actividad laboral era suficiente para mantener la salud física perdió peso, redujo el porcentaje de grasa corporal y mejoró en las pruebas de presión arterial.
  4. Podemos aumentar nuestra resistencia física con nuestros pensamientos:  Según otro estudio de la European Journal de Neurociencia, se les pidió a un grupo de personas que levantaran cierta cantidad de peso después de haber bebido una sustancia supuestamente alta en cafeína, pero que en realidad no contenía cafeína, el truco estaba en que lo que habían levantado no pesaba tanto cómo se les dijo. Eso para que asociaran la ingesta de ese líquido con una menor sensación de cansancio. Después, cuando nuevamente volvieron a levantar el peso, esta vez coincidente con el que se les había dicho inicialmente, luego de volver a tomar la sustancia que creían alta en cafeína, todos los participantes experimentaron menos sensación de fatiga.
  5. También se puede eliminar las sensación de ansiedad:  según la revista Neutron, al someter un grupo de personas a una serie de fotografías muy desagradables, les administraron medicación para suprimir la ansiedad que les provocó.  Luego, al repetir el experimento pero esta vez en lugar de inyectar medicación se les inyectó solución salina, se observó una reducción de la ansiedad al mismo nivel que si se les hubiera suministrado el medicamento contra la ansiedad.
  6. Al cambiar nuestros patrones mentales, podemos ser más creativos:  según otro experimento por la American Psychological Association, cuando se les presentaban objetos extraños a las personas condicionándolas al decirles que se trataba de un juguete para perros, se esforzaron menos en tratar de explicar cómo podría funcionar.  Por el contrario, cuando sólo se les presentaba el objeto diciéndoles que “podría” tratarse de un juguete para perros, los participantes fueron mucho más creativos a la hora de explicar su funcionamiento.
  7. Lo hizo porque no sabía que era imposible: por último me gustaría recordarles la hazaña realizada por Sr. Roger Gilbert Bannister, quien en 1954 fue en primer hombre en correr una milla (1.609 metros) en menos de 4 minutos.  Antes de eso, un reputado médico había declarado que era imposible para el cuerpo humano correr esa distancia a esa velocidad, y por muchos años parecía que en efecto era imposible, hasta que Bannister demostró lo contrario, y bastó sólo con eso para que 46 días después otra persona fuera capaz de superar ese record y muchos otros más fueron acortando el tiempo en recorrer esta distancia, ahora que creían que sí era posible.
Qué los pensamientos no te limiten nunca, si crees que puedes podrás, ¡la ciencia lo ha confirmado una y otra vez!