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martes, 27 de marzo de 2012

Leer a Kafka estimula el cerebro

Cortesia de: MuyInteresante.


Leer a Franz Kafka puede hacernos más inteligentes, según revela un nuevo estudio de la Universidad British Columbia y la Universidad de California.

La clave está en el surrealismo presente en textos como Un médico rural, escrito por Kafka en 1918. Según explica Travis Proulx, coautor de un estudio que publica la revista Psychological Science, "el significado de una cosa es una asociación esperada con nuestro propio entorno". Así, por ejemplo, el fuego se asocia con calor extremo, de modo que poner la mano sobre una llama y sentir de repente un frío extremo sería una “amenaza” para el significado de fuego.”Sería desconcertante, porque no tendría sentido”, explica Proulx. Y esa es la sensación que causan algunos textos de Frank Kafka.

Para comprobar sus efectos sobre el cerebro, Proulx y sus colegas pidieron a una serie de voluntarios que leyeran la historia de Un médico rural, en la que se suceden acontecimientos disparatados, mientras otros compañeros leían una versión diferente del mismo relato reescrita de forma que todo cobraba sentido. A continuación se les propuso un ejercicio de gramática, que los que habían leído al auténtico Kafka resolvieron con mejores notas.

“Las personas nos sentimos incómodas cuando las asociaciones que esperábamos resultan violadas, y eso crea un deseo inconsciente de dar sentido a lo que nos rodea”. Esa sensación incómoda puede venir de una historia surrealista y “nos incita a aprender nuevos patrones cerebrales, a desarrollar una mayor capacidad de aprendizaje” , concluyen los investigadores.

Artículo recomendado: 50 herramientas de Mapas Mentales para estudiar

mindmappers50herramientas
Si utilizas el ordenador para elaborar tus Mapas Mentales/Conceptuales, Mind Mappers te ofrece un Mapa Mental el que puedes ver las principales herramientas para la creación de los mismos.
Estando actualizada en el momento de su creación (30 de Julio de 2009), la lista seguro que irá creciendo. Aunque puede que quede obsoleta en unos pocos meses debido al ritmo de aparición de nuevas herramientas. En cualquier caso lo que pretendo es que veas la variedad de programas que tienes disponible para hacer Mapas.

Compararme sí, pero conmigo mism@

La competencia más feroz está dentro de ti. Tú mism@ eres quien puede hundirte o subirte a la cumbre en un instante. Algo que ocurre demasiado habitualmente es que desde que somos niñ@s nos comparan con otr@s. Si éste no ha sido tu caso, puedes parar de leer este artículo porque no te va a hacer falta.
Lo que ocurre al final, cuando estás en edad adulta o más que adulta, es que vas a tener como referencia a los demás. Vas a saber si estás haciéndolo bien o no según cómo te veas al compararte con otras personas. Por ejemplo:
Paz ha acabado ya la carrera. Empezó conmigo y a mí me quedan como mínimo 2 años más
Miguel aprueba todo con la máxima nota, mientras yo no hago más que sacar aprobados raspados y eso cuando lo consigo. Que no es siempre
Mi amiga Azucena ya está trabajando, ganando un montón de dinero, con coche, casa y yo todavía estoy aquí, sin ni siquiera expectativas de encontrar un trabajo estable y ni un miserable ciclomotor de tercera mano

Ésto tiene algunos serios inconvenientes:

  • Te deja en mala posición para seguir adelante
  • Tiene connotaciones negativas que merman tus energías
  • Demuestran frustración e impotencia
  • Te estás diciendo a ti mism@ que no lo estás haciendo bien, que estás fracasando
  • No deja lugar para alternativas, te perpetúa en la misma situación
Puede ocurrirte en algunos casos que, haciéndote ese tipo de afirmaciones negativas, encuentres la motivación que necesitas para conseguir el objetivo que tienes en mente. Pero siempre va a ser a costa de estrés y negatividad.

No es justo

En la mayoría de los casos:
  • Esa otra persona con la que te comparas tiene alguno, muchos o todos los siguientes:
    • (Estudiar) sabe hacerlo o sabe hacerlo mejor que tú, de forma más eficiente
    • dispone de más tiempo
    • cuenta con un lugar de estudio más acondicionado que el que tú utilizas
    • tiene más recursos (biblioteca muy cerca, libros, material, …)
    • va a las tutorías y tú no
    • toma apuntes y tú no
    • cuida su alimentación
    • practica deporte
    • está san@ (y a lo peor tú no)
    • se encuentra en paz consigo mism@
    • duerme lo suficiente
    • tiene una gran autoestima
    • está motivad@
    • tiene claro cuáles son sus objetivos
    • le encanta lo que estudia, es su pasión
Es decir, si en todos esos puntos no puedes decir que estás igual o en mejores condiciones que esa otra persona, entonces la comparación ¡no es justa! Para que una comparación sea justa han de darse igualdad de condiciones. Este principio de compararse únicamente con un@ mism@ es utilizado por deportistas de élite tras una gran lesión. Por ejemplo, imagínate a un atleta olímpico especializado en correr los 100 metros lisos. Sufre una grave lesión en una de sus rodillas y se ve ante una de estas dos situaciones:
  • Se compara con los demás, entonces:
    • se lamenta de lo lentamente que progresa
    • sólo piensa en que los demás corredores siguen entrenándose y compitiendo y él todavía utilizando muletas
    • se imagina los ejercicios físicos que los demás corredores hacen en el gimnasio, levantando mucho peso y él sin poder andar por sí mismo
    • ha perdido el apetito
    • no consigue conciliar el sueño
    • cierra los ojos y sólo ve imágenes de sí mismo fracasando en la siguiente carrera por falta de forma física
    • oye los abucheos del público en el estadio porque llega el último a la meta
    • siente que está decepcionando a sus seguidores
  • Se compara consigo mismo, entonces:
    • se alegra porque la semana anterior estaba en una silla de ruedas y ahora ya lleva muletas
    • mantiene una alimentación equilibrada
    • está seguro de sí mismo y de que va a volver a competir al máximo nivel cuanto antes
    • mantiene unos hábitos de sueño correctos
    • visualiza imágenes de él volviendo a ganar carreras de máxima categoría
    • está en control de todo lo que depende de él
    • escucha la ovación del público desde las gradas
    • recuerda la sensación de satisfacción que conlleva llegar el primero

¿Cuál de las dos situaciones anteriores…

es más justa?
es más beneficiosa?
es menos estresante?

¿Cuál es la mejor postura para estudiar?

Siente tu cuerpo

Uno de los artículo más leídos en El Arte de la Memoria.org es “¿Cuál es la mejor estrategia para estudiar?” Se resume en lo siguiente: Utiliza lo que mejor te funcione a ti. El mismo principio se aplica buscando la postura ideal para estudiar. Y al hablar de postura me refiero a la corporal. Sentad@, de pie, tumbado, inclinado hacia un lado u otro, …

Seguro que sabes cuáles son las  normas generales pero, por si acaso y a grandes rasgos: Sentad@, cómodamente pero no demasiado (nada de estar tumbad@); espalda recta; guardando simetría (no vale una pierna hacia un lado y la otra en el centro); piernas formando un ángulo recto entre pantorrilla y muslo; hombros a la misma altura; antebrazos apoyados en la mesa.

¿Para qué quiero encontrar la postura ideal de estudio?

  • Para leer/estudiar más en menos tiempo
  • Para cansarte menos estudiando
  • Para comprender mejor
  • Para memorizar más fácilmente
  • Para aumentar tu rendimiento desde tu propio cuerpo
  • Para aumentar y mantener durante más tiempo la concentración
  • Para corregir malos hábitos corporales (posturas) y meterte al 100% en la tarea
  • Para darte cuenta de cuándo tienes que parar. Por ejemplo: cuando, aun con postura correcta puede ocurrir lo siguiente y no darte cuenta:
    • no consigues rendir a nivel alto por el cansancio acumulado hasta ese momento. Entonces… ¡Descanso!
    • has entrado en un círculo vicioso. Lees utilizando la Regresión (vuelves a leer una y otra vez el mismo párrafo para intentar comprender algo que no tienes claro). Entonces… ¡Descanso!
    • tienes sueño. Entonces… ¡Descanso!
    • te duele la cabeza. Entonces… ¡Descanso!
    • te molesta alguna parte del cuerpo (espalda, cuello, …) a consecuencia de una mala postura. Entonces… ¡Descanso!
  • Para que, en definitiva, tu sesión de estudio sea más productiva

¿Qué tener en cuenta?

  • Tensión en los músculos, del cuerpo en general y espalda, cuello y cara en particular
  • Excesiva presión en el bolígrafo, por ejemplo
  • Verticalidad (estás inclinad@ o no)
  • Simetría (un hombro más alto que otro, una pierna colocada de forma distinta a la otra, …)
Nota: Los anteriores son sólo guías. Por ejemplo: puede que te sientas cómod@ colocando una pierna hacia adelante y otra hacia atrás y no tengas entonces por qué modificar nada. Eso tú mism@ lo puedes ver.

¿Cuándo?

  • En cualquier momento dado durante la sesión de estudio
  • Siempre que notes que hay algo que no funciona bien

¿Hasta cuándo?

Hasta que empieces a ver que, cuando haces nuevas comprobaciones, no tienes nada que cambiar. Te encuentras en la postura ideal (para ti)

¿Cómo?

  1. Para por un momento de hacer lo que estés haciendo en un determinado momento. Por ejemplo: si estabas leyendo, utiliza el final de un capítulo o una sección del libro para parar
  2. No te muevas
  3. Fíjate en tu cuerpo, no sólo en la postura, sino en las distintas partes de tu cuerpo y si se queja alguna. Por ejemplo, de arriba a abajo:
    • Cabeza: ¿Muy inclinada hacia delante?, ¿te sientes mejor si la elevas un poco?
      • Cara: ¿músculos contraídos?, ¿dentadura cerrada con fuerza?
      • Frente: ¿ceño fruncido?
    • Cuello: ¿te molesta?, ¿todo bien?
    • Hombros: ¿a la misma altura?
    • Espalda:
      • Parte superior: ¿Arqueada?, ¿notas una ligera molestia? Prueba a erguirte un poco. ¿Qué ocurre?, ¿mejor?
      • Parte inferior: ¿tocando con el respaldo de la silla?; si no, ¿te sientes cómod@?
    • Piernas: ¿en la misma posición?
    • Pies: ¿uno encima de otro?, ¿a la misma altura?, ¿pisando algo?
  4. Cambia todo aquello en lo que hayas notado algún tipo de molestia. Comprueba la diferencia.
  5. Comienza de nuevo en el punto 1. en la siguiente parada. Hazlo entre 2 y 3 veces al día hasta que hayas encontrado tu postura ideal.

Conclusión

Utiliza lo que mejor te funcione a ti. Seguro que siguiendo las normas generales que enumeraba al principio del artículo no llegas a una postura muy distinta de la que encuentras escuchando a tu cuerpo, percibiendo lo que siente, viendo cómo reacciona. Pero también estoy seguro de que no va a ser exactamente la misma que te proporcione todas las respuestas al “¿Para qué?” de arriba.
¿Cuál es la mejor postura de estudio para ti? (sentad@ en silla con apoya brazos o sin ellos, butaca; tumbad@ en sofá; en sillón reclinado; inclinad@; de rodillas; en cuclillas; …) ;-)

Sólo sé que no sé nada (Sócrates)

Introducción:

Cuanto más aprendo, más me doy cuenta de que no sé tanto como yo pensaba.
Es muy fácil caer en el error de creer que se sabe todo sobre algo en concreto. Por ejemplo, a lo mejor terminas una carrera y cuando hablas con alguien sobre un tema del que te han examinado en la Universidad, piensas que la otra persona (como no tiene estudios superiores en ese campo) no sabe de qué está hablando.
A mí me ha pasado. Yo he estado en esa situación en la que he creído que sabía más que la otra persona en esa conversación hablando sobre algo que yo había estudiado en la Universidad. Craso error. Si me siento superior (sé más) por haber estudiado la carrera, me estoy autolimitando. Estoy cerrándome a que esa otra persona me pueda enseñar algo. Es verdad, a lo mejor no me puede enseñar algo nuevo sobre lo que yo he estudiado en la Universidad (a lo mejor sí) pero seguro me podrá enseñar sobre otras cosas.
Cuando etiqueto a alguien y sus conocimientos según su nivel de estudios, estoy elevando un muro que evita el flujo normal de información. Y, de nuevo, me autolimito. Estoy impidiendo que me pueda enseñar algo muy valioso que pueda o no tener algo que ver con los estudios de la carrera (eso es irrelevante).

Algunos ejemplos de sobre quién/qué se aprende y mucho serían:

  • Un@ niñ@
  • Un animal
  • Un insecto
  • una planta
  • un@ ancian@ sin estudios de ningún tipo
  • un bebé
  • un paisaje

¿Qué ocurre si la otra persona sabe más?

De todas formas, también ocurre que, incluso sin haber estudiado la misma carrera o carrera alguna, esa otra persona puede enseñarme cosas. Puede que no me guste, puede que mi ego se sienta atacado y no quiera reconocer que esa persona sabe más que yo sobre ese tema en concreto. Cuando eso ocurre siempre tengo al menos estas dos opciones:
  • Aceptarlo como tal, como una cosa más que puedo aprender
  • Ignorarlo. De forma que no lo acepto y me cierro a que esa persona sin estudios pueda saber más sobre lo que yo he estudiado en la carrera universitaria. Lo que ocurre en este segundo acaso es que pongo freno a mi crecimiento. Como persona primero y como profesional o estudioso en ese campo, en segundo lugar.

Intrusismo:

Estudiar una carrera y acabarla no significa que se sepa todo sobre ello. Cuántas veces habrás oído decir: “Adolfo no tiene carrera pero sabe mucho más que los que salen de la Universidad”.
Una situación en la que puedes sentirte superior se puede dar en el caso de los “intrus@s”. Eso ocurre cuando hay personas que trabajan en el mismo campo que tú, que no han estudiado una carrera o no la misma que tú pero que realizan funciones específicas de esa titulación (Informática es un caso muy común, por ejemplo). Es muy fácil caer en la tentación de decir “yo sé más, yo valgo más porque lo he estudiado en la Universidad. Estas personas nunca pueden llegar a saber más que yo”. Y a lo mejor es verdad para ciertas cosas, pero no tiene por qué ser cierto para muchas otras más. Cuando estudias en la Universidad te enseñan una gran cantidad de cosas. Pero siempre desde la perspectiva del profesor y las directrices que se le dan. Es cierto que sales con una capacidad de absorción de datos y de aprendizaje grande. Pero no sales sabiéndolo todo. Hay muchas cosas que no te cuentan en las clases de Universidad. Unas veces porque no da tiempo, otras veces porque no se puede incluir en el programa de estudios, otras veces porque se opta por no incluirlo en el programa.
Lo mismo ocurre con la experiencia. Cuando sales de la universidad tienes mucha teoría asimilada. Pero no tanta experiencia. Sobre todo si has estudiado en países como España. Donde la teoría es la base fundamental de lo que se aprende en la Universidad. Cuando terminas sabes mucho sobre lo que te han enseñado pero has hecho muy poquito o nada (salvo en unos pocos casos) en el campo de la experiencia. Y eso es algo en lo que cualquiera que lleve un tiempo trabajando, ya te saca ventaja. O lo que es lo mismo, sabe más sobre muchas cosas.

Beneficio:

Aunque la competencia no es la cuestión. Puedes encontrarte con formas de resolver problemas profesionales de otra forma distinta a como te han enseñado en la Universidad. Voy aún más lejos. No solamente distinta sino además de una forma que en la Universidad te habían dicho que no era posible resolver. Si te ves diciendo “mira , eso es imposible. No se puede hacer así porque en la Universidad me han enseñado que eso son patrañas. Cuando te veas en esa situación,  puedes hacer una de dos cosas:
  • no seguir escuchando y desacreditar a esa persona por ignorante, dando crédito absoluto a lo que te han contado en la universidad o
  • escuchar con curiosidad. Ver qué es lo que la otra persona tiene que decir y comprobar si es cierto o no, si funciona o no. Luego entonces puedes hacer los juicios de valor que te parezcan. ¿Y si resulta que la barbaridad que te ha dicho (en contra o de forma radicalmente opuesta a lo que te han enseñado) funciona?; ¿Y si resulta que es más fácil y más efectivo que lo que te han enseñado a ti? Lo que ocurre es que ¡te estarás perdiendo la oportunidad de aprender! De aprender de una persona que no ha estudiado o no ha estudiado la misma carrera que tú, de acuerdo. Pero estarás autolimitándote. Estarás levantando una barrera a tu crecimiento.
¿Qué ocurre si la otra persona no tiene razón o no se consiguen los resultados esperados o son más pobre que los que se dan de la forma tradicional como te han enseñado a ti en la carrera universitaria? Pues nada. Que tú puedes seguir aplicando la teoría que te han enseñado y habrás disfrutado de la oportunidad de expandir tu mente :-)
¿Piensas que al estudiar en la Universidad sabes más o menos que alguien que no tiene una carrera universitaria?
¿Alguna vez has aprendido algo de alguien que tiene menos estudios que tú?

La siesta de Dalí

Hace tiempo alguien me dijo cómo dormía Dalí sus siestas. Al parecer, se sentaba en un sillón y se dormía con unacucharilla cuchara de metal en la mano. En el momento en que la cuchara caía, él despertaba por el ruido del metal golpeando  el suelo.
Desde que lo oí la primera vez me picó la curiosidad y me dije, “Mmmh, yo lo quiero probar”. Y me puse manos a la obra. En cuanto tuve la oportunidad cogí una cuchara de metal (con una de madera, si tengo mucho sueño, no me despierto) y me senté en el sillón. La primera vez no me duró ni 5 minutos la cuchara en la mano. Me desperté enseguida (aunque a lo mejor ni llegué a dormir) y la verdad es que no pude decir que acababa de tomar una gran siesta reparadora. Pero al día siguiente volví a hacer lo mismo. Voy  al sillón cuchara en mano y me dejo dormir. La siguiente vez llegué al cuarto de hora. Al día siguiente y siempre que lo hago desde entonces, la cuchara golpea el suelo a los 20 aproximadamente. No está nada mal. Me despierto despejado y sin esa sensación de pesadez ni dolor de cabeza, cosa que sufro muchas veces con una siesta de más duración (1 hora por ejemplo) y tras despertar con el estridente sonido del reloj despertador. Tampoco es que me resulte muy agradable el golpe de la cuchara en el suelo pero, en mi caso, no está mal. Supongo que a ello contribuyen el hecho de dormir solamente alrededor de esos 20 minutos y que el despertar es “suave” :-)
Los efectos de este sueño corto pero reparador son excelentes. Me encuentro fresco, despejado, me resulta fácil concentrarme, estoy descansado, …
Lo mismo me comentaron de Antonio Gala acerca de las siestas. Aunque en lugar de cuchara dicen que utiliza uno de sus bastones. No he podido comprobar la veracidad del dato pero cierto o no, lo hiciera Dalí o no, los beneficios están al alcance de un golpe de metal… en el suelo, claro :-)
¿Tú duermes la siesta?; si es así, ¿cuánto tiempo?; ¿cómo te encuentras después?

Algunas y sólo algunas razones para dejar de ver la televisión

Vamos a ellas directamente. Cuando estás viendo la televisión:
  • Dejas de hacer otras cosas más interesantes, beneficiosas para tu salud mental y física. Por ejemplo, en su lugar puedes:
    • Dar un paseo
    • Charlar con un@ amig@, familiar, con tu pareja
    • Escribir
    • Dibujar/Pintar
    • Tocar/Aprender/Escuchar música
    • Jugar con tus hijos
    • Leer un libro
    • Hacer deporte
    • Meditar
  • Se influye en ti sin que seas consciente de ello. Sin que tú lo elijas. Se te dice:
    • qué es importante y qué no
    • cuáles son los valores correctos
    • qué creer
    • qué comprar
    • qué hacer
    • cómo pensar
  • En programas de gran audiencia como los telediarios, casi en su totalidad, las noticias son negativas
  • Se te ofrece una versión de la realidad que, en la mayoría de los casos se aleja mucho de la verdad
  • Se corta la comunicación entre todos los que estáis viendo la televisión en ese momento. El mundo se para. Sólo existís la pantalla y tú
Eso es lo que ocurre en la mayoría de los casos en mayor o menor medida. Es cierto que pueden haber programas de televisión o películas que te resulten beneficiosos y necesitas estar alerta y decidir conscientemente verlos en lugar de llegar a ellos de forma mecánica, porque no hay nada mejor que hacer en ese momento o porque es lo menos malo que están echando en la tele.


¿Cuántas horas al día dedicas a ver la televisión?
¿Qué ocurriría si no la vieses?, ¿en qué emplearías el tiempo?

La Madre Naturaleza y tu equilibrio vital

¿Te ha pasado alguna vez algo parecido a lo siguiente? Te pones a estudiar y no ves el momento de parar. Sigues haciéndolo hasta que se te cierran los ojos, llevas varios minutos dándole vueltas a lo mismo y no te enteras de nada, te duele la cabeza, el estómago, tienes mucha hambre, … Todos ellos son síntomas de que te estás excediendo. Es posible que consigas algo positivo haciendo eso. Aunque en principio vas a perjudicarte más que otra cosa. Seguro que estás muy motivad@ para hacerlo y eso es bueno. Pero también puede que:
  • tengas miedo a las consecuencias de no aprobar
  • alguien o algo te esté obligando a hacerlo así contra tu voluntad
  • tú mism@  te estás obligando a hacerlo así
  • hayas encendido el piloto automático y te has olvidado de pararlo
  • tengas una adicción (al estudio)

Algunas de las consecuencias de no parar a tiempo son:

  • frustración
  • bajo rendimiento
  • cuesta mucho dar cada paso
  • muy poco descanso
  • pocas horas de sueño
  • escasa alimentación
  • mal humor
  • irritabilidad

¿A qué dedicas el tiempo?

Digamos que la mayor parte lo empleas en estudiar sól@ en tu casa o en una biblioteca. No te relacionas apenas con la gente. No haces deporte (porque te quita tiempo apara estudiar), no comes más que sándwiches (porque no tienes tiempo para prepararte comida en condiciones), no duermes lo suficiente poque te acuestas muy tarde y te levantas muy pronto para estudiar.
Cuando esto te ocurre estás descuidando lo esencial, a ti mism@, tu alimentación, descanso, forma física, horas de sueño y relaciones sociales.
Si haces eso, te estarás yendo al extremo, en realidad ya estarás en el extremo. Y, si lo haces por un período de tiempo largo, antes de que te des cuenta estás en medio de un ciclo negativo que te perjudica en todos los sentidos.

La Madre Naturaleza

Es lo contrario de lo que siempre hace la Naturaleza. Seguro que cuando eras un@ niñ@ te enseñaron que la Naturaleza siempre se decanta por el equilibrio. De una u otra forma, tarde o temprano, lo acaba restaurando. Ese es el estado ideal. El de equilibrio. Si las cosas llegan al extremo, en uno u otro sentido, la Naturaleza siempre va a restablecer el equilibrio.
Con ello no digo que sólo le dediques un tiempo corto durante el día al estudio, siendo ésta tu actividad principal y esperes aprobarlo todo y con muy buena nota. Podría ser así. En ese caso, fenomenal. Pero si necesitas emplear más tiempo de lo normal al estudio, estate alerta. Fíjate si te estás perjudicando a tí mism@, si tu alimentación, descanso, forma física, horas de sueño y relaciones sociales sufren por ello. Si todo va bien, estupendo. Sigue adelante. Pero si notas que estás perdiendo peso (porque no comes bien), estás ganando peso (porque no comes bien), te sientes más cansad@ de lo habitual, débil, con sueño, a penas ves a tus amig@s y no porque no te apetezca, sino porque no tienes tiempo para ello, … será momento de que pares, te acuerdes de la Madre Naturaleza, lo que te decían cuando eras pequeñ@ y de que restablezcas el equilibrio en ti. Todo se ve beneficiado, empezando por ti mism@, tu rendimiento estudiando y todo lo demás.
¿Te has visto en alguna situación extrema causada por estudiar demasiado tiempo al día?, ¿qué ha ocurrido?, ¿cuáles han sido las consecuencias de ello?

¿Qué va antes, el huevo o qué?

Las cuestiones:

“¿Qué hacer antes?, ¿aprender a leer a gran velocidad (Lectura Rápida) o aprender a dar orden y estructura a la información que memorizas yHuevo cómo memorizarla (Memorización – Métodos para Memorizar)?; ¿aprender a motivarte debería ser lo primero?; ¿qué hay de las técnicas de Gestión del Tiempo?; y, ¿de las Técnicas de Estudio en general?; ¿debería empezar por alguna otra cosa?; ¿eso de la Introspección es importante?”

¿Es rápida tu lectura?

Cuando ves que hay tantas cosas que quieres aprender para mejorar tu forma de estudiar: recursos para leer rápidamente, Métodos para Memorizar, Herramientas de Gestión del tiempo, Productividad… y no sabes por dónde empezar, lo mejor es hacerte las siguientes preguntas: “¿conozco técnicas para leer a una velocidad alta?, ¿sé leer a una velocidad alta?, ¿lo puedo hacer siempre que quiero?”
Si la respuesta es “sí” es porque lees a velocidades superiores o muy superiores a la media universitaria, unas 250 Palabras Por Minuto (PPM). Entonces leer todavía más rápidamente pasa a un segundo plano y lo que te interesa es aprender y poner en práctica otro tipo de cosas.
Si la respuesta es “no sé si leo rápido”, entonces calcula a qué velocidad lees siguiendo las sencillas instrucciones de este artículo: “Calcula tu velocidad de lectura (PPM)“.
Si la respuesta es “no”, desde luego que lo primero que te recomiendo aprendas y practiques es la Lectura Rápida. Porque con ello abres las puertas a todo lo demás.

¿Cómo te distribuyes tu tiempo?

Tienes una serie de tareas a hacer y ¿con cuál te pones primero?
  • Escoges la primera de la lista, que está en esa primera posición por azar
  • No hay lista, con la primera que se te ocurre
  • Con la que más/menos te gusta
  • Con la más sencilla/difícil
  • Sigues el criterio de que no hay criterio
  • Sigues un criterio que te sirve para administrar tu tiempo de forma eficiente
Sólo si respondes a la anterior pregunta con la última respuesta, no necesitarás aprender técnicas de Gestión del Tiempo

¿Sabes memorizar?

Y no te pregunto si te acuerdas de las cosas que estudias. Te pregunto si utilizas los recursos de tu mente y cuerpo para memorizar, si das estructura a la información que retienes en tu memoria, si sabes cuándo repasar para tenerla disponible cuando la necesitas, si todo ello lo haces de forma sencilla y divertida.
Si la respuesta es “sí”, enhorabuena. Tienes mucho ganado.
Si la respuesta es “no”, ¿a qué estás esperando para aprender a memorizar correctamente? ;-)

El orden de las cosas:

¿Por dónde empezar a aprender a aprender? Sencillo:
  1. Lectura Rápida. Como te digo más arriba, “Te abre las puertas a todo lo demás”
  2. Gestión del tiempo, porque tu tiempo es oro
  3. Técnicas de Estudio, Productividad, Introspección, Creatividad y Consecución de Objetivos. En principio puedes aprenderlas en cualquier orden.
  4. Técnicas para Memoria – Métodos para Memorizar. Para almacenar la información en tu mente de forma estructurada, hacerlo de forma eficiente, sencilla y divertida
Si no estás segur@ todavía de por dónde empezar, pregúntate en qué empleas la mayor parte de tu tiempo de estudio, cuánto tardas en leer con un alto grado de comprensión, si te parece que eres productiv@, si no te cuesta apenas memorizar, … ¡Y actúa! :-)

El saber ocupa lugar

¿Crees que no te frenas a ti mism@?

Cuántas veces te habrás dicho o habrás oído cosas como:
  • “Eso es mucho, ¿cómo me voy a estudiar tanto?”
  • “Yo no tengo capacidad para memorizar todo eso”
  • “Ya no doy para más”
  • “Ya no me cabe más en el cerebro”
  • “Si hubiese menos datos… a lo mejor me lo podría estudiar”
  • “Para sabérmelo todo me tendría que tirar toda la vida estudiando”
  • “¡Venga!, no te estudias tu todo eso ni loc@”

Qué limitad@ estás:

Con frases como las anteriores das por supuesto que la capacidad de registrar datos en tu memoria es no sólo limitada sino además escasa. Nada más lejos de la realidad. Como puedes comprobar en el artículo “¿Qué cabe en tu propio almacén?“, puedes guardar una cantidad ingente de información en tu cerebro. De hecho es que lo haces desde que eres niñ@ sin darte cuenta. Cuando eras pequeñ@ absorbías información sin parar. El término de “ella/él es como una esponja” te iba que ni pintado. Debido a cómo se educa a l@s niñ@s generalmente, la influencia de los medios de comunicación, el entorno social y otros factores, poco a poco se va limitando la capacidad de, entre otras cosas: aprender tan rápidamente. Seguro que pueden servir como ejemplo frases como las siguientes, tan comunes en demasiadas ocasiones. En realidad, nunca deberían escucharse, sobre todo siendo niñ@:
  • “Éste/Ésta no vale para estudiar”
  • “A mi niñ@ no se le dan bien las matemáticas”
  • “Es que es muy torpe con las cuentas”
  • “Siempre se le ha atragantado la ortografía”
  • “Eso es mucho para ti, tú tienes que estudiar esto otro, porque con eso no vas a poder”
  • “Esa carrera cuesta demasiado[esfuerzo] y tú no puedes con tanto, eso es para gente con más cabeza”
Con ello, desde pequeñ@, ya se te envía el mensaje de que estás limitad@ a la hora de utilizar tu mente para estudiar y que hay ciertas o muchas cosas que es mejor ni te plantees porque tú no las vas a poder conseguir.

El saber ocupa lugar…

Es cierto. Pero es tan pequeño el espacio que ocupa o, lo que es lo mismo, es tan grande el almacén que hay en tu cerebro, que puedes introducir mucha más información de lo que puedes llegar a imaginar. Es verdad que si sabes cómo hacerlo, manteniendo una Estructura, utilizando conceptos como la Asociación, la Imaginación y repasando a intervalos adecuados, la información (“el saber”) va a ocupar menos, va a ser más accesible y va a estar mejor ordenada. Pero incluso sin las anteriores claves para memorizar, tu capacidad de almacenar información está muy lejos de parecerse en tamaño a lo que siendo pequeñ@ y no tan pequeñ@ escuchas habitualmente.


¿Te has sentido alguna vez llegando al límite de tus posibilidades mentales?, ¿has pensado alguna vez que nunca serías capaz de estudiar algo (un examen, un título, un diploma, una carrera, …) porque eso se trataba de demasiada información a retener para ti?