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sábado, 24 de marzo de 2012

Cómo “hacer trampa”

Hace poco tiempo tuve una conversación con John, un amigo irlandés, en la que me contó cómo, sin estudiar, aprobó un examen de psicología cuando estaba en la universidad. Dio un repaso a los exámenes de los últimos años, que estaban todos publicados en Internet y comprobó que se repetían de forma periódica. La secuencia era algo así como que cada 4 años ponían el mismo parcial en la correspondiente convocatoria. Lo había investigado y estaba seguro de que el patrón existía y se iba a repetir de nuevo cuando a él le tocase examinarse de esa materia. Lo que hizo entonces fue prepararse únicamente las respuestas a las preguntas del examen de 4 años antes. Se presentó y sacó una de las notas más altas. John no hizo nada ilegal. Los exámenes de años anteriores estaban disponibles en Internet para todo el mundo y él se limitó a utilizar la información pública, accesible por todos. Ahorró tiempo y esfuerzo.
Requisitos:
Tú puedes hacer tu propia “trampa”, siempre que se den las siguientes condiciones:
  • El proceso de adquisición de información ha de ser legal, permitido. Lo de embarcarnos en una tarea que pudiera inspirar un guión de película como “Ocean’s 11″ o “Misión Imposible” es algo que puedes dejar para los profesionales del cine.
  • Debe ahorrarte tiempo. Es decir, el tiempo de investigación y preparación del examen “haciendo trampa” debe ser muy inferior al de estudiar toda la materia.
  • Insisto: debe ser legal y permitido.
  • La materia de la que nos examinan ha de ser única, no debe formar parte o ser la base de una prueba en un futuro cercano. Porque imagina que, en lugar de estudiarte el contenido del libro de 300 páginas del que te van a examinar, solamente te estudias las respuestas del examen del año pasado porque crees que hay una gran probabilidad de que lo repitan íntegramente. Crees, por ejemplo, que del 99% porque te han dicho los alumnos que el año pasado tenían esa asignatura, que todos los años ocurre lo mismo con este profesor. Se trata de un test de 4 opciones por pregunta. De modo que sólo te aprendes la secuencia a, c, d, d, b, a, a, c, … Supongamos que así ocurre y sacas la máxima nota. Ahora resulta que un mes después te van a volver a examinar de algo que se basa en el contenido de ese libro que no te has estudiado. La diferencia entre un examen y otro es que esta segunda prueba es de carácter práctico y no hay ninguna evidencia de que vayan a repetirse preguntas de otro año. Se trata de supuestos en los que tienes que aplicar la teoría aprendida con el mencionado libro. Y para resolver los supuestos prácticos no vale sólo con hacer ejercicios una y otra vez. Sino que debes comprender la teoría (explicada en el libro de 300 páginas) de arriba a abajo. Tú mismo piensas sobre ello y ves que la probabilidad de aprobar, con lo poco que sabes de teoría, es del 5%. Además de ello, luego vas a tener que justificar las decisiones tomadas a la hora de resolver los supuestos prácticos ante un tribunal en una prueba oral, 2 días después. Piensas que la probabilidad de aprobar la defensa ante el tribunal vuelve a ser de otro 5%, si no menos. ¿Ves ya a qué me refiero? Incluso si tienes una enorme suerte y apruebas por los pelos la prueba práctica, en el momento de argumentar las decisiones tomadas haciendo los ejercicios, vas a pasar un mal rato intentando salir airado del aula. Eso sí, de conseguirlo, por favor, ponte en contacto conmigo y dime cuál ha sido el secreto, porque debe haber algo más detrás de ello. Aunque mejor, no me digas nada si se trata de algo ilegal.
  • La probabilidad que tú crees que tienes de aprobar “haciendo trampa” ha de ser igual o superior al 80%. Si no, olvídate de ello porque no merece la pena.
¿En qué consiste “hacer trampa”?
Se trata de un proceso de investigación, por ejemplo, del contenido de exámenes anteriores. Estos deben ser públicos y de acceso universal (al menos para todos los alumnos matriculados). Puede que las preguntas salgan de algún libro de referencia recomendado por el profesor al principio del curso. En el caso de las pruebas tipo test, aplicar la probabilidad de que haya un cierto número de respuestas de cada tipo, si las preguntas van a ser escogidas por un ser humano. Existen referencias que hablan de que inconscientemente los examinadores buscan el equilibrio y escogen de forma sistemática un mismo número de respuestas de la opción a, otro mismo número de respuestas de la opción b y así sucesivamente. De forma que, digamos que esos estudios nos indican que en un examen de 10 preguntas, 3 respuestas van a ser la opción a, otras 3 la opción b y 2 para la c y 2 para la d.Entonces, tienes más información a la hora de responder a esas preguntas para las que no tienes claro qué opción escoger, aplicando el patrón anterior, teniendo en cuenta lo que ya has respondido y en lo que sí estás seguro haber acertado. Pregunta, pregunta a los antiguos alumnos. La experiencia es un grado. Y, por supuesto, pregunta al profesor. ¿Para qué vas a estudiar un libro sobre el que no te van a examinar, no te interesa y sólo aparece en la bibliografía de la asignatura para rellenar o como referencia de un concepto que no va a entrar en el examen?
Conclusión:
Si “hacer trampa” conlleva algún acto ilegal o no permitido, olvídate de ello. Si, por el contrario, el tiempo de investigación es significativamente inferior al de estudio de la materia completa y la probabilidad de aprobar de esa forma es muy alta, entonces ve a por ello. Sólo se te podrá acusar de haber sido muy eficiente.