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sábado, 24 de marzo de 2012

Qué no hacer mientras estudias

Introducción:
¿Qué cosas me hacen rendir muy por debajo de mis posibilidades cuando estudio? Algunas de las más significativas las verás a continuación. Seguro que te resultan familiares y seguro que con algunas de ellas nunca te habías parado a pensar que te afectasen de forma negativa.
Qué no hacer:
  • Estudiar todo de forma secuencial. Osea, de principio a final. Sí, lees bien. Te digo que es mejor no empezar a estudiarte un libro desde el primer tema. ¿Por qué? Porque haciéndolo de forma “desordenada” te va a resultar muuucho más fácil. Me explico: Ve de lo grande a lo pequeño; de lo más divertido a lo menos; de lo que más despierta tu interés a lo que menos. Échale un vistazo al artículo: “Cómo leer apuntes pasados a máquina“. Utiliza esta forma de leer sobre todo cuando lo que tienes entre manos no te atrae y te resulta difícil de digerir.
  • Dormir poco: Esto es algo que solía hacer yo especialmente cuando me quedaba poco tiempo para examinarme (qué error). Pero no sólo en esos momentos, como norma general no le daba la importancia que realmente tiene (mayor error). Si no duermo lo suficiente, todo lo demás se ve afectado: la concentración, el nivel de energía, el humor y el apetito, por nombrar unos cuantos.
  • Descansar poco: Demasiadas actividades resultan perjudiciales en lugar de aportar beneficio. Está muy bien aprender inglés, francés o cualquier otro idioma. Pero si además de éso vas al gimnasio, a clases de Yoga, un par de días a la semana de natación, por las tardes te pones con el carnet de conducir, en el fin de semana juegas al baloncesto con un equipo con el que entrenas 3 veces por semana, te estás sacando un título por Internet y además de todo eso, tienes que cuidar tus estudios, tu cuerpo, tu alimentación, tus amigos, tu familia, tu casa, … ¡Uf! ¿cuándo descansas?
  • No respetar los intervalos de estudio
  • Simultanear el tiempo de estudio con cosas como charlar con otras personas, navegar por Internet, chatear o utilizar el correo electrónico, si en ninguna de ellas estás tratando algo directamente relacionado con lo que estudias. Atención, cuidar a los amigos y la familia y disfrutar de ellos es vital. Pero eso es distinto a pasarte una hora y media enganchado al ordenador, yendo de una página a otra porque te toca y sin rumbo alguno.
  • Ver la televisión mientras estudias y menos aún antes de dormir, a menos que quieras darle trabajo a tu mente con el programa de televisión que hayas visto justo antes de acostarte. Si lo último que has visto ha sido un documental sobre la mosca Tse-Tsé y el mal del sueño, puede que te entre un sueño tremendo y que hasta sueñes que eres una mosca y lo ves todo difuso y en tres dimensiones. Pero lo que ocurrirá seguro es que tu mente se mantendrá un buen tiempo de tus horas de sueño, ocupada con este tema esa noche. Eso sí, no hay nada de malo en ello si lo que estudias son los insectos y el papel de las moscas, sus picaduras y demás. Pero si el siguiente examen que tienes es de integrales (Matemáticas), ocupar tu mente con una ración de mosca Tse-Tse no será lo más productivo.
  • Jugar a los video juegos, videoconsolas. Idem televisión, vamos que lo mismo de lo mismo.
  • Beber alcohol, café, bebidas de cola, té. En definitiva, no beber agua es un mal hábito
  • Fumar
  • Comer de forma inadecuada, como ocurre con las dietas ricas en azúcares, en lugar de comer de forma más sana, basando la dieta en frutas y verduras. Cambia los chocolates y las golosinas por las manzanas y las lechugas. Así de fácil (o difícil)
  • Enclaustrarte evitando hacer deporte (ver “¿Cómo afecta mi forma física al rendimiento cuando estudio?” para más detalles); evitando las actividades de ocio; y evitando relacionarte con otras personas como los amigos, familiares, colegas de estudios y profesores, por ejemplo. Muchas veces la solución a aquello a lo que le llevas dando vueltas dos días se te presenta de repente, mientras le cuentas con tus propias palabras a un amigo en qué consiste el problema. ¿No te ha pasado nunca que le estás contando a alguien lo mucho que te está costando entender una cosa y le empiezas a contar a esa persona, que todavía sabe menos que tú del tema, y que según le cuentas dices: “¡Ajá!, ya lo tengo”? El simple hecho de haber tenido que contarlo utilizando otras expresiones que no son las que vienen en los libros, para que otra persona entienda de qué hablas, te ha ayudado a ponerlo todo en orden y encontrar el dato o la explicación que buscabas.
Conclusión: Aplica el sentido común a todo lo que haces e intenta guardar el equilibrio con el resto de actividades sanas que benefician a tu cuerpo, tu mente y los resultados que persigues.
Ejercicio: Coge lápiz y papel y haz tu propia lista de cosas que no te benefician a la hora de estudiar. Pero ¡hazlo ahora! ya mismo. Te vas a sorprender. Y todavía más cuando veas que puedes prescindir de muchas de ellas así, sin más.
Mapa Conceptual del artículo