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sábado, 24 de marzo de 2012

Pasar a limpio

Cuando iba a clase en la Universidad, siempre veía que algunas de mis compañeras siempre se sentaban en la primera fila. Una de las cosas de ellas que me llamaba mucho la atención era que siempre tenían unos apuntes muy elaborados, con colores, dibujos y, precisamente estas chicas, sacaban las notas más altas como norma general. Mis apuntes, cuando los habían, eran algo sin sentido la mayoría de las veces y, lo peor de todo, inservible. Tenía que acabar pidiéndoles a ellas o a otras personas sus apuntes y fotocopiándolos. Ha sido años después, tras ver en la Chester Beatty Library de Dublín una exposición sobre Leonardo Da Vinci y sus “apuntes” cuando empecé a comprender que cuando estas chicas confeccionaban los suyos ya fuere con ese propósito o no, utilizaban el hemisferio derecho del cerebro con los beneficios que ello siempre supone a la hora de estudiar. Por cierto, la exposición sobre Da Vinci circula por todo el mundo. Si tienes oportunidad de verla, ya sabes. Si no, en Internet se puede encontrar mucha información al respecto: The Da Vinci Codex
La forma ideal de tomar apuntes en clase es un tema a tratar en otros artículos por publicar. En cualquier caso, ya sean mapas mentales, mapas conceptuales, diagramas de araña, burbuja, árboles, texto escrito, taquigrafía, simbología propia, etcétera, pasar esos apuntes a limpio nos reporta un beneficio tremendo en nuestros objetivos de asimilación de contenidos, comprensión, memorización y repaso.
Justo al terminar la exposición del profesor, emplea no más de 30 segundos en ojear tu obra más reciente. Los apuntes que acabas de tomar. Intenta comprender lo que has escrito y dibujado. Nada más.
Una vez en casa o en la biblioteca o en dondequiera que sea tu lugar de estudio, utilizando colores, dibujos, viñetas, caricaturas, … Pasa lo recogido en clase a limpio. Dándole tu toque personal. Quizás quieras cambiar la estructura y volver a escribir o dibujar rehaciéndolo todo. O puede que simplemente optes por añadir color, subrayados y algún dibujo. Tú eres quien sabe qué te funciona mejor. El tiempo a emplear en esta parte variará según el grado de complejidad del contenido objeto de estudio. Yo intentaría no extenderlo más allá de los 3 minutos en la mayoría de los casos.
Para terminar, antes de ir a dormir. Démosle a nuestro subconsciente algo distinto de la película o programa que acabamos de ver, con lo que trabajar mientras dormimos y echémosle un vistazo a esos lustrosos apuntes de los que estamos tan orgullosos. Felices sueños.