Un estudio realizado por una profesora de negocios de la Universidad Johns Hopkins encontró que el rechazo social puede inspirar el pensamiento imaginativo, sobre todo en personas con un fuerte sentido de su propia independencia.
Para las personas que ya se sienten separadas de la multitud, el rechazo social puede ser una forma de validación. El rechazo confirma a las personas independientes lo que ya sienten acerca de sí mismos, que no son como los demás. Para estas personas, esta distinción es una positiva que conduce a una mayor creatividad.
El rechazo social tiene el efecto contrario en las personas que valoran la pertenencia a un grupo. Se inhibe su capacidad cognitiva. La autora del estudio, Sharon Kim, dice que numerosos estudios psicológicos en los últimos años han hecho de este hallazgo. Con sus coautores, Lynne Vincent y Jack Goncalo, de Cornell University, ella decidió examinar el impacto del rechazo en las personas que se enorgullecen de ser diferentes de la norma. Estas personas, en un concepto del estudio, son descriptas como poseedoras de un “auto-concepto independiente”.
Estamos viendo en la sociedad una creciente preocupación por las consecuencias negativas del rechazo social, en gran parte gracias a los informes de los medios de comunicación acerca de la intimidación que ocurre en la escuela, en el trabajo, y en línea. Obviamente, la intimidación es reprobable y no produce nada bueno. Lo que los investigadores intentaron demostrar en este trabajo es que la exclusión de un grupo a veces puede conducir a un resultado positivo cuando las personas con mentalidad independiente son las que están siendo excluidas.
