Vistas de página en total

viernes, 30 de marzo de 2012

¿Estás cometiendo este error al estudiar?

Hace poco me decía lo siguiente Tiempo y errorun estudiante de Enseñanza Secundaria acerca del largo tiempo que sus padres le obligan a estudiar cada día: “Me dicen que me vaya a mi habitación a estudiar y que no puedo salir hasta que pasen 4 horas. Se supone que todo el tiempo debo estar estudiando. Cuando oigo que se están acercando por el pasillo, me levanto de la cama o apago el videojuego y me siento delante de la mesa de estudio como si no me hubiese levantado de la silla en ningún momento. Así ellos no se dan cuenta de nada”.
Atención: Aunque no te sientas identificad@ con este ejemplo (por diferencia de edad, estudios, situación familiar, etcétera), lee hasta el final. Puedes estar cayendo en el mismo error pero de distinta forma y todavía no lo sabes.

¿Qué está ocurriendo?

Lo que quiero que veas aquí es el grave error de los padres al pensar que cuanto más tiempo pase su hijo encerrado en la habitación de estudio, mejores notas va a sacar. Piensan que el resultado en los exámenes es proporcional al tiempo de estudio. Error.
Pero esto no es lo más grave. Lo peor sería que los padres pensasen que le están haciendo un gran favor al hijo obligándolo a pasar tantas horas en su habitación de estudio y creer a la vez que están haciendo un buen papel como educadores. “Yo le obligo a estudiar, si luego no saca buenas notas o las que debería, no es mi problema. No dará para más o es que necesitará pasar más tiempo estudiando en su habitación”.
Craso error: Quedarte con la conciencia tranquila por emplear mucho tiempo delante de los libros cada día, pagar una academia, comprarte todos los libros, todos los cuadernos de ejercicios, todos los exámenes de prueba, la última tecnología en bolígrafos, reglas, compases, calculadora y ordenador con conexión a Internet de máxima velocidad para ayudarte a aprobar.
El fallo es que estés con la conciencia tranquila por emplear todos esos recursos y dinero a pesar de no estar aprovechando eficazmente tu tiempo de estudio. ¿De qué te sirve estar encerrad@ 5 horas al día delante de los libros, en casa, en la biblioteca o en la academia o con un despliegue de medios envidiable o con todos, si en realidad sólo 30 minutos de esas 5  horas son productivos y muchas veces ni eso?

¿Aprobar es una cuestión de tiempo?

Definitivamente no desde la perspectiva de “cuanto más tiempo pase delante de los libros, más posibilidades tengo de aprobar y si no, pues qué le voy a hacer. Yo hago lo que puedo”. Es una cuestión de rendimiento y calidad. Si puedes aprenderte algo bien en 15 minutos, ¿por qué no lo haces en esos 15 minutos y te dedicas a otra cosa después?

¿Quién se engaña?

Tú mism@. Nadie más. De la misma forma que los padres del chico pudieran estar convencidos de estar haciéndole un gran favor a su hijo, cuando no es así, tú puedes estar haciéndote un flaco favor pensando que con tantas horas de estudio, apruebes o no, ya has cumplido. Es importante saber que el rendimiento académico no aumenta proporcionalmente al número de horas de estudio

Solución

  • Introspección: Analízate y comprueba si de verdad estás haciendo lo que necesitas para aprobar ya y no después, alguna vez en el futuro. Más importante aún: comprueba si estás empleando tanto tiempo y recursos para luego poder justificarte en caso de no aprobar
  • Combina el Principio de Pareto (regla del 80/20) y la Ley de Parkinson para centrarte únicamente en las tareas que te acercan a tu objetivo empleando el mínimo tiempo posible en ellas. Y, como consecuencia de poner en práctica los dos conceptos (Pareto y Parkinson), alcanza:
    • un rendimiento académico máximo y
    • una calidad suprema
en el mucho o poco tiempo que emplees en estudiar. Entonces y sólo entonces, date por satisfech@ con lo que haces por aprobar.