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sábado, 24 de marzo de 2012

Cómo Aumentar tu Velocidad de Lectura con Una Sola Pregunta y Sin Saber Técnicas de Lectura Rápida

Antes de leer

Antes de comenzar a leer un libro del que necesitas sacar información para el examen, párate un momento a pensar por qué lo quieres leer

Estudiando en la Universidad

Cuando estaba en la Universidad yo simplemente me sentaba delante del libro y me ponía a leer sin tener claro qué era lo que pretendía sacar del mismo. Como estaba dentro de la lista de libros recomendados de la asignatura y la profesora nos había dicho que el examen se basaba en el contenido de ese libro, eso era bastante para, como pollo sin cabeza, leer de arriba a abajo el libro. Yo mismo me decía que debía leerlo todo para ir seguro al examen
En aquel momento no conocía el Principio de Pareto que, al aplicarlo sobre este tipo de casos, me hubiese dicho que aproximadamente el 80% del contenido del libro no entraría en el examen y sólo un 20% sí (también aproximadamente). Al saber esto ahora me queda la sensación de incertidumbre acerca de lo que podría haber pasado si hubiese aplicado este Principio de Pareto durante toda la carrera. Seguramente habría sido todo mucho más fácil, habría empleado mucho menos tiempo y esfuerzo al estudiar porque, en definitiva, habría ido directamente al grano, dejando a un lado la paja
En cualquier caso, el Principio de Pareto no el personaje principal de este artículo aunque sí podría ser la estrella invitada :-)
La pregunta clave que hubiese aumentado mi velocidad de lectura, sin la necesidad de haber aprendido técnicas de Lectura Rápida, es la siguiente:
- ¿Por qué quiero leer el libro?
La misma pregunta, formulada de otras maneras sería:
  • ¿Qué pretendo sacar de este libro?
  • ¿Qué busco leyendo este libro?
  • ¿Qué necesito de este libro?
  • ¿Qué me puede decir este libro que me venga bien?
  • ¿Este libro va a satisfacer las necesidades de conocimiento que tengo sobre tal o cual concepto?
  • ¿Lo tendré todo más claro cuando lea este libro?
Elige una de las anteriores, o varias de ellas o elabora otra pregunta que te agrade más. Lo único que necesitas es preguntarte por la razón o las razones de leer este libro
  • Que resulta que te das cuenta de que ¡no hay ninguna razón para que leas este libro que tienes entre las manos! Pues déjalo. No lo leas. Te acabas de ahorrar un precioso tiempo de estudio (lectura)
  • Que resulta que sólo hay una razón por la que lo quieres leer y es la de aclararte una duda sobre un aspecto concreto de un concepto que estás estudiando, pero nada más, … Pues de las 250 páginas de libro, ve a la sección en la que se encuentra la respuesta (lo sabrás echando un vistazo rápido al índice) y termina con ello. Te acabas de ahorrar un precioso tiempo de estudio (lectura)
  • Si necesitas leerlo para sacar una gran cantidad de datos o de detalles y, para ello tienes que leer la mayor parte de libro, pues adelante. La diferencia entre hacerte la pregunta y no hacértela es que tu mente y tu cuerpo se predispondrán para encontrar esos datos que quieres si te preguntas antes
Mientras lees
Pregúntate si lo que lees está dando respuesta a lo que quieres o si podría darla de seguir leyendo

Preguntas aceleradoras de lectura

Si quieres hilar fino, puedes hacerte más preguntas o preguntas más específicas sobre el texto como las Preguntas Aceleradoras de Lectura

Tras terminar de leer

Pregúntate si el libro ha satisfecho tu sed de conocimiento. ¿Te ha dicho lo que querías escuchar?; ¿has ahorrado tiempo de lectura?; ¿has tenido que leer el libro entero de cabo a rabo?
Y, en función de las conclusiones que saques, así actúas con el siguiente libro :-)

A partir de ahora

Pregúntate cuál es la razón o las razones por las que vas a leer el siguiente libro, capítulo, epígrafe, apéndice, documento, artículo, periódico, reportaje, …
Teniendo claro lo que buscas del texto, todo lo que no te suene relacionado, estará de más y no necesitarás leerlo
Coge práctica cuanto antes y disfruta del tiempo libre que te ahorras en la lectura