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miércoles, 7 de mayo de 2014

¿Por qué recordamos más los buenos momentos?

¿Por qué recordamos bien algunas cosas mientras que otras se desvanecen? Investigadores sugieren que se debe a que los eventos positivos se quedan durante más tiempo en la memoria que los malos, algo que ayuda a la raza humana a mantenerse alegre y resistente.
De acuerdo con psicólogos, el aferrarnos a los buenos recuerdos -dejando atrás los malos- nos ayuda a lidiar con situaciones desagradables y mantener una actitud positiva ante la vida.
Fue hace 80 años que se propuso por primera vez la idea de que los recuerdos malos se desvanecen más rápido.
En los años 30, los especialistas recogieron lo que quedaba en la memoria de las personas después de las vacaciones, categorizándolas en agradables y desagradables.
Semanas más tarde, los investigadores pidieron a los participantes que recordaran las vacaciones. Casi el 60% olvidó las experiencias desagradables, mientras que sólo el 42% de las agradables habían desaparecido.
Esto es algo que muchos de nosotros puede sentirse afín, tras un descanso solemos acordarnos de los buenos días y de las personas que conocimos y olvidarnos de los retrasos en los vuelos u otros inconvenientes.
Más tarde se hicieron otros estudios rigorosos del llamado fenómeno Fading Affect Bias (FAB), que ocurre cuando la información de emociones consideradas como negativas se borra de la mente más rápido que la positiva.
En un trabajo hecho en los años 70, en vez de preguntarle a la gente que recuerden memorias aleatorias -pues las personas podrían preferir aquellas positivas- a los participantes se les pidió que llevaran un diario, registrando la intensidad emocional de esos recuerdos.
Pero debido a que el 80% de toda la investigación psicológica se hace con estudiantes estadounidenses, no quedaba claro si esta preferencia a mantener en la memoria los buenos recuerdos existiría en otras culturas.

Eventos aleatorios

Los inconvenientes en los viajes de vacaciones tienden a olvidarse con facilidad.
Para ver si se trataba de un fenómeno universal, Timothy Ritchie, de la Universidad de Limerick, en Irlanda, decidió analizar los datos de las muestras recogidas por académicos de seis universidades en el mundo.
Estos investigadores tenían acceso a los participantes de muchos grupos étnicos angloparlantes, incluido los afroamericanos, ghaneses, alemanes, nativos estadounidenses y neozelandeses tanto de la descendencia europea como de la aborigen.
En total, se incluyeron unas 2.400 memorias autobiográficas de 562 personas de 10 países.
Si bien la metodología de recolección de eventos que se mantienen en la memoria varió en muchas formas, el denominador común fue preguntarle a los participantes que recordaran momentos positivos y negativos, incluyendo detalles como la hora y lugar, así como información sensorial.
Los datos de Nueva Zelanda y Ghana sólo incluían a hombres y mujeres menores de 30 años. Pero en otros estudios, como el alemán, había muestras de más edad.
A la mayoría se le preguntó sobre eventos aleatorios de sus vidas, tanto positivos como negativos.
Pero los investigadores de Alemania también le preguntaron a su muestra sobre la respuesta emocional a un evento relevante: la caída del muro de Berlín en 1989.
A aquellos que recordaron su respuesta emocional, se les pidió que lo volvieran a hacer en diferentes períodos de tiempo, y puntuaron cómo se sentían al respecto.
Esto es conocido como el efecto inicial y el efecto actual, la diferencia entre ellos fue medida.
Los investigadores pudieron determinar así el FAB ocurrido en cada estudio, independientemente de los antecedentes culturales de los participantes.

Recuerdos fijos

Caída del muro de Berlín
En el estudio de Alemania, investigadores preguntaron por los recuerdos de las emociones en la caída del muro de Berlín.
Los autores creen que este estudio demuestra cómo la desaparición rápida de memorias desagradables es un fenómeno que ocurre en todas las culturas y que ayuda a las personas a procesar la negatividad y a adaptarse a los cambios de lo que les rodea mientras retienen una actitud positiva ante la vida.
Un grupo de personas con grandes problemas para tener memoria positiva es aquel de las personas con depresión severa.
El doctor Tim Dalgleish, psicólogo clínico de la Universidad de Cambridge, intenta ayudar a las personas con depresión aguda a tener acceso a los recuerdos positivos.
La técnica que usa se conoce como el método de ubicación. Se trata de una técnica de miles de años que utiliza imágenes visuales que la persona imagina a lo largo de una ruta o en un lugar como el hogar.
Todos los participantes en el estudio de Dalgleish tenían depresión aguda. Debido a que les costaba tanto recuperar sus recuerdos, un investigador los ayudó a materializarlos, con detalles como la información sensorial de olores, colores y sonidos.
Una de las personas que participó en el trabajo, Emma Brinkley, tuvo muchas dificultades para acordarse de eventos positivos.
"Incluso ahora, cuando me encuentro baja de ánimo es difícil pensar en algo positivo para animarme. Es casi como si tu mente se rehusara a permitirte buscar algo en tu conciencia", dijo.
Una vez decidido, las memorias se fijan a lo largo de una ruta como el viaje al trabajo o la universidad, o incluso dentro de su propia casa.
Para el doctor Dalgleish esta es una parte vital del proceso. "Vamos a decir que colocas 10 puntos en el camino -la puerta de entrada, el porche, la cocina y la sala si se trata de la casa- y entonces eliges los recuerdos que quieres poner en la maleta, el tipo de cosas en las que quieres pensar en momentos difíciles. Y creas una imagen memorable y una rara que vincule ese recuerdo con cada punto en la ruta".
"Puedes imaginarte la sala llena de arena, con el televisor encendido mostrando el mar, el sonido de las gaviotas y de las olas. Y el hecho de que el sonido estaba en la sala lo hace más extraño y fácil de recordar que si sólo recuerdas la arena de una playa".

Ruta familiar

El recuerdo agradable tiende a durar más que el desagradable.
Es el tipo de técnica que los campeones de pruebas de memoria utilizan con éxito para lograr las hazañas como recordar toda la secuencia de una baraja de cartas.
Los expertos descubrieron que al crear este mapa mental o "palacio de la memoria" mejoraba el recuerdo de los participantes, en comparación con otro grupo que utilizó otra técnica, como la de fraccionar los recuerdos en distintos conjuntos y ensayarlos.
También comprobaron que el método tiene efectos a largo plazo, vistos incluso una semana después en algunas personas cuando se les llamó para repetir las pruebas.
Emma Brinkley está sorprendida de cuánto duran esos recuerdos. "Hay días en que sencillamente me traslado a esa ruta familiar e intento pensar en algunas de esas memorias felices para subirme el ánimo".
"Algunos días me cuestan más que otros. Pero he descubierto que ha habido una verdadera y profunda subida de ánimo", agrega.

La memoria "cautelosa" de la vejez es más fiable

Cortesía de BBC Mundo :
Olvidar cosas puede ser una parte del envejecimiento que todo el mundo acepta. Pero, ¿podría la seguridad de la juventud estar cubriendo algunos deslices de la memoria?
En un estudio hecho por investigadores en Alemania, la gente mayor fue más consistente en las pruebas de memoria, a pesar de que en general los más jóvenes tuvieron puntuaciones más altas.
Los participantes asistieron durante 100 días al Instituto para el Desarrollo Humano Max Planck, en la capital alemana, para hacer los exámenes.
"Fuimos muy buenos con ellos, y había un buen ambiente en los laboratorios", explica el profesor Florian Schmiedek. "La gente llegó a conocerse, para ellos fue una especie de actividad social. Aunque también les pagamos por esos 100 días".
El cerebro recuerda cosas cuando sus 100.000 millones de neuronas o células del cerebro se conectan. La memoria se forma cuando estas conexiones, o sinapsis, se fortalecen.
La información de los sentidos se envía al córtex cerebral, y de allí a zonas de los alrededores del hipocampo.
Esto "amarra" la memoria antes de que vaya al hipocampo, donde se le agrega información sobre el contexto o la ubicación.
La memoria "funcional", crucial para resolver problemas y hacer planes, es como una pizarra en el cerebro, y se encuentra en el córtex prefrontal.
Se suele usar para recordar un número telefónico el tiempo suficiente como para hacer una llamada, pero luego se suele olvidar a no ser que pase a la memoria de largo plazo para su almacenamiento.
Las pruebas del estudio fueron diseñadas para probar distintos tipos de memoria.
En una, los participantes tenían que recordar una lista de palabras. Otra tenía una lista de números para memorizar al mismo tiempo que debían realizar simples cálculos aritméticos con esos números.
La finalidad de esta prueba era retar su memoria "funcional".

Gran variabilidad

La puntuación general para la gente mayor fue menor que la de los venteañeros.
Mujer revisa un album de fotos
Aprender cosas nuevas es lo que se hace más difícil con la vejez.
Desde hace tiempo se sabe que el rendimiento cognitivo cae con la edad, debido a algunas pérdidas de células en el cerebro.
Pero la doctora Carol Holland, directora del Centro de Investigación para una Vejez Sana, en la Universidad de Aston, en Inglaterra, considera que nosotros olvidamos mucho menos de lo que creemos.
"La memoria a largo plazo no cambia con la edad de una persona normal, somos tan buenos recordando poesía que cuando niños. Aprender cosas nuevas… aquí es donde empieza la diferencia".
"Pero hay una gran variabilidad, uno hombre de 80 años puede aprender tan rápido como uno de 19 años. Mientras que otro de esa misma edad puede tener problemas reales".
Holland considera que estos resultados son alentadores en la lucha contra los estereotipos sobre las personas mayores y el olvido, al mismo tiempo que son un recordatorio de que la edad no tiene por qué estar en la raíz del problema.
"Una persona mayor puede atribuir la pérdida de las llaves el haber acabado de celebrar su 70 cumpleaños, cuando en realidad siempre han tenido el problema de olvidarse de dónde las habían puesto".
Por su parte, el profesor Schmiedek señala que el tamaño del estudio le ayudó a mostrar que los días buenos y malos existen.
"Pero la variabilidad no es tan grande como uno se esperaría. Es más una fluctuación del momento en el desempeño lo que con frecuencia crea la impresión de que tenemos días buenos y malos".
Schmiedek, cuyo estudio fue publicado en el Psychological Science, quedó sorprendido con la diferencia entre los dos grupos.
"Si comparamos a adultos jóvenes y de avanzada edad, el resultado interesante fue a lo largo de las nueve tareas, las personas mayores fluctuaron menos de un día a otro".
Además de evaluar la memoria, el equipo también le dio a los participantes cuestionarios para que evaluaran su estado de ánimo. Los adultos mayores parecieron estar más motivaos en hacerlo bien en la prueba y se preocuparon menos sobre la vida y sus aspectos estresantes.

Ventajas de trabajo

¿Esto los hace en unos empleados más deseables? El profesor Schmiedek así lo cree, al menos para ciertos tipos de trabajo.
Corredores de bolsas
Los trabajos de máxima presión, con múltiples tareas, son más adecuados para los jóvenes. Los de estrategia y rutinarios son mejores para los de mayor edad.
"Con los trabajos que requieren el máximo desempeño, como corredores de bolsa o camarero en una discoteca, cuando tienes que hacer tu trabajo con una presión de tiempo y hacer tareas múltiples con muchas distracciones, los adultos jóvenes tendrán una ventaja".
"Pero si se trata de trabajos más rutinarios, como una fábrica, entonces el rendimiento más fiable de los adultos de mayor edad los podría poner en una situación de ventaja".
Holland también estudia las diferencias entre los conductores jóvenes y los de más edad.
"La gente joven asume que tiene períodos de reacción rápida, especialmente los hombres jóvenes. Pero tienen un tema de exceso de confianza".
"Los adultos mayores tienden a ser más cuidadosos y cautelosos (…) tienden a adoptar estrategias que les ayuda a superar los lapsos de memoria".
Holland agrega que "una abuela con poca memoria nunca se olvida del cumpleaños de su nieta, porque utiliza un calendario o libro de notas como recordatorio".
Ahora el profesor Schmiedek, quien se encuentra en el Instituto Alemán para la Investigación de la Educación, en Fráncfort, está midiendo la capacidad intelectual de aquellos que están en el otro extremo del espectro: los niños del colegio que usan teléfonos inteligentes.

¿Cuál es la mejor técnica para memorizar hechos?

Cortesía de BBC Mundo:
Las técnicas diseñadas para ayudar a recordar -mnemotecnia- se utilizan desde hace miles de años.
En la Antigüedad había una mayor necesidad de recurrir a este tipo de técnicas que ahora que hay tabletas y computadoras.
El método más conocido tiene sus orígenes en Grecia, en el siglo V a.C.
Cuando le pidieron al poeta Simonides de Ceos que identificara a personas que habían sido aplastadas por el derrumbe de un edificio del que acababa de salir, Simonides descubrió que podía hacerlo recordando mentalmente dónde se había sentado cada uno.
Este truco, que consiste en vincular hechos con lugares, todavía es ampliamente utilizado por participantes de concursos en que ponen a prueba la memoria. Es conocido como "camino mental" o Método de Loci (MOL, en sus siglas en inglés), y loci, que viene del latín, significa 'lugares'.
Irónicamente, se cree que la historia de Simonides es sólo un lindo cuento que se usa para que la gente se acuerde de cómo funciona.
Con escáneres del cerebro se ha descubierto que los expertos que utilizan MOL para memorizar tienen niveles de activación más elevados en áreas del cerebro percepción espacial, como el hipocampo, pero no queda claro cómo esto ayuda al recuerdo.
Sin embargo, no funciona solamente con hechos ordinarios: en 2009, un equipo de científicos de Canadá y Estados Unidos informaron que puede ser usado para recordar decenas de miles de datos aleatorios.
También se está investigando la ténica MOL como forma de combatir la pérdida de memoria relacionada con la edad avanzada.