Cortesía de: El arte de la memoria.
Algo tremendamente útil al principio de un curso, de la preparación
de una asignatura o un examen es la toma de contacto con toda la
bibliografía. Cuanto antes mejor. Entre las ventajas que encontramos
cuando hacemos esto, podemos ver: familiaridad con el temario, autores y
contenidos; lo que ya nos suena luego es más fácil de entender,
recordar y memorizar; todo aquello que nos resulte interesante va a
despertar en nosotros curiosidad e interés además de aumentar la
receptividad con la que vamos a afrontar lo que tenemos delante.
Podemos coger cada uno de los libros e ir de forma secuencial leyendo
rápidamente de principio a fin o también podemos seleccionar primero el
libro que más nos atraiga, por alguna razón como el diseño de la
portada, el título o el contenido que pensamos pueda cubrir y nos
interese. Yo iría a por la segunda opción, empezaría por el libro que
más me atrajese.
Lo que buscamos con esto es simplemente una primera toma de contacto.
Gracias a la misma, luego nos va a sonar todo o gran parte y aunque no
dominemos el concepto, cosa que no pretendemos con esta primera ojeada a
los libros, sí nos resultará más sencillo asimilarlo. Incluso si
solamente recordamos el nombre del propio concepto, fecha o lugar la
primera vez que oímos hablar de ello en clase. Incluso si únicamente
creemos saber en cual de los libros se menciona. Ya habremos sido
expuestos a ello con anterioridad en uno de los libros y, en numerosos
casos, se tratará de algo que nos interesó y sobre lo que profundizamos
en nuestra lectura inicial. De forma que reduciremos sustancialmente la
probabilidad de encontrarnos con algo del todo desconocido y el rechazo
inicial que ello conlleva.
Esto es lo que yo haría: Cogería un primer libro y leería la portada,
contraportada, índice, glosario, introducción, bibliografía y críticas
en Internet, si las hubiere. Tras ello, volvería al índice y buscaría el
capítulo que más me atrajese e iría a por los títulos, subtítulos,
dibujos, esquemas, resumen y conclusión en aquellos casos donde los
haya. Al encontrar algo que me interesase en particular, leería dentro
del texto correspondiente. Aplicaría la misma lógica hasta terminar todo
el libro y el resto de ellos. Siempre yendo de mayor interés a menor.
Tanto al seleccionar los libros como dentro de ellos. Por cada libro,
emplearía 10 minutos de media. Unas veces serán 5 minutos, otras podrán
ser hasta 15 minutos. Por encima de ello quizás estemos profundizando
demasiado o sin el adecuado nivel de concentración.
Algo importante que casi olvido. No tenemos por qué comprar todos los libros, las bibliotecas se mueren por tener visitantes.